El comandante del Ejército de Colombia, el general Eduardo Zapateiro, ha estado en el ojo del huracán durante el 2022 debido a su intervención en política y a que diferentes medios de comunicación han dado a conocer que, en su recorrido en las fuerzas armadas, ha tenido que afrontar diferentes procesos por irregularidades, por ejemplo, aquel que salió a la luz en mayo: un proceso penal abierto por presuntos hechos de corrupción cuando era el comandante de la Quinta Brigada en Bucaramanga (Santander).
En medio de sus polémicas, el portal periodístico independiente Vorágine dio a conocer nueva información sobre el uniformado. Esta novedad tiene que ver con un expediente de la Fiscalía en el que se evidenciaría que un exsoldado habría acusado al general Zapateiro de una supuesta alianza que sostuvo con las Autodefensas Unidas de Colombia -AUC- cuando era capitán en la zona del Urabá antioqueño.
El expediente, que reposa hace 14 años en la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía, guarda el testimonio de un exsoldado identificado como Arturo Furnieles Álvarez. En el documento, al que tuvo acceso el medio en mención, se lee que lo sucedido se dio hacia el año 2009 y que las defensivas paramilitares fueron apoyadas por el Ejército.
“Carlos Arturo Furnieles ratifica lo manifestado en cuanto a la coordinación entre militares y autodefensas en versión del 16 de abril del 2009, donde habla del capitán Zapateiro, comenta sobre un desplazamiento en unos camiones hacia el sector El 40, jurisdicción del municipio de Chigorodó, narra la permisibilidad por parte de los militares para que las autodefensas pudieran cometer hechos contra la población civil, manifiesta haber estado en un simulacro (de combate) que se hizo para desvirtuarse a la población civil los nexos entre militares y paramilitares”, está escrito en el expediente que fue revelado por el medio de comunicación colombiano mencionado.
En el testimonio, el exsoldado narró que en febrero de 1996, cuando se encontraba prestando el servicio militar en la zona de la jurisdicción de Barranquillita, comenzaron a ocurrir diferentes episodios de violencia ejecutados por las AUC y fueron encubiertos por la unidad militar antiguerrilla de la que hacía parte. Además, contó que el Ejército hacía simulacros de enfrentamientos con las AUC para hacerle creer a los civiles que estaban combatiendo a todos los grupos ilegales. Un ejemplo es el asesinato del profesor Jesús María Barreneche Zuleta que marcó la historia de los pobladores, un hecho que nunca fue investigado, pese a que la comunidad protestó por el hecho y existían testigos que vieron como fue sacado de su hogar.
“(...) en la propia vereda, fue sacado un profesor, la comunidad pensó que había sido el Ejército porque inmediatamente fueron donde nosotros estábamos, que si nosotros teníamos al profesor retenido y el comandante de esa contraguerrilla les dijo que no. Inmediatamente, al percatarnos de esa situación, comenzamos a hacer un registro por los alrededores por donde se habían llevado a dicho profesor y resulta y pasa que nos encontramos con la sorpresa de que ya el profesor había sido dado de baja por un grupo de autodefensas que se encontraba para ese entonces en ese sector”, narró Furnieles.
Y agregó:
“Posteriormente, no se hizo nada de ninguna clase de operativo, el capitán informó a los que hacen el levantamiento, hicieron el levantamiento y hasta donde tengo entendido creo que se llevaron el cadáver hacia Chigorodó”.
En esa misma línea, las personas de la zona aseguraron a Vorágine que la muerte del profesor fue a manos de los paramilitares con apoyo de los militares de la época, luego de que una persona asegurará que “Chuco”, como era conocido el profesor, “cogía personas para llevarlas para la delincuencia (para la guerrilla)”.
De acuerdo con el testimonio de un testigo: “Fue un montaje porque eso no pasó. El muchacho (que acuso al profesor ante las AUC) tuvo un problema con el rector, entonces lo cogió en la mala y por cogerlo en la mala se lo tiró de enemigo. Porque si hubiese sido así, como dijeron muchos que lo encochinaron ese día, entonces habían matado o se habían llevado por ahí a siete porque eran compañeros de él, y usted sabe que allá había gente que estaba en su vuelta con la guerrilla”.
Sumado a lo anterior, en el expediente se evidencia que el exmilitar anotó que era muy diciente la alianza, ya que incluso se hicieron varios simulacros disparando al aire, uno de esos cerca a la finca El Trébol que era de propiedad de Ángel Adriano Palacios Pino, alias ‘El Negro Pino’ y que fue capturado en marzo de 2014 por el crimen de despojo de tierras.
“El coronel que toma la decisión de que ataquemos esa base donde están las autodefensas, hicimos un ataque como quién se dice, hicimos un simulacro, porque nosotros sabíamos que ellos estaban a 100 metros de la carretera y la mayoría de los fusiles que se dispararon fue hacia el río, o sea que en ningún momento le disparamos hacia el objetivo que era donde ellos estaban (sic)”, dijo en su testimonio Furnieles.
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