“Quisiera contarles que viví en un pueblo durante ocho años; y, cuando llegué a esto que llaman la gran ciudad o Bogotá, me confronté con un racismo que, hasta hoy, veinte años después, es indescriptible para mí…”, así comienza una de las 15 historias que los bogotanos podrán conocer en la galería audiovisual Silencios que cuentan, que hace parte de la programación del segundo Congreso para el Desaprendizaje.
Esta iniciativa del Instituto Distrital de Participación y Acción Comunal (IDPAC) es liderada por la Escuela de Participación y para 2022, tendrá como tema central desaprender los prejuicios y abrazar la diversidad.
En cada uno de estos 15 relatos sus protagonistas cuentan cómo y en qué momento se han sentido excluidas.
Desde la Escuela de Participación del IDPAC buscan, también, que la ciudadanía pueda aprender a participar de forma más inclusiva y libre, como un antídoto para la exclusión.
Volviendo a los relatos, estos son el reflejo de lo que viven muchos colombianos y colombianas que dejan sus pueblos y al llegar a una gran ciudad se enfrentan a una realidad desconocida, para la que nadie está preparado, y que los condena a tratos discriminatorios.
De acuerdo con información de la Alcaldía de Bogotá, lo que se busca con estas historias es que el espectador pueda cuestionarse si alguna vez ha discriminado o adoptado actitudes discriminatorias hacia otros, por lo que se plantean las siguientes preguntas ¿Cómo podemos ser más justos en cada uno de nuestros actos? Y ¿qué es realmente la empatía?
La galería estará el 4 de junio en el II Congreso para el Desaprendizaje que se realizará en la Plaza de los Artesanos en Bogotá desde las 8:00 a. m.
Aparte de la galería Silencios que cuentan, el congreso tendrá 18 talleres sobre cómo desaprender prejuicios y un panel de expertos conformado por la periodista María Teresa Ronderos, la profesora universitaria María Emma Wills y el profesor universitario e investigador Eduardo Gudynas, los tres compartirán sus reflexiones sobre la participación y el desaprendizaje desde sus conocimientos, profesiones y experiencia.
La inscripción y la participación en el Congreso es completamente gratuito, las personas interesadas deben registrarse en www.escuela.participacionbogota.gov.co
A continuación Infobae Colomiba reproduce algunos fragmentos de las 15 historias.
“Soy un ciudadano del departamento de Nariño, de origen indígena y estoy hace ocho años en la ciudad de Bogotá y me he sentido muy excluido por las instituciones del Estado, del Distrito por el simple hecho de que no estoy organizado en cabildos, pues no conozco más a nadie aquí de mi pueblo. Entonces esto ha hecho de que la participación sea muy limitada para mí... En mi región yo dediqué quince años al servicio de mi comunidad, vengo de ser un líder, vengo a aportar...”
“¡Oiga! Les quiero contar una historia que me pasó hace algunos años, donde no fui víctima directamente de discriminación pero casi que soy cómplice o al menos testigo de una de ellas. Yo era docente escolar hace algunos años y en una reunión de docentes, la rectora de ese plantel quería despedir a un colaborador, compañero nuestro, porque era visiblemente bisexual. Motivación para que se armara un escándalo, decía ella, porque estaba, según ella, influenciando a tres estudiantes que visiblemente eran muy femeninos en sus comportamientos y ademanes, lo cual no está nada mal. Pero para ella sí estaba mal. Ella veía que este profesor estaba influenciando a estos estudiantes. Cuando todo esto pasa en la reunión, cuando lo plantea, yo inmediatamente me llené de ira, me sentí acosado, porque si bien era para otro compañero la situación, pues yo me sentía interpelado y de inmediato le dije a la rectora ‘¿y usted qué va a hacer conmigo?’”.
“¿Ustedes cómo se imaginan que debe ser una gerente? Hace un tiempo, en dos momentos diferentes, atendí unas reuniones directivas y al llegar donde la persona que nos guiaba a la reunión me enviaron a una sala pequeña con una pantalla, donde se lograba ver la sala de juntas del despacho de esa entidad. En la sala donde yo me encontraba estaban los profesionales y los técnicos. Saludé a una persona de otra entidad que conocía y ella me preguntó ¿por qué estás aquí? Si los directivos están en otra sala. Ella se levantó y le pidió a la persona que nos guiaba que por favor me llevara a la sala donde estaban todos los directivos. Y en esas dos ocasiones me he sentido muy excluida y discriminada porque siento que esas cosas suceden por cómo me gusta ser. Y no son los primeros escenarios donde me pasa. También me pasó cuando estuve en la universidad...”
“Cuando tenía quince años quería ser la personera de mi colegio. Ese era mi sueño más grande. Estaba en el último año del colegio cuando postulé mi hoja de vida los profesores manifestaron que una persona desplazada o que parecía como costeña no podía ocupar este puesto, porque no tenía las capacidades... En ese momento también sentía mucha inseguridad con mi aspecto físico, porque no era estaba parecido o similar a mis compañeros del momento, tener el color de piel distinto, tener un cabello distinto...”
SEGUIR LEYENDO: