Cuando Ángel Beccassino (San Antonio Oeste, 76 años) era un niño, no se imaginó que el rugido de bestias como Ricardo Balbín y Alfredo Palacios, dos de las figuras más influyentes de la política argentina en el siglo pasado, podrían marcar su destino. El fotógrafo, escritor, músico y publicista nacido en la Patagonia, a orillas del mar Atlántico, nunca olvidó lo que le provocaron las palabras del hombre que pudo ser presidente de la Argentina, y del líder socialista, de bigotes retorcidos y oratoria apasionada, a sus sueños. “A uno lo marcan mucho las cosas de niño”.
Beccassino llegó a Colombia a finales del siglo XX con el propósito de cambiar la percepción negativa que tenían los habitantes de Bogotá de su propia ciudad, en un momento en el que los atentados terroristas y las tomas guerrilleras eran paisaje en una nación amamantada en la violencia. A pesar del convulsionado encuentro, Beccassino se conformó con su vida en “esa suerte de purgatorio”, que era la capital, de la que imaginó estaba a “2.600 metros más cerca de las estrellas”.
Desde entonces, acompañó a personalidades como el excomandante de la guerrilla del M-19 y candidato presidencial, Carlos Pizarro, en su proceso de paz; al líder sindical y exministro del Trabajo, Luis Eduardo Garzón, en su aspiración por alcanzar la Alcaldía de la capital en 2004; al expresidente Juan Manuel Santos en su sueño de reelección en 2014; y al senador de izquierdas, Gustavo Petro, en su consolidación como líder de la oposición, en la campaña presidencial de 2018.
El exceso de trabajo y un derrame cerebral a finales de 2021, del que salió bien librado, lo habían dejado por fuera de la contienda electoral. Sin embrago, la llamada de un viejo amigo lo devolvió al ruedo. El empresario santandereano, Rodolfo Hernández, le pidió que lo acompañara en su delirante idea de alcanzar la presidencia de Colombia. “Me monto a la campaña de este personaje atípico que me dice: ‘Ángel, no andemos con huevonadas”.
Beccassino habló con Infobae Colombia de su travesía con Rodolfo Hernández, los miedos de los que se quiere librar Gustavo Petro, el golpe a la clase política tradicional, el round perdido por el uribismo y de lo que le espera al país con el gobierno de un hombre que califica como un “outsider”.
Infobae Colombia: Con más de 30 años viviendo en el país y a pocos días de la segunda vuelta presidencial ¿Cuál es su lectura de las elecciones políticas? ¿Qué reflexiones le ha dejado esta campaña?
Ángel Beccassino: La gran golpeada fue la clase política tradicional. Y la evidencia fue la votación que sacaron, que igual fue importante, porque es un país que se resiste a ceder el paso. El país de las familias y los partidos políticos. Sin embargo, hay que entender algo, y es que los partidos políticos fueron mutando a una especie de corporaciones de contratistas. Hoy en día no son partidos de ideologías, son colectividades que representan intereses de contratistas con el Estado. Eso es duro, pero es lo que ha ido pasando y no solo en Colombia.
Esa estructura fue a la que el país le dijo: “quiero otra cosa”. Entonces, mayoritariamente, el país votó cambio. Si se suma el agotamiento de la posibilidad de Fajardo, los veintitantos de Rodolfo y los casi cuarenta de Gustavo, con estas tres opciones de cambio que existían, con todo y sus matices, el país le dio una paliza a la clase política tradicional. Y, fundamentalmente, creo que la gente no fue que lo racionalizara tanto, pero le dio una paliza a Iván Duque y a su gobierno, quien es el gran perdedor. En general la gente no lo está viendo. Lo que incidió en ese rechazo total a lo tradicional fue la gestión de Iván Duque durante estos cuatro años.
Infobae Colombia: Sin embargo, estos políticos y colectividades tradicionales están buscando refugio en las toldas de Gustavo Petro y de Rodolfo Hernández ¿Qué va a pasar con estas adhesiones?
