Cartel de Cali: ocupan finca de Alberto Giraldo López, el relacionista público de los Rodríguez Orejuela

Dejó su carrera periodística para servir de mensajero del cartel, lo que le dejó cuantiosas ganancias que invirtió en propiedades que décadas después vuelven a la Nación

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La estela del proceso 8.000 y del extinto cartel de Cali en el país no se termina. Más de una década después de la muerte del periodista Alberto Giraldo, considerado el relacionista público de los capos de esa organización narcotraficante, una de sus propiedades pasó a manos del Estado en medio del proceso de extinción de dominio.

Miembros del CTI de la Fiscalía General de la Nación ocuparon una finca ubicada en zona rural del municipio de Palestina, en el departamento del Huila que pasará a ser administrado por la Sociedad de Activos Especiales para adelantar el proceso de extinción de dominio.

“La Fiscalía impuso sobre la finca detectada, avaluada preliminarmente en 135 millones de pesos, medidas provisionales de suspensión del poder dispositivo, embargo y secuestro”, lo que implica que no podrán ser vendidos, arrendados ni disfrutados por la familia del periodista.

Este predio se suma a otros dos que fueron ubicados en Ciénaga, Magdalena, y entraron al mismo proceso en el año 2021. Todas, propiedades que adquirió Giraldo con el dinero que le pagaron los hermanos Rodríguez Orejuela por los servicios prestados al ser, al parecer, el vínculo con políticos nacionales.

Alberto Giraldo era un periodista antioqueño reconocido por dirigir espacios informativos en RCN y Todelar, hasta que terminó como intermediario de Miguel y Rodríguez Orejuela, los capos del cartel de Cali, por lo que habría recibido millonarias rentas.

Se entregó en 1995, luego de que el país lo escuchó nuevamente, ya no en los micrófonos radiales, sino en unas grabaciones de conversaciones suyas con jefes del cartel en las que hablaban del ingreso de “dineros calientes” a la campaña de Ernesto Samper. Esas interceptaciones fueron filtradas en los dispositivos de grabación que fueron llamados “narcocasetes” y desataron lo que se conoce como el Proceso 8.000.

Giraldo también había sido secretario de prensa de Belisario Betancour durante su presidencia y en un libro suyo llamado Mi verdad contó que sus relaciones con los Orejuela venía de hace tiempo y en 1978 presentó Gilberto y el dirigente conservador para que lo apoyara en la deuda que le había dejado la fracasada campaña frente a Turbay.

Según dijo, Gilberto Rodríguez Orejuela, quien falleció este 1 de junio en una cárcel de los Estados Unidos, tenía animadversión por el partido Liberal, pero siempre se había sentido excluido, por lo que en la campaña de 1982 decidió apoyar a ambos partidos. Escribió que le entregó 50 millones para su campaña a Betancour y este nombró a su hijo, supuestamente como secretario.

Todas esas intermediaciones le hicieron merecedor de pagos hasta por más de 1.400 millones de pesos, según determinó el proceso judicial en su contra por el que fue condenado en 1998 por un juez sin rostro. Se le impuso una condena por 8 años de prisión y una multa equivalente a ese enriquecimiento ilícito.

Periodista y relacionista público del
Periodista y relacionista público del cartel de Cali Alberto Giraldo

Giraldo decía que Gilberto Rodríguez quería ser un prestigioso banquero, pero lo cierto era que formaba empresas fachada para ocultar las millonarias sumas de dinero que movía producto del narcotráfico. Las mismas de las que le fueron girados cheques con cifras astronómicas de dinero, que correspondían al dinero que debía entregar a los políticos y otros funcionarios que entraron en la nómina criminal de los Orejuela.

Durante el proceso 8.000 trató de decir que el dinero que le habían enviado los poderosos caleños y él entregó a Santiago Medina, tesorero de la campaña presidencial, correspondían al pago de unas lujosas obras de arte, pero su mentira se cayó, según informó entonces El Tiempo, porque no pudo demostrar el origen del dinero.

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