Fedesarrollo alertó sobre la calidad educativa en Colombia: aunque hay mayor cobertura hay menor desempeño

Un documento sobre políticas públicas emitió una serie de propuestas sobre qué hacer en materia de educación en el país; ya que este aspecto tiene fuertes influencias en el sistema económico y social de Colombia, por lo que se hace necesario actuar para fortalecer la enseñanza.

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La deserción escolar es el
La deserción escolar es el problema principal de la educación en Colombia Foto: archivo particular

Desde el Centro de Investigación Económica y Social de Fedesarrollo determinaron, con más de 130 expertos, cuales son los problemas de la educación en Colombia y qué se puede hacer para superarlos; allí estima que la cobertura e inasistencia a la educación básica es una de las situaciones fundamentales para entender el panorama nacional; lo que impacta, por ejemplo, al sistema pensional y/o al mercado laboral.

“Las personas de menos recursos son las que más llevan del bulto desde el comienzo de sus vidas, no poder entrar a estudiar o recibir educación de mala calidad hace que sea más difícil encontrar trabajo. Y con un trabajo precario, pues, es imposible conseguir una pensión para la vejez”,

es lo que expone en un video Magic Makers y Fedesarrollo, dando una breve descripción de la afectación del sistema educativo en las diferentes esferas del país.

Aunque en Colombia se ha avanzado en términos de cobertura, al menos hasta el 2017, año donde se triplicó la cifra, en comparación con las últimas décadas, la educación inicial en promedio no supera el 60 %, de hecho, para la educación media el déficit se presenta en su mayoría en las zonas rurales, donde se llega al 45 % de la población. Según estima la entidad, este es el valor más bajo en los países latinoamericanos, en promedio propuesto por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE.

Otro de los puntos que preocupa es la calidad de la educación:

“En las pruebas PISA de 2018, Colombia presentó una reducción de su desempeño con respecto a 2015 y una diferencia entre 80 y 100 puntos con respecto al promedio de la OCDE. Esto implica que un estudiante de 15 años en el país cuenta con 2,5 años menos de escolaridad con respecto a un estudiante promedio de la OCDE. Más de la mitad de los estudiantes en grado noveno no entienden bien lo que leen, y dos terceras partes obtienen el nivel más bajo de desempeño en matemáticas. En educación superior, la acreditación de alta calidad se concentra solo en la oferta universitaria, con un 82% de la oferta acreditada. Además, no hay mediciones de la calidad de los técnicos laborales, cursos cortos y diplomados de la formación para el trabajo”,

esto evidencia las principales falencias de la educación en Colombia, sumado a la brecha en la titulación contrastada en los estratos bajos y altos.

Si bien la cobertura en el nivel de escolaridad media, bachillerato, es de las más altas, los sectores menos favorecidos, como los del campo, tienen varias barreras para poder alcanzar el objetivo de lograr este título educativo, por ejemplo, la disparidad en la edad, factores económicos y situaciones sociales como tener que escoger entre el estudio, el trabajo o la familia.

Las cifras dicen que el problema central del sistema educativo colombiano es la deserción, por cada 100 niños que entran a primero de primaria, solo 44 se gradúan como bachiller, de hecho, en el trance entre la secundaria y los programas técnicos o profesionales es cuando más se nota el abandono, de esos 44 graduados solo el 38,7 % acceden a la educación superior.

Desde Fedesarrollo analizan la situación de la educación en Colombia y realizan unas propuestas que impactarían de forma positiva en distintos sectores, como la situación laboral y el sistema pensional.

Por esto, se plantea una “universalización de la educación inicial”, con el fin de suplir los 850 mil cupos que hacen falta para garantizar la educación a los dos millones de niños entre 3 y 5 años, lo que significaría una inversión entre 1,7 billones y 2,7 billones de pesos. Otra de las propuestas es hacer un seguimiento, a partir de inteligencia artificial, para detectar a esos menores que tienen la intención de desertar o que ya desertaron para incentivarlos a culminar sus estudios.

También piden rediseñar el modelo financiero del ICETEX para que sea valorado desde una perspectiva de servicio social, garantizado por el Estado. Además, generar currículos para entender las necesidades competitivas del país y formar a los jóvenes para suplir esos espacios; incluso regular los sistemas de evaluación, tanto para el sistema de educación en general como para los alumnos, logrando mejorar las calificaciones a nivel internacional.

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