ÁB: Todos están tratando de rencaucharse y de ir entrando a las campañas de las opciones que el país eligió. En la campaña de Rodolfo ocurrió que el mismo día de las elecciones salió Federico Gutiérrez con el abrazo del oso: “yo voy a votar por Rodolfo Hernández”. Fatal. Nos tocó hacer un live diciendo: “chao, a la mierda, ayer se murieron”. Lo que buscamos fue ser drásticos con la opción del pasado, diciéndoles que acá no recibimos a nadie.
La voluntad de esta campaña, que es algo que enmarca Rodolfo, es cero componendas con ningún otro. Hemos estado conversando con otras opciones, acerca de su mirada con respecto a lo que nosotros estamos proponiendo y lo que vimos durante el desarrollo de la campaña en la primera vuelta entorno a lo que estaban proponiendo ellos.
Infobae Colombia: Usted asegura que el gran golpeando en las urnas fue el Gobierno Duque ¿Siente que el gobierno actual arrastra al uribismo, a lo que muchos analistas han entendido como la muerte de este proyecto que lleva 20 años en el poder?
ÁB: No. Históricamente se a podido observar que los dos países de América del Sur más godos han sido Chile y Colombia. Eso que se conjuró en este siglo, no fue producto del fenómeno de Álvaro Uribe, sino de la soberbia con la que se comportó la entonces guerrilla de las FARC. Esa soberbia y triunfalismo con el que se comportaron después del Caguán, como los ataques a los pueblos con las bombonas de gas, hizo que en el país irrumpiera todo lo contrario. Siempre a un estímulo, un contraestímulo. Y ese “todo lo contrario” estuvo alrededor de Uribe y generó una militancia de distintos matices. Creo que esa militancia está muy metida en Colombia.
El uribismo no es que se haya “desactivado”. El otro día perdieron una batalla, pero la guerra sigue. Ellos han pasado a significar intereses como el ganadero. Esos intereses terratenientes, esa obsesión por algunos de tener más tierra y sumar millones de hectáreas. Esa es una idea que está metida en el ADN de buena parte del país, por consiguiente, no desaparecieron de la escena.
Lo que viene para adelante, según mi lectura, es un proceso de transición. Quien sea el próximo gobierno, Rodolfo o Gustavo, va a hacer un proceso de transición. A dónde irán a parar los uribistas depende de la felicidad con la que se sepan mover. Pero siento que ahí tiene mucha más opción Rodolfo que Gustavo Petro.
Infobae Colombia: Entonces ¿respalda esta idea que señala que el uribismo encontraría en la campaña de Rodolfo Hernández un “escampadero” frente a la incertidumbre y rechazo que les genera un posible gobierno de Gustavo Petro?
ÁB: Ellos van a elegir la puerta que les permita ablandar sus miedos. A Gustavo Petro le tienen mucho miedo y él sigue generando muchos otros. Él ha tratado de debilitar los miedos que produce. Esta ha sido una campaña de un Gustavo maquillado, con una sonrisa permanente en la cara. Un Gustavo que en realidad se comporta como parte de la clase política tradicional. Pero sigue generando temores.
Por su parte, Rodolfo lo que genera es un signo de interrogación, pero no esos miedos que genera Gustavo. Y esta gente va a tratar de encontrar lugares, porque acá existe esa costumbre que se ha entronizado. Si se observa al Gobierno de Iván Duque, el combo de ellos, fue por su cuota política. Van a tratar, pero en la posición en la que está Rodolfo, con la que espero siga siendo coherente, va en contra de esa tradición.
Infobae Colombia: Usted ha mencionado que en medio de esta campaña se ha querido disfrazar a Gustavo Petro de algo que no es ¿Cuál es el verdadero rostro del líder de la oposición?
