Laura Juliana Hernández Oliveros, hija del candidato presidencial Rodolfo Hernández, fue secuestrada el 4 de junio de 2004, mientras se encontraba en un viaje con una amiga en Ocaña, Norte de Santander. En ese entonces, Laura Juliana, de 23 años, era estudiante de Derecho en la Universidad Santo Tomás de Bucaramanga.
Los secuestradores, que se identificaron como miembros del Ejército de Liberación Nacional, le pidieron a la familia 2 millones de dólares por su rescate. El aspirante a llegar a la Casa de Nariño, ha explicado que, de acuerdo con su familia, se tomó la difícil decisión de no pagar el rescate, para no poner en peligro a sus otros hijos.
Desde entonces no se volvió a saber nada de la joven que, se presume, habría sido asesinada por sus captores al no recibir el dinero de la recompensa; sin embargo, al no existir cuerpo ni pruebas de su muerte, en los registros oficiales Laura Juliana Hernández Oliveros sigue viva, su cédula sigue activa, registrada en un puesto de votación e incluso con propiedades a su nombre.
En las últimas horas, el abogado Elmer José Montaña Gallego reiteró que el documento de Juliana Hernández aún aparece vigente y está registrada para participar en la próxima jornada electoral del 19 de junio.
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Por su parte, la revista Cambio pudo confirmar que hay un inmueble en Bucaramanga a nombre de la hija del candidato y que, según los registros oficiales de Medicina Legal, no hay datos que demuestren si la mujer está desaparecida o muerta. Igualmente, en las bases de datos de la Registraduría Nacional del Estado Civil aún aparece vigente su documento, además, que tiene asignado un puesto de votación específico en la capital del departamento de Santander.
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Respecto al tema el ingeniero no se ha pronunciado, pues se encuentra de gira en el exterior y espera regresar al país este sábado. Su esposa, Socorro Oliveros, publicó hace algunos días una carta pública cuestionando a quienes han usado la muerte de su hija, para criticar a su marido.
“Dentro del giro de esta campaña se han tomado elementos de mi vida personal, los cuales son inaceptables dentro de una sociedad enferma que se alimenta del dolor, particularmente, con el sufrimiento de una madre y la pérdida de una hija secuestrada y con la incertidumbre de la verdad”, aseguró la señora Oliveros en su mensaje.
“Nosotros no hablamos mal de nadie, no permitimos que se haga campaña sucia, por lo cual consideramos que el mensaje referente al secuestro y muerte de nuestra hija requiere respeto hacia la víctima, respeto hacia los que sufrimos la pérdida, y perdón y comprensión hacia los secuestradores que me quitaron a mi hija buscando únicamente dinero”, concluyó la gerente de la campaña de Rodolfo Hernández.
El ELN desmintió el secuestro
Por su parte, el grupo armado se pronunció y negó cualquier vinculo con la retención y asesinato de la hija de Hernández, sin embargo, señalaron que no desestimaban que otra organización hubiese sido responsable del hecho. En el comunicado destacan: “Después de hacer las indagaciones respectivas, le informamos al país que nunca tuvimos retenida a Juliana Hernández Olivero, hija adoptiva de Rodolfo Hernández. Ninguna de nuestras estructuras en la región tiene responsabilidad directa ni indirecta en este caso, es falso que ella hubiese desaparecido o muerto en manos del ELN”.
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