“Es una mujer a la que la vida le ha enseñado más que a cualquier presidente”: Clemencia Carabalí, la mano derecha de Francia Márquez

En entrevista con Infobae Colombia la lideresa del norte del Cauca cuenta desde cuándo trabaja por las comunidades junto a la candidata a la vicepresidencia por el Pacto Histórico. También se refiere a la segunda vuelta electoral, el 19 de junio

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La primera aproximación al trabajo
La primera aproximación al trabajo comunitario que tuvo Clemencia fue en su colegio, el Presbitero Horacio Gómez Gallo en Jamundí (Valle del Cauca), un centro rural y agropecuario, en una clase llamada proyección a la comunidad. “Teníamos que trabajar por la comunidad, identificando los problemas y sus soluciones para contribuir a las mejoras que necesitaban las personas

Clemencia Carabalí Rodallega lleva más de 30 años dedicada al liderazgo social en el departamento del Cauca. Se ha pasado gran parte de su vida defendiendo los derechos de las mujeres afrodescendientes de Buenos Aires, municipio que la vio nacer y luchar incansablemente.

A pesar de las amenazas que ha recibido contra su vida, la última hace dos semanas —cuando fue declarada objetivo militar, por medio de un panfleto, por estar apoyando la campaña presidencial del Pacto Histórico— Clemencia no detiene su ilusión de que las mujeres afrodescendientes sean reconocidas por sus capacidades en función de sus colectivos y para la construcción de un país con verdaderas oportunidades para su región y su gente.

El 4 de mayo de 2019 Clemencia se encontraba en la vereda Lomitas de Santander de Quilichao, en una reunión junto a Francia Márquez, Carlos Rosero, Víctor Moreno, Sofía Garzón y otras 12 personas más, pertenecientes a la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca (ACONC) y al Proceso Nacional de Comunidades Negras (PCN). Los líderes y lideresas se preparaban para los diálogos con el Gobierno nacional sobre los acuerdos con la Minga Indígena, luego de un paro que duró 27 días en la Vía Panamericana que conecta a Colombia con Ecuador. Cuando la reunión transcurrí sin contratiempos sufrieron un intento de masacre.

Según la ONIC, el ataque ocurrió a las 5:35 de la tarde, hora en que un grupo de criminales ingresaron a la finca donde se llevaba a cabo la reunión y empezaron a lanzar granadas y realizar disparos con armas de fuego. Posteriormente, Víctor Moreno recibió en su teléfono una amenaza de muerte anónima donde le informaron que “lo del sábado es solo el comienzo de lo que será el exterminio de todos ustedes”.

En el hecho, las personas salieron ilesas del atentado, aunque a nivel psicológico la cuestión fue distinta:

“Solo dos hombres de protección resultaron heridos, pero nosotras, las líderes que estábamos en ese momento salimos, digamos, sin afectaciones físicas, pero sí con psicológicas”, le dijo Clemencia Carabalí a Infobae Colombia.
Hoy, Clemencia Carabalí es la
Hoy, Clemencia Carabalí es la cabeza y parte fundamental de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (ASOM).

Clemencia conoce a Francia Márquez hace más de 20 años. Las unió su territorio, su departamento y las mismas causas de lucha. Después de tanto tiempo, Márquez puntea algunas de las encuestas para llegar a la Casa de Nariño el próximo 7 de agosto, junto a su compañero de fórmula, Gustavo Petro. En otras, quien lidera la intención de voto es Rodolfo Hernández.

“Pues mira, para mí, Francia Márquez Mina es una mujer, no solamente formada académicamente, sino formada en la universidad de la vida”, aseguró Clemencia, quien la ha acompañado durante toda esta campaña electoral, desde el Movimiento Soy Porque Somos.

El municipio de Buenos Aires, donde nació Clemencia, tiene una extensión de 410 kilómetros y se encuentra a 115 kilómetros de Popayán. El 56 % del total de sus 34.425 habitantes se autorreconoce como afrocolombiano. De estas personas, 8.000 figuran como víctimas del conflicto armado en el registro único de víctimas.

La primera aproximación al trabajo comunitario que tuvo Clemencia fue en su colegio, el Presbítero Horacio Gómez Gallo en Jamundí (Valle del Cauca), un centro rural y agropecuario en una clase llamada proyección a la comunidad. “Teníamos que trabajar por la comunidad, identificando los problemas y sus soluciones para contribuir a las mejoras que necesitaban las personas”, le dijo la ganadora del Premio Nacional a la defensa de los Derechos Humanos 2019- 2020 a este medio.

Aunque desde ese momento empezó a sentir la satisfacción de ayudar a las personas, Clemencia tuvo en Antonio Carabalí, su padre, un ejemplo en casa de lo que es ser un referente para la comunidad. “Era un hombre muy servicial, a su manera, se convirtió en un líder para la gente. Lo que yo soy, lo he aprendido en mi casa”. Hoy, sus dos hijos de 24 y 19 años, reciben esa herencia de su abuelo. Un legado familiar que Clemencia espera dure muchos años más.

