SIP condena los reiterados hostigamientos del alcalde Daniel Quintero a El Colombiano

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) manifestó su preocupación por ataques en contra de los periodistas y la directora del medio nacional, Luz María Sierra, por parte del mandatario antioqueño y algunos miembros de su gabinete

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La Sociedad Interamericana de Prensa
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) manifestó su preocupación por ataques en contra de los periodistas y la directora del medio nacional, Luz María Sierra, por parte del mandatario antioqueño y algunos miembros de su gabinete. Foto: Colprensa

Este jueves 2 de junio, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó los reiterados ataques del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, en contra del medio nacional El Colombiano, los cuales calificó como una “campaña de estigmatización y hostigamiento”, que serían en “represalia a investigaciones periodísticas y críticas a la administración local sobre presuntas irregularidades, nepotismo y actos de corrupción”.

A través de un comunicado, la organización dedicada a la defensa de la libertad de expresión y de prensa en América, expresó su preocupación por las denuncias realizadas por el medio local en contra del mandatario antioqueño, quien fue suspendido por su presunta participación en política en medio de la campaña presidencial en el país, y algunos miembros de la administración local que habrían “hostigado y estigmatizado” a través de redes sociales a su directora, Luz María Sierra.

“La alcaldía obstaculiza, demora o no responde pedidos de acceso a información. Según el medio, desde su llegada a la Alcaldía en 2020, Quintero mantiene una actitud de alejamiento con los medios de comunicación, en especial con El Colombiano y sus periodistas”, indicó la SIP en el documento, frente a las reiteradas denuncias que han sido rechazadas por la Fundación para la Libertad de Prensa (FLP).

A su vez, la asociación rechazó los ataques de algunos funcionarios de la administración contra la directora de El Colombiano por cuestionar el viaje del alcalde Quintero, quien es investigado por parte de la Procuraduría General de la Nación por su supuesto apoyo al líder de oposición y candidato presidencial de la alianza de izquierda del Pacto Histórico, Gustavo Petro, a Washington, Estados Unidos, para denunciar su suspensión ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Por su parte, el presidente de la SIP, Jorge Canahuati, invitó al mandatario antioqueño y a su gabinete a cesar sus ataques contra el medio local, al tiempo que manifestó su preocupación por la “continua estigmatización y el descrédito proveniente de la Alcaldía, que tenemos pueda incentivar violencia y amenazas”

“El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Carlos Jornet, director periodístico de La Voz del Interior, de Argentina, añadió que ‘en una democracia los periodistas y medios cumplen una función fiscalizadora de la administración pública, que muchas veces está sujeta a tensiones naturales, pero esto no justifica campañas de descrédito desde el poder”, señaló la SIP.

Por último, ambos directores indicaron que la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), organismo que visitó el primer mandatario para denunciar su sanción, señala que los “funcionarios públicos están sujetos a un mayor escrutinio por parte de la sociedad”.

El pasado octubre, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) le puso un ‘tatequieto’ al alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, y a varios de los funcionarios de su administración que habrían atacado en repetidas ocasiones a la prensa nacional, principalmente el diario regional El Colombiano.

La FLIP dijo que las declaraciones de Quintero y su secretario de Gobierno, Esteban Restrepo, quien publicó una encuesta en Twitter donde desvirtuaba la veracidad del periódico, menoscababan “la credibilidad del medio y estigmatizar a sus periodistas, como represalia a la veeduría que el El Colombiano hace de la administración de Medellín. Esto genera un ambiente de permisividad frente a ataques y agresiones”.

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