ÁB: Gustavo tomó de decisiones, para desactivar esos miedos, como volverse amable, tirarse más hacia el centro y posar con una sonrisa. Hubo un aviso que salió la semana pasada en Cromos con Gustavo posando como si fuera un modelo de Armani. Entonces empezó a apelar a cosas con las que pensó que iba a producir un carácter menos miedoso frente a la gente, más cercano, más blando, más light. Posando como un galán. Ese aviso es un doble página. En un país que está metido en un rollo duro de pobreza manda un mensaje de: “me tiro la plata en un doble página”.
Yo pensé “qué mierda le pasa a Gustavo”. Sonará exótico, pero yo le tengo aprecio a Gustavo. En general a la gente con la que he trabajado, desarrollo aprecios. Yo lo veo en esta transformación, la comprendo, pero veo a un Petro que se desdibuja. Y cuando Petro empieza a negociar con los políticos deja de ser. Gustavo la está convirtiendo en lo que ha sido tradicionalmente la política. A mí me pasa que en Gustavo leo eso y no veo a ese alguien que era el que me parecía más interesante.
Infobae Colombia: ¿Cuál es la mayor diferencia que a encontrado entre el líder de la oposición y el empresario santandereano?
ÁB: Mientras que Gustavo se centra en la teoría del análisis que ha hecho de los problemas y ve cómo los pone a jugar. A veces proponiendo comités, o cosas por el estilo, que ratifiquen lo que él piensa. Rodolfo agarra y dice: “yo pienso que el problema central es este. Ahora, ustedes que saben cómo ejecutar esto, ayúdenme a solucionarlo”. Se comporta realmente como en el circo.
Lamentablemente la gente piensa que el presidente, el alcalde, el gobernador y los puestos ejecutivos son mesías que llegan para cambiar al mundo. Así como no entienden para qué sirve el congreso, los concejos, la asamblea. Eso es la politiquería. Pero el que está al frente del circo, o del barco, la gente lo identifica y cree que es responsable de todo y es el que puede cambiar el mundo. Rodolfo por el contrario siente que es quien puede definir la orientación, corregir o estimular, pero necesita un equipo. Tiene un componente de derecha que es su actitud fuerte, firme y de mando: “acá lo que quiero es que se haga esto, y chao, se hace esta historieta, ustedes verán cómo lo hacen”.
Infobae Colombia: ¿Qué características ha encontrado en Rodolfo Hernández como cualidades especiales que no haya visto en otros políticos con los que ha trabajado?
ÁB: Cuando yo era sardino me gustaba ir a un lugar a las afueras de Buenos Aires, en San Antonio de Areco, que es una zona de estancias. Los viernes en la noche o los sábados, en vez de irme a rumbear a Buenos Aires, me gustaba ir a un lugar que tenían los peones de estancia que se llamaba “Los hermanos sean unidos”, donde vos pagabas un plante y tenías toda la carne que quisieras y una botella de vino. Y me ponía a hablar con los capataces y los peones. La profundidad en la sencillez de esa gente a mí me producía alegría y madurez en mi conocimiento del mundo. Cuando llegué a Colombia sentía que con los campesinos de acá se repetía eso que había experimentado en San Antonio de Areco.
En Rodolfo yo encuentro ese tipo de conexión. A veces cuando estamos los dos solos, nos quedamos en silencio ratos largos y de repente Rodolfo me dice: “¿qué piensa de esta guevonada, Ángel?”, yo le respondo y nos quedamos otro tiempo largo en silencio y así. Encontré el valor en la sencillez de este hombre.
Infobae Colombia: ¿Por qué cree que ha calado el discurso a Rodolfo Hernández?
ÁB: Nunca cometí el error de tratar de disfrazar a la persona con la cual estoy trabajando. “Sos lo que sos y yo veo cómo putas lo manejo”. Hay otros tipos a los que les ponen canas para que parezcan más maduros y esas estupideces. Yo tengo la convicción que eres lo que construiste en tu vida y eso es lo mejor que tienes para dar. La mayoría de la gente intenta producirse para generar esa imagen, sin embargo, Rodolfo es. La potencia que tiene el ser: “soy esta mierda” o “soy esta maravilla”. En el momento en el que tratas de ser otra cosa que no eres, de comportarte como piensas que sería chévere que te vieran los demás, te debilitas.