Cuando se consolidaba su sueño de trabajar por las mujeres de la región, en 2008, retomó contacto con una joven de 14 años apasionada como ella por la defensa de los derechos humanos. Su nombre: Francia Márquez.

“Nos conocimos en el municipio de Suárez cuando trabajábamos articuladamente entre las organizaciones del territorio. Empezamos a trabajar juntas en la defensa de nuestra comunidad. Pero yo ya la conocía de tiempo atrás”.

Antes de ese reencuentro, Clemencia ya sabía que su misión era ayudar a las mujeres de su región y por eso, sus sueños empezaron a crecer. Poco a poco se fue conectado con otras mujeres que compartían sus mismos ideales y crearon una red comunitaria que nació como consecuencia de la permanente violación de los derechos humanos, falta de políticas públicas adecuadas para que las mujeres afrodescendientes del norte de Cauca reciban un trato digno y la ausencia de oportunidades para tener una participación activa y un trato equitativo, entre otras. Un trabajo que empezó de forma local pero que en abril de 2022 cumplió 25 años de lucha y resistencia. Ese camino ha sido largo, doloroso, angustiante, riesgoso, pero también enriquecedor. Hoy, Clemencia Carabalí es la cabeza y parte fundamental de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (ASOM).

Clemencia conoce a Francia Márquez
Clemencia conoce a Francia Márquez hace más de 20 años. Las unió su territorio, su departamento y las mismas causas de lucha.

ASOM es una organización ubicada en Buenos Aires, que cuenta con una membrecía de 240 mujeres asociadas en el municipio, pero alrededor de 1.600 se ven beneficiadas por las acciones que desarrolla ASOM en los 10 municipios del norte de Cauca (Buenos Aires, Caloto, Corinto, Guachené, Miranda, Padilla, Puerto Tejada, Santander de Quilichao, Suárez, Villa Rica) y los tres de la costa pacífica caucana (López de Micay, Guapi y Timbiquí).

Han pasado los años y Clemencia y Francia siguen trabajando juntas. Sus sueños son los mismos. Y codo a codo están cerca de cambiar la historia del país. Desde siempre se han esforzado para que las mujeres sean visibilizadas como participantes activas en el cambio social y además se les reconozca y valore su papel protagónico al interior de la familia y en el desarrollo comunitario.

Es tanto ese amor a sus causas que han intentado ignorar las estigmatizaciones y señalamientos que han venido del Estado colombiano, de políticos, empresarios y de la opinión que dicen que las líderes sociales son revoltosas, que se oponen al desarrollo, que son guerrilleras. “Es un señalamiento constante que vivimos. Estamos conscientes de lo que somos y de nuestro trabajo”.

En el informe ‘Personas defensoras de derechos humanos y líderes sociales en Colombia’ de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se destaca que la estigmatización hacia líderes sociales, “es un fenómeno que se ha presentado desde hace más de cuarenta años con la implementación de la “doctrina del enemigo interno”, a través de la cual muchas personas y organizaciones que defendían derechos humanos habrían sido identificados como enemigos del Estado por suponer una traba para los objetivos de seguridad nacional”.

Según el organismo de la OEA, durante el conflicto armando en Colombia esta estrategia tuvo como efecto que esta percepción hacia personas que ejercen la defensa de los derechos humanos se mantuviese en el tiempo, “haciéndose extensiva no solo en las fuerzas armadas, sino también influyendo en algunos sectores de la sociedad e institucionalidad colombiana”.

Frente a la posibilidad de qué Francia Márquez se posesione como la primera vicepresidenta afro de Colombia, Clemencia Carabalí le responde a las personas que afirman que no tiene la experiencia para asumir ese cargo.

“Desde muy pequeña Francia ha enfrentando las condiciones de desigualdades, discriminación, también se ha enfrentado a la defensa de los derechos humanos, de los derechos étnicos territoriales y la defensa de los derechos de las colombianas y colombianos. Es una mujer que la vida le ha enseñado mucho más de lo que a cualquier otro presidente que haya tenido el país, ella tiene la experiencia de vivir en el territorio y eso lo combina con su formación académica y su experiencia”.

Desde que inició la contienda electoral, Clemencia ha estado trabajando en la campaña de Francia Márquez, en el Movimiento Soy Porque Somos, que después de las consultas interpartidistas del 13 de marzo, se unió al Pacto Histórico en busca de consolidar este proyecto político en el departamento.

