Luego de más de nueve años, precluye uno de los procesos contra Fabián Sanabria

La decisión fue tomada debido a la solicitud de la Fiscalía General de la Nación, presentada el pasado 20 de mayo

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Fabián Sanabria  (Colprensa – Mauricio Alvarado).
Fabián Sanabria (Colprensa – Mauricio Alvarado).

El Juez 50 de conocimiento de Bogotá declaró la preclusión de la investigación en contra del sociólogo y catedrático Fabián Sanabria, por acoso sexual en contra del joven Joan Sebastián González, debido a la prescripción del caso.

Según el Juez, el caso ya estaba prescrito, incluso desde que se compulsaron copias en 2021 para abrir la investigación.

Esta decisión fue tomada debido a la solicitud de la Fiscalía General de la Nación, presentada el pasado 20 de mayo, de precluir la investigación con el argumento de que los hechos por los cuales se imputaban a Sanabria ocurrieron en octubre del año 2012, es decir, más de nueve años, que es el máximo de la pena que establece el Código Penal frente al delito por el cual estaba siendo investigado. Por ese motivo, ya se había cumplido el periodo de prescripción.

“A este momento han transcurrido nueve años y siete meses, de siete años y seis meses que es el término máximo”, indicó la Fiscalía.

El caso de Joan Sebastián González comenzó presuntamente en el Parque Arqueológico de Tierradentro, ubicado en Inza, departamento del Cauca, donde el joven realizaba un proyecto de antropología para culminar su carrera universitaria. Allí fue donde conoció a Sanabria, quien era muy respetado por ser director del Instituto Colombiano de Antropología (ICANH) y profesor de sociología de la Universidad Nacional.

Según relató el joven ante la audiencia, el profesor Sanabria lo empezó a acosar con frases como “Tienes cara de gato”, “por qué eres tan bravo”, “lo que te hace falta es que te consientan”, y acompañado de gestos morbosos y explícitos.

En el relato continúa diciendo que Sanabria habría invitado al joven a su apartamento en Las Aguas, centro de Bogotá, con la excusa de que su trabajo como antropólogo le parecía muy bueno y que quería ofrecerle trabajo en el ICANH. En el lugar, el profesor le habría pedido favores sexuales a cambio, y como el joven se negó, en represalia, el profesor hizo que lo echaran del proyecto en el que estaba trabajando.

Ante la solicitud de la Fiscalía de precluir el caso, Joan Sebastian dijo: “No había sido yo informado de nada de este caso y me parece un bache legal gigante que me llamen hasta ayer”.

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El profesor había sido acusado por casos similares

Una de estas acusaciones e de Steven López Robles, con quien Sanabria habría utilizado la misma estrategia de invitarlo a su casa con la promesa de ofrecerle un trabajo. Allí, el respetado docente le habría dado un bebida oscura que lo aturdió para luego abusar sexualmente de él, forzándolo mediante golpes y repitiendo la frase “déjate consentir como los gatos”.

Y aunque Sanabria niegue esta versión, el reporte de medicina legal apoya el testimonio del joven, pues afirma:

“López se sintió sometido físicamente frente al presunto agresor, y el hecho de encontrarse en un sitio que no era conocido para él, que según lo manifestado se le había colocado seguro (candado) a las puertas, llevó a la sensación de perder la vida y que permitiera los supuestos actos abusivos”.

Además, dicho informe describe las consecuencias psicológicas que dicho episodio habría tenido sobre el joven, evidenciando “alteraciones en el estado de ánimo, sensación de tristeza, aislamiento social, hiporexia, descuido en su presentación y dificultades en el patrón del sueño”.

Los hechos descritos habrían ocurrido en en septiembre de 2013 y el pasado 22 de mayo la Fiscalía presentó la acusación formal en contra del profesor, por lo que deberá ir a juicio.

Otro caso conocido por la justicia fue el de Néstor Iván Gamba que, cuando fue alumno de Sanabria, se ofreció a entregar unas lecturas a sus compañeros que debía recoger en la casa del profesor, que por ese entonces quedaba en el barrio La Candelaria.

“Allí Se bajó la cremallera del pantalón y sacó su pene, me pidió acariciarle, y dirigió mi mano sobre él. El acto desagradable quedó grabado en mi cabeza de por vida. Me dijo algo de probar cosas nuevas, tomó mi mano, me hizo acariciarlo, lo masturbé por algún tiempo, él también toca mi pene y lo masturba”, narró el joven.

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