Este miércoles 25 de mayo se conoció una carta firmada por algunos padres de familia de la institución educativa ‘Corporación Deustche Shule’ de Medellín en la que manifestaban su “inconformidad” por la admisión de las dos hijas del alcalde dela ciudad, Daniel Quintero, quien actualmente se encuentra suspendido de su cargo por supuesta participación en política.
El grupo de 25 padres de familia señaló en la misiva, dirigida a la junta directiva del colegio alemán, que les resultaba “sorpresiva” la admisión de las hijas del mandatario de la capital antioqueña al plantel educativo, argumentando que al “margen del derecho a la educación, los criterios y la discrecionalidad de la institución”, los directivos parecían haber sido “inexplicablemente omitidos y esta vez en un caso cuya notoriedad es evidente, como evidente es la contraposición de los principios y valores que ellos profesan y distinguen”.
“No queremos dejar de manifestarles nuestra gran inconformidad, ya que no encontramos una explicación -ni siquiera en la apertura y libertad practicadas por la institución-, para que el colegio haya tomado esta decisión, pues son incontables las actuaciones que se han hecho públicas y que dan cuenta inequívoca de que los valores practicados por ellos, van en abierta contravía de la fundamental identificación que en este trascendental aspecto tiene que existir entre las familias y el Colegio, muy por encima de cualquier viso de apertura a diferentes ideologías”, indicaron los firmantes.
Diferentes personalidades del país expresaron su rechazo a esta carta, que fue tildada por algunos como una manifestación de “discriminación” y “exclusión” contra las dos niñas y el alcalde de la ciudad, quien actualmente esta siendo investigado por la Procuraduría General de la Nación.
“Embajador de Alemania en Colombia, Peter Ptassek, como premio Nuremberg de derechos humanos rechazo esta carta de padres que circula para que el colegio alemán de Medellín no reciba a las hijas del alcalde legítimo de Medellín Daniel Quintero. Cómo demócrata le pido rechace la inaceptable discriminación”, indicó el exconcejal de Bogotá Hollman Morrison.
Por su parte, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, señaló frente a esta misiva que: “No me digan q ese tipo de conductas no reflejan una doctrina fascista. Todos debemos condenarlo. Todos debemos levantar la voz. Los derechos en especial los de los niños no se vulneran”.
A su vez, la periodista Ana Cristina Restrepo Jiménez, quien compartió esta carta en redes sociales, aseveró que en pleno siglo XXI en una institución educativa, plural y liberal, “saltan voces retardatarias, de exclusión, dicen que es cuestión de principios” No, con los hijos ajenos y su derecho a la educación, no. Este ataque es muy bajo. Sí, la carta está protegida por la libertad de expresión, pero el respeto por el otro y sus derechos ciudadanos, marca límites. Excluir como principio”.
“Un grupo asqueroso de retardatarios y fascistas, enviaron esta carta al colegio de las hijas del alcalde Daniel Quintero y a Diana Osorio solicitando que no las admitan. Asquerosas personas, imagínense la clase de hijos que están criando. Nazis que deberían dar la cara. Que indignante”, aseveró el exconcejal de Medellín y senador electo por el Pacto Histórico Alex Flórez Hernández.
A su vez, el congresista Alexander López manifestó su total solidaridad con el alcalde de Medellín frente a esta carta que denominó como “infame” y de la que señaló “busca discriminar las hijas del Alcalde y negarles su derecho a la educación. Esta bajeza es la muestra de que debemos cambiar como sociedad y respetar a los niños”.
Por su parte, el concejal de Medellín Simón Bolívar indicó que la lucha que han adelantado es contra Quintero y su mal gobierno “Siempre he procurado dejar a su familia fuera de este debate. Rechazo contundente a que se estigmatice a sus hijas por algunos padres del Colegio Alemán”
“Escogimos al Colegio Alemán porque queremos que nuestras hijas aprendan de una sociedad que reconstruye su memoria para deconstruir un dolor; que conozcan a un país libre que vive y nutre la diferencia, uno que habla Alemán pero también escucha la lengua de millones de migrantes. un país diverso y abierto, un país que es un ejemplo para el nuestro, el cual todavía lucha contra el clasismo, el fascismo, la xenofobia y la aporofobia. Yo estoy segura de los valores liberales que quiero dejarle a mis hijas, ojalá el resto también”, expresó por su parte la esposa del alcalde, Diana Osorio.
La carta de la polémica
En la misiva los padres de familia señalaron que este pronunciamiento no se trataba de política, ni de partidos, “ni tampoco de apoyo a candidatos presidenciales, ni menos poner en entredicho el derecho a la educación”, indicando que habían sido testigos en la manera en la que el “empresariado antioqueño ha marcado un camino ético en la forma de hacer empresa”, con pilares como la “honestidad, honradez, transparencia, respeto, esfuerzo contribuyendo a la sociedad con una activa interrelación empresa-sistema educativo-estado”.
Al tiempo, indicaron que han evidenciado cómo la institución educativa ha establecido unos “principios de selección” que han estado enfocados en escoger a las familias antes que a los estudiantes, asegurando que al “colegio lo hace grande que los niños sean buenos como producto indesligable de lo buenos que den ser los principios profesados y practicados por las familias a las que pertenecen”.
“La familia Quintero Osorio se ha hecho públicamente famosa por atacar, descalificar, deshonrar y buscar destruir de manera sistemática y descarada, sin prueba alguna, toda la estructura social y empresarial fundada en los grandes valores antes mencionados, que durante años hemos admirado y de la cual nos sentimos inmensamente orgullosos. Con este proceder han sacado réditos políticos y económicos habiendo encontrado eco en algunos sectores incautos de la sociedad, que sin exigir demostración de la validez de sus afirmaciones han caído en su falacia”, indicaron los padres de familia.
Por último, señalaron que la decisión de aceptar a las hijas del alcalde que fue destituido por la Procuraduría General de la Nación por su presunto apoyo al líder de oposición y candidato presidencial del Pacto Histórico, Gustavo Petro, los “indignaba y rayaba en una afrenta a la mayoría de las familias, que encontraban que lo que que querían inculcar en sus hijos, se lograba con una escala de valores diferente”.
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