Al inicio de los años setenta, Gilberto Rodríguez Orejuela y Miguel Rodríguez Orejuela, junto a José Santacruz Londoño, crearon una banda delincuencial llamada ‘Los Chemas’, dirigida por Luis Fernando Tamayo García.
En sus principios se dedicaban a la piratería, la extorción y el secuestro; años más tarde empezarían a traer a Colombia pasta de coca procedente de Perú y Bolivia, compraron varias avionetas y empezaron a comercializar esta droga con sus propias aeronaves.
Con el tiempo, los Rodríguez Orejuela buscarían expandir su dominio en el mercado del narcotráfico con la cocaína, así fue como sustituyeron a Benjamín Herrera Zuleta, más conocido como ' el papa negro de la cocaína’, y encontraron a un nuevo socio, Hélmer Herrera, alias ‘Pacho Herrera’, con el fin de blanquear todo el dinero que se ganaban en los Estados Unidos, para posteriormente llevarlo a Colombia.
Herrera utilizó la importación de maquinaria, sobre todo la utilizada en la construcción de carreteras, con el fin de camuflar el dinero en dólares que se ganaban la exportación ilegal del estupefaciente a Estados Unidos.
En los años ochenta, el Cartel de Cali (como fue bautizado por las autoridades estadounidenses, y que dieron también su nombre al Cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar Gaviria) buscaba expandir su mercado a Europa tras el viaje de Gilberto a España, donde se labró una alianza con un grupo llamado Camorra, que era el encargado de distribuir la droga por todo el viejo continente.
Estados Unidos tenía estimado que cuatro de cada cinco gramos de cocaína que circulaba por New York era de la organización delictiva del Valle.
Guerra con el Cartel de Medellín
Jhon Jairo Velásquez (alías Popeye) afirmó que en un principio la guerra entre el Cartel de Cali y Medellín se dio por una pelea entre dos empleados de las organizaciones delictivas (alias ’Piña’ y ‘el negro Pabón’, uno empleado de Herrera y otro de Escobar, respectivamente) por un supuesto “lío de faldas”.
Según cuenta ‘Popeye’, estos dos hombres eran amigos en un cartel de New York, pero cuando el ‘Negro’ salió de la cárcel y se enteró que su amigo andaba con su exmujer, habló con Escobar y ambos acordaron matar a ‘Piña’.
El Cartel de Medellín le pidió al de Cali asesinar a ‘Piña’, cobrando así un viejo favor que les había hecho a la organización de Valle, pero ellos no accedieron porque este ‘empleado’ era muy cercano a ‘Pacho’ Herrera, lo que desató la guerra entre los dos carteles.
En 1988, tres hombres llegan al edificio Mónaco (Poblado), en Medellín, donde se encontraba la esposa de Pablo Escobar y sus dos hijos, todos salieron ilesos del atentado del Cartel de Cali, pero marcó el recrudecimiento de la guerra entre carteles. fue cuando ambos grupos delictivos empiezan a formar grupos de espionaje, pero Escobar secuestra al conformado por los Rodríguez Orejuela.
Tras varios intentos por las dos partes de dar de baja a sus líderes, la guerra se atenuó tras la entrega de Escobar a las autoridades colombianas en junio de 91, pero todo empezó a complicarse para el Cartel de Cali cuando ‘el patrón’ escapó de la Cárcel La Catedral. Los Orejuelas crearon el grupo ‘Los pepes’, conformado por exmiembros del Cartel de Medellín y paramilitares para dar de baja a Pablo Emilio, pero siempre fracasaron en su intento de asesinarlo.
El declive del Cartel de Cali
Tras la muerte de Escobar, y la desintegración del Cartel de Medellín en 1993, los Orejuela se quedaron con el 80% del mercado de cocaína a nivel mundial.
Los servicios estadounidenses al ver desaparecida la amenaza del Cartel de Medellín tras la muerte de Escobar, vuelca su atención al Cartel de Cali, Samper (por el Proceso 8.000) ordena a las autoridades perseguir a los Orejuela para demostrar que no tenía ningún vínculo con este grupo delictivo, sobre todo por el ingreso ilícito de dineros de esta mafia en la campaña de Ernesto.
El primero en caer detenido fue José Santacruz en Bogotá (quien tiempo después sería dado de baja tras escapar de la cárcel), luego en 1995 fue Gilberto, y Miguel el mismo año en el mes de agosto. Pacho Herrera se entregó a las autoridades en 1996. Finalmente, los Rodríguez Orejuela fueron extraditados a Estados Unidos. En el 2021, ambos hermanos afirmaron que comparecerían en la Comisión de la Verdad.