“Sentimos que este trabajo que están haciendo Gustavo Petro y Francia Márquez nos devuelve la esperanza de un cambio real. Un cambio que requiere el país, donde todos y todas construyamos un país de valores, que se valore a la gente de la periferia, quienes hemos sido quienes han cargado con los impactos del conflicto armado. Hemos puesto nuestras vidas para que nuestros hijos, jóvenes, mayores y mayoras podamos tener una vida digna “, expresó la líder social a una semana de la elección presidencial entre Petro y Rodolfo Hernández.

Aunque Clemencia esperaba que Petro y Márquez ganaran en primera vuelta, reconoce como una victoria los más de 8 millones de votos que obtuvo el proyecto progresista. “Esperábamos un resultado diferente. Se sentía en todos lados una respuesta al cambio e inclusión que necesita el país. Ahora, debemos mantener este triunfo”.

Han pasado los años y
Han pasado los años y Clemencia y Francia siguen trabajando juntas. Desde siempre se han esforzado para que las mujeres sean visibilizadas como participantes activas en el cambio social y además se les reconozca y valore su papel protagónico al interior de la familia y en el desarrollo comunitario

Con el 69,86 % de los votos totales, la candidatura del Pacto Histórico ganó la primera vuelta presidencial en el Cauca. Para Clemencia Carabalí este hecho tuvo que ver, en gran parte, por la presencia de Francia Márquez, una representante de las comunidades negras del país.

“La presencia de la gente negra en estas elecciones es fundamental. Siempre hemos estado condenados a ser unas “escaleras”. Pero creo que esta vez, con la presencia de Francia, sin duda alguna, la gente negra está lista para sacar este proyecto adelante. Esperamos que podamos obtener los votos suficientes para que se dé el inicio al cambio en este país, un cambio real para que Gustavo y Francia puedan ser nuestro presidente y nuestra vicepresidenta”.

Pero como siempre en la democracia, un gobierno sale y otro entra. Respecto al mandato de Iván Duque, la líder del norte del Cauca, señaló que “ha sido un época muy compleja, muy dura, donde se hicieron trizas los acuerdos de paz”.

Puntualmente, Clemencia denuncia las dilaciones que presentó el Gobierno nacional durante estos cuatro años para solucionar las necesidades de su región y de las mujeres del norte de Cauca. “Se pasaron los años hablando y negociando del mismo tema. Llevamos dos años dialogando con el Ministerio del Interior y no se ha avanzado nada respecto a las políticas que permitan efectivamente la respuesta a la protección de las mujeres del norte de Cauca”.

Pero ve con optimismo la posibilidad de que Petro y Márquez lleguen a la Casa de Nariño. “Es muy triste lo que pasó en el gobierno de Iván Duque. Ahora buscamos un cambio para que asuma un gobierno que responda a nuestras necesidades. Esas esperanzas están con Gustavo y Francia”.

La lideresa, además, en diálogo con Infobae Colombia, reconoció que las votaciones entre Petro y Hernández serán muy reñidas. Frente a la posibilidad de que el exalcalde de Bucaramanga asuma como presidente de Colombia, a esta mujer de 51 años de edad, le cambia la voz.

Por medio de su liderazgo
Por medio de su liderazgo social, Clemencia Carabalí ha sido reconocida nacional e internacionalmente. En marzo de este año la organización Woodrow Wilson, de Estados Unidos, la premió por su trabajo en favor de los derechos humanos.
“No es la persona idónea para estar al frente de un país tan complejo como Colombia. Sería un gobierno muy difícil para el país. Aunque reconozco que se debe cerrar el “chorro” en el gasto público, no estoy de acuerdo en su propuesta de acabar con el Ministerio de Cultura. Tampoco es la persona ideal para hablar sobre corrupción, pues entiendo, que está vinculado en procesos en los cuales terminó lucrándose a costa de las necesidades de la gente y a través de su proyecto personal”.

Por medio de su liderazgo social, Clemencia Carabalí ha sido reconocida nacional e internacionalmente. En marzo de este año la organización Woodrow Wilson, de Estados Unidos, la premió por su trabajo en favor de los derechos humanos.

Pero estos reconocimientos no los toma como propios. “Yo soy solo un punto. Hay muchas otras mujeres que han ayudado a construir este proyecto. Cuando las cosas no han salido bien, la energía de esas mujeres me ha servido para levantarme. Siempre hemos sido muy inquietas y con muchas preocupaciones. Los premios lo que representan, en alguna manera, es que vale la pena el trabajo que realizamos y que no estamos solas”.

Clemencia llega a la última semana preelectoral con la ilusión de ver un cambio en Colombia que se traduzca en mejores condiciones para su comunidad. Finalizó su charla con Infobae diciendo: “Vamos a caminar hacia la construcción de paz, de generación de acciones para la igualdad y la inclusión, para que sea posible un vida digna para todas y todos. No nos olvidemos que cuando defendemos el territorio, buscamos que circule el agua, que se protejan los bosques. Entonces, también cuidamos a las personas de las ciudades. Mejor dicho, lo que defendemos acá les llega allá”.

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