La fuerza de Rodolfo está en que es. Con lo cual tiene problemas. De a ratos es maravilloso y de a ratos dice unas barbaridades. Ese es Rodolfo. En mi lectura, las barbaridades que dice Rodolfo, sí hacen daño, pero es mucho más fuerte lo que consigue siendo quien es, con su barbaridades y todo lo demás. Esta cualidad de ser de verdad y que se siente de verdad es mucho más poderoso que cualquier intento por parecerlo.
Infobae Colombia: No cree que, si bien el impacto de esas palabras ha tenido una repercusión importante en la sociedad, ¿no ha sido lo suficientemente grande, como debería, producto de que buena parte de las personas en el país piensan como él?
ÁB: Claro, lo que pasa es que existe un componente de hipocresía muy duro en la sociedad y no solo en la colombiana. Lo que genera que de la boca para afuera seas políticamente correcto, pero de la boca hacia tu silencio interior seas lo que sos. Rodolfo tiene una coherencia entre lo que saca de su boca y lo que en el fondo piensa. Que es lo que sucede con el tema de las mujeres.
Hay una cosa llamativa en las encuestas de opinión y es que, claro que las declaraciones le han hecho daño a Rodolfo, sobre todo en algunos sectores particulares entre las mujeres, que serán el 40 % del país, pero el otro 60 % se sienten identificadas y tiene confianza que Rodolfo va a procurar dar las soluciones que están necesitando. No obstante, el otro 40 % está pensando: “Qué hijo de puta, qué machista, etc.”. Lo cual es importante, pero para Rodolfo no es la prioridad. Es un hombre formado en una cultura dura, como la de Santander. Todos tenemos unos lados maravillosos de luz y otra cara de oscuridad.
Infobae Colombia: Más allá de los cálculos políticos, Rodolfo ha tenido unos comentarios sexistas y discriminatorios contra las mujeres ¿No cree que esas declaraciones son inaceptables en un candidato?
ÁB: Yo sé, pero si se observa el componente que hay en todos esos cometarios graves es el componente de una Colombia que tiene que cambiar. Es la Colombia que se construyó, la Colombia en la que los hombres hablan de putas y en general, se refieren de mala forma de las mujeres. Un país que no ha podido encontrar la forma en la cual se armonicen los derechos de las mujeres, y sus principios, con las estupidez y la brutalidad de los hombres.
Infobae Colombia: Pero en ese sentido ¿no cree que con la llegada de Rodolfo se presentaría un retroceso, como piensan muchos contradictores, frente a los logros que han alcanzado las mujeres?
ÁB: Él se va a concentrar en dar soluciones a los problemas centrales que ha identificado en la vida de las mujeres: trabajo, alimentación, ingresos, educación, etc. Él no va a interferir en ninguno de estos otros frentes. Ni en el crecimiento de los derechos de las mujeres, ni en su reconocimiento. Pero él va a seguir siendo quien es. Rodolfo tiene su sabiduría tomada de la experiencia de su vida y lo que adquiere cuando vos le das información nueva, otro punto de vista sobre las cosas, es felicidad. En ese aspecto y en muchos otros Rodolfo es un niño.
Infobae Colombia: La calle y las redes sociales han sido los escenarios a los que le han apostado en esta campaña ¿Cuál es el valor de estos espacios de disputa política en la actualidad?
ÁB: Hubo una decisión de Rodolfo que se vinculaba a su idea principal. “Si yo estoy mandando un mensaje de austeridad, la campaña tiene que ser austera. Yo quiero mostrar que no hace falta gastarse la plata de los impuestos de la gente en esta huevonada”.
