En la mañana del sábado 4 de junio el papa Francisco recibió en el Vaticano a miembros de la Casa Hogar Deustschland, fundación que trabaja en Chocó con el objetivo de empoderar a las niñas y mujeres de la región mediante la educación. “De esta manera, deben crecer libres de explotación y abuso. Queremos que las niñas y mujeres del Chocó puedan decidir su propia vida”, se puede leer en su página web.
Durante el encuentro con el sumo pontífice, también participaron Sally Asprilla, de la Fundación La Paz y líder de Casa Hogar Colombia y monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Quibdó.
Este último le leyó una carta al papa que decía: “Apreciado papa, el Chocó necesita condiciones de vida digna y clama a gritos su intervención apostólica, para que se logren dos objetivos fundamentales: un acuerdo humanitario y la solución negociada al conflicto armado. De lo contrario, el sufrimiento se incrementará y cobrara muchas vidas más”.
Es de anotar que el pasado 16 de febrero, monseñor Barreto le envió una carta pública al presidente Iván Duque donde le advertía sobre la situación de violencia en este departamento colombiano. “Nos preocupa que la respuesta del Estado ante la grave situación social, visibilizada a través de las misiones humanitarias, sea la negación, que pueda contener en el fondo, la intencionalidad de silenciar lo que está ocurriendo en el Chocó y occidente de Antioquia”, señaló el obispo de Quibdó en ese momento.
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Para la fundación alemana que apoya 38 proyectos humanitarios y educativos en el Chocó, “no es solo una oportunidad para dar visibilidad a Chocó a la luz de sus retos a nivel social, sino que también le permite al mundo saber del enorme potencial de cambio que tiene este departamento”.
La educadora Sally Asprilla, quien después de recorre los 30 municipios de Chocó durante varios años, sintió la necesidad de ayudar a su comunidad de una manera más directa y junto con sus hermanas, creó la Fundación La Paz en Quibdó, también estuvo presente en la reunión con el papa y aseguró que:
“Nosotras somos doblemente vulneradas por la falta de oportunidades para tener un proyecto de vida propio. Las jóvenes están expuestas a ser reclutadas para cocinarles a los grupos armados, ser víctimas de violencia sexual o a tener marido e hijos sin poder aspirar a la formación. Por eso le contamos de nuestro empeño para empoderarlas”, afirmó la líder comunal.
Sally cuenta con 30 años de experiencia en el área pedagógica. A pesar de haberse pensionado por motivos de salud, su percepción y conocimiento de la región la han motivado para seguir aportando a la educación en Quibdó, especialmente de las jóvenes.
“Para Casa Hogar es un honor servir como puente entre el pueblo chocoano y el sumo pontífice, y con ello, poder lograr que muchas más personas, organizaciones e instituciones se unan a la defensa de la vida en el Chocó”, finalizó la líder Sally Asprilla.
Al término del encuentro con la autoridad católica, los representes de las comunidades del Chocó le entregaron algunos regalos al sumo pontífice. Entre los obsequios se encuentran una estola (elemento litúrgico de la indumentaria del cristianismo) con un diseño afrocolombiano, libros de historia de los procesos comunitarios en Chocó, cartas y manilla realizadas por niñas indígenas y afro de Istmina, café y frutos secos producidos en el departamento.
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