Rodolfo Hernández la gran sorpresa electoral: análisis de la campaña del candidato que salió de la nada para ponerle emoción a las presidenciales

No es el tradicional líder autoritario antisistema. El Ingeniero, como le gusta que lo llamen, es realmente un candidato populista que capitalizó el descontento social contra de la élite política colombiana

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Foto de archivo. El candidato
Foto de archivo. El candidato presidencial colombiano de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, Rodolfo Hernández, es recibido por sus seguidores en el aeropuerto Palonegro de Bucaramanga, Colombia, 21 de mayo, 2022. REUTERS/Stringer

Durante el transcurso de la actual campaña presidencial brillaron tres diferentes estrellas en el firmamento electoral. El pasado 13 de marzo, día de las votaciones para elegir a los nuevos congresistas y a los candidatos de las coaliciones presidenciales, surgieron dos: la primera estrella es Federico Gutiérrez, quien superó los dos millones de votos y se llevó la posta de la coalición de derecha Equipo por Colombia.

La segunda estrella es Francia Márquez, quien, con más de 780.000 votos ocupó el segundo lugar en la coalición de izquierda Pacto Histórico, la cual ungió a Gustavo Petro con cuatro millones y medio de votos como candidato presidencial. Pocos días después, Petro designó a Márquez como su fórmula vicepresidencial.

Y la tercera estrella en el firmamento es el ingeniero Rodolfo Hernández, quien, hasta hace un par de semanas, marcaba en las encuestas un promedio de intención de voto del 10 %. Pero algo pasó en los últimos días. El Ingeniero se disparó en las encuestas. Una de ellas lo ubicó en la primera vuelta presidencial en empate técnico con Gutiérrez, y esas mismas encuestas marcaron que, en una segunda vuelta, Hernández y Petro están en un empate técnico.

Las encuestas no se equivocaron. Hoy Gustavo Petro y Rodolfo Hernández están en el balotaje. Sin embargo, las incógnitas están en el campo del ingeniero Rodolfo Hernández. ¿Quién es? ¿Vencerá a Petro? Y ¿cómo logró llegar a segunda vuelta presidencial? Rodolfo Hernández es un ingeniero civil de 77 años que ganó notoriedad y un gran patrimonio económico como empresario de la construcción en Santander, su tierra natal, un pujante departamento del oriente colombiano. Fue concejal de Piedecuesta y alcalde de Bucaramanga.

Como burgomaestre se destacó por poner en orden las finanzas de la ciudad, por invertir en temas sociales y por los escándalos mediáticos que lo rodearon. Golpeó en la cara a un concejal, insultó a sus adversarios y afrontó múltiples investigaciones legales. Fue suspendido de su cargo por apoyar al candidato que a dedo designó para sucederlo, y cursa un proceso penal que lo comprometería en actos de corrupción.

En los mentideros políticos colombianos se afirma con una seguridad pasmosa que ingeniero Hernández, maestro del manejo político en las redes sociales, será el nuevo inquilino de la Casa de Nariño, porque derrotó a la clase política tradicional en primera vuelta y, seguramente, derrotará al candidato de izquierda que más cerca está de llegar a la Presidencia de la República en la segunda vuelta presidencial del próximo 19 de junio.

Sea cual fuere el resultado del balotaje, Rodolfo Hernández ejecutó un ejercicio brillante de ingeniería electoral. Si tratáramos de encuadrarlo en el espectro político no lo podemos calificar como un candidato de la derecha, tampoco de la izquierda y mucho menos del centro. Ahí está la primera clave de su éxito. Y quizá, su fórmula mágica más relevante.

De un lado, al desmarcarse ideológicamente, se adueñó con cierta facilidad del descontento popular que convulsionó al país en el estallido social del 2021 en contra de la élite política, representada en los partidos políticos Liberal, Conservador, Cambio Radical, de la U y el Centro Democrático, la colectividad de Álvaro Uribe y del presidente Iván Duque, que se la jugaron a fondo por el candidato de la derecha Federico Gutiérrez. Y del otro lado, el ingeniero Hernández le disputó a Petro la condición de ser el representante del cambio o del no continuismo: si no es de derecha, o de izquierda o de centro eres el cambio político. Y eso transmitió Hernández.

La segunda clave del éxito se desprende de lo que representa el radicalismo en una campaña política polarizada. Hernández recoge el voto anti-petrista que no va a votar por Gutiérrez y el voto anti-uribista que no va a votar por Petro. Por este motivo, algunos analistas lo consideran el Donald Trump de Colombia. Y hasta razón tendrán. Pero lo cierto es que el ingeniero Hernández es realmente el candidato que pone contra las cuerdas a la élite política del país.

Y la tercera clave del éxito es un discurso político simple, básico, elemental y populista. Todos los males de Colombia se solucionan con una sola estrategia: la lucha contra la corrupción. ¿Cuál es su propuesta de seguridad? Hernández: luchar contra la corrupción. ¿Cómo va a manejar la economía? Hernández: luchar contra la corrupción. Y ¿qué iniciativas implementará para fortalecer el empleo, la educación y la salud? Hernández: luchar contra la corrupción.

En conclusión, Rodolfo Hernández es un ingeniero electoral. Puso a su servicio el poder mediático de las redes sociales para posicionar su nombre, su condición de adversario de la élite política, su discurso populista y medio cuerpo en la Casa de Nariño. Nadie puede poner en tela de juicio esta habilidad. Lo que está por verse es qué tan buen mandatario será si vence a Petro en el balotaje.

*Jairo Libreros es abogado, especialista en política internacional y profesor titular de seguridad y defensa nacional de la Universidad Externado de Colombia

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