Yo entré a la campaña a finales de marzo y una de las determinaciones que tomamos en cuenta fue usar la menor cantidad de recursos posibles. Y nos quedamos en la idea de gastar menos del 10 % de lo que usaron los otros candidatos. Mucho menos. Eso nos llevó a pensar en qué medios queríamos jugar. No queríamos dar el espectáculo de las plazas, debido a que ni teníamos ese potencial, ni habíamos generado ese fenómeno. Entonces decidimos con Rodolfo que caminaríamos las calles, entraríamos a los mercados, hablaríamos con la gente, nos mezclaríamos con las personas en su vida cotidiana.
La segunda fue una consideración elemental. Hoy por hoy la socialización, el debate y todo está en las redes sociales, en las pantallitas. Y ahí contamos con el aporte de una cantidad de chicos que están jugando en la plataforma: rodolfistas.com. Darle potencia a esta herramienta, dejarlos que volaran y seguir un ejemplo que marcó Obama en 2008. Que fue dejar de pretender que la campaña controlaba toda la comunicación, sino que se debían abrir los espacios para que la que comunicara fuera la gente.
Infobae Colombia: ¿Cómo fue el trabajo en plataformas como Tik Tok, en las que se logró una conexión con una población que cada vez reconoce más su relevancia en el ámbito electoral, como los son los jóvenes?
ÁB: Hubo una astucia en el trabajo de redes que fue elemental. No es que hayamos descubierto la pólvora, sino que identificamos cuál era la conducta de la gente en cada una de las plataformas. Y en función de eso se volvió muy llamativa la irreverencia de Tik Tok, pero esta plataforma no fue la que devengó el trabajo más fuerte. El trabajo más fuerte fue sembrar muchos contenidos originales y analizar los problemas del país. Hubo un día que sembramos más de 40 contenidos diferentes entre videos, mensajes, y un montón de milongas.
En Tik Tok decidimos jugar a la conexión de “me cago en todo”, por decirlo de algún modo. “Soy capaz de burlarme de mí mismo y de actuar como un niñito que dice: es hoy, es hoy”. De habla con vocecitas. Mientras los otros engolaban la voz y decía “hoy es el día de cambiar la historia”, nosotros salíamos corriendo como bobos con máscaras. Pero ese juego no es que busque alcanzar votos, lo que busca es generar una lectura de un personaje: que se atreve, que arriesga, que no le teme al ridículo.
Gustavo que es simplista un muchísimas cosas, así como es muy elaborado en otras, dijo que a punta de Tik Toks no sé iba a lograr nada.
Infobae Colombia: Varias críticas han estado dirigidas a la poca discusión acerca de a las ideas en esta contienda electoral ¿Por qué la campaña tomó la decisión de que el ingeniero no asistiera a debates en segunda vuelta?
ÁB: Cuando arrancó la segunda vuelta nosotros tomamos la decisión de participar en los debates. Pero la misma noche del 29 de mayo, Gustavo, en su discurso, arreció contra Rodolfo. Y de un Gustavo que le llegó a proponer la vicepresidencia a Rodolfo, pasó a ser su enemigo, al cual empezó a demostrar que odiaba. Como Gustavo Petro es el líder de una fanaticada de fútbol, que es una cosa que tiene en su capital, una hinchada del hijueputa, recogió a su líder y se mandó con toda a atacar a Rodolfo. Y eso ocurrió en las primeras horas después que se conociera el resultado.
Nosotros nos preguntamos: “¿vamos a hacer parte de un circo para el país, donde no vamos a salir del sos un hijueputa, no el hijueputa sos vos, o no vamos a ir?” Entonces decidimos que no iríamos a los debates. Decidimos que íbamos a concentrarnos en entrevistas y lives. En dirigir un mensaje al país y que el otro compartiera su mensaje y, que el país tomara sus decisiones. Es un formato que se volvió parte de las rutinas electorales, pero cada vez se ha convertido más en un espacio de confrontación verbal, donde no se busca aclarar cuál es la dicotomía en la que se encuentra el electorado, o el dilema, sino en la manera cómo destruyo al otro para debilitarlo.
Infobae Colombia: ¿No cree que con esta decisión el damnificado sea el electorado y la democracia?
ÁB: Sí, pero el electorado también tiene una tarea. Así como la gente googlea para enterarse qué es tal cosa, el electorado puede googlear quién es este personaje. Si se observan las curvas de búsqueda, Rodolfo en algún momento las empezó a protagonizar, así como antes las protagonizó Gustavo. Pero la gente empezó a querer saber quién es Rodolfo Hernández, qué dice, qué plantea. Hay canales para que la gente entienda, averigüe, sepa. Hay un montón y hoy por hoy hay una cultura de búsqueda de mayor información. Pero aparte están los canales tradicionales.
Al interior de las peleas que se van dando en las redes sociales, que es la salvajada que hay en las redes, la gente va tomando decisiones. Así como las encuestas son un formato en trance de quedar en el pasado, frente al análisis de big data, el debate es un formato, que salvo que cambie la cultura de esta democracia, más teórica que real, es algo que va a estar jodido. Porque la tendencia en todas partes es cómo te destruyo para quedar como triunfador.
Infobae Colombia: ¿Cuál ha sido el político más difícil de asesorar y cuál es el que le ha merecido mayor admiración?
ÁB: Difícil, Juan Manuel Santos, era un hombre difícil, por la rigidez y la debilidad de su expresión. Su capacidad para comunicar. En aquella campaña de 2014 se ablandó mucho. Creo que el sacudón que le dio perder en la primera vuelta lo puso en un plano de autocrítica en donde se facilitó el trabajo con él.
El mejor, no sé cual es, creo que he tenido buenos candidatos. La negra Piedad Córdoba me pareció una maravilla. Yo le hice una campaña al Senado antes de todo esto. Me pareció una mujer muy potente, con muchas cosas muy buenas. Lucho Garzón es un buen candidato, un hombre con el que me divertí mucho, porque tiene una capacidad de humor maravillosa y una inteligencia especial. Me gusta Rodolfo ahora. Me gustó Petro en el 2018.
Infobae Colombia: Si gana Rodolfo Hernández ¿Qué cree que le espera al país?
ÁB: Yo creo que le espera el cambio, un cambio que el país quiso y en versión Rodolfo. No va a ser un cambio de prender la luz y pagar la luz. Va a ser un proceso. En mi lectura, Colombia no está para un cambio brusco, ni por el putas. Se van a romper muchas cosas si el cambio es demasiado brusco. Lo que está es para un proceso de transición y la urgencia de estos tiempos indican que este proceso tiene que ser rápido. Me parece que va a entrar en una dinámica de acción, entendiendo esta fascinación con las películas de este género. Van a pasar muchas cosas, va a cambiar todo.
Cuestionario Relámpago
En ese espacio se le nombraron algunos personajes a Ángel Beccassino para que los definiera, según su criterio, en una corta frase.
Juan Manuel Santos: Un tipo que tiene características de estadista en el mundo contemporáneo. Hubo grande estadistas en el pasado a los que no le llega más allá del ombligo, pero en estos tiempos es un estadista. Con una claridad de lo que quiere, en términos de poder. Un tipo que ha sabido arriesgar para marcar la historia.
Francia Márquez: De lo más potente que apareció en la escena del país en estos últimos tiempos. Es una síntesis de la potencia y del dolor que tiene la costa Pacífica. Y en muchos aspectos es un problema, porque es radical, sin embargo, ahí está su potencia. Es un muy buen elemento en la realidad política del país, pero en un país que tiene conductas tan violentas, es un peligro Francia.
Álvaro Uribe: Para un país de raíz latifundista es un héroe. Como persona que ha incidido en la vida de este país, yo creo que es un hombre avaro en muchos sentidos.
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