¿Cuántas veces se ha escuchado que la población de San Andrés y Providencia han ocurrido hechos relacionados con el conflicto armado interno? En comparación con otros territorios, muy pocas; pero en medio de todo ese silencio orquestado por actores armados legales e ilegales, así como el de la misma institucionalidad en los últimos gobiernos. Es en ese punto donde el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición entra en acción mediante la Comisión de la Verdad.
El evento ‘Memoria y duelo colectivo’ efectuado del 12 al 20 de mayo en la isla, ha sido uno de los ejercicios de memoria más importantes realizados desde la firma del Acuerdo de Paz, en 2016 en aquella región. Leyner Palacios, sobreviviente de la masacre de Bojayá (2 de mayo de 2002) y reconocido líder social del Chocó, fue el comisionado encargado de liderar esta misión, y en diálogo con Infobae Colombia mencionó los retos por dejar de invisibilizar la guerra interna en esta zona enfatizando en los más de 600 casos de desaparición señalados ante la Comisión de la Verdad.
Infobae Colombia: ¿En qué consistió la semana de ‘Memoria y duelo colectivo realizada en San Andrés?
Leyner Palacios: Nosotros consideramos que este escenario fue muy importante porque es necesario que la sociedad conozca todo este ejercicio del camino que ha tomado la Comisión para llegar al informe final que vamos a entregar. También hubo un ejercicio de escucha con organizaciones no víctimas de los territorios raizales, pero que están allí en esa región: víctimas del continente insular. Este espacio de conversación lo quisimos hacer de manera privada para dar la tranquilidad a las víctimas de hablar conmigo como comisionado responsable de este proceso. También hicimos la presentación pública de un informe, y el trabajo que como Comisión hemos podido identificar en San Andrés está alrededor de una grave afectación en el marco del conflicto armado en un fenómeno de desapariciones múltiples de personas allá en la de la isla. Hemos recibido testimonios de desaparición de más de 600 personas.
Nosotros, en ese sentido, percibimos que este es un nivel de invisibilización muy fuerte y que hay un entramado muy grave de responsabilidades tanto de grupos guerrilleros pero también promotores del narcotráfico e incluso por omisiones de la fuerza pública, porque cuando una persona se desaparece la familia queda en la incertidumbre. Yo me acuerdo del caso de Bojayá; allá vivimos ese hecho de buscar a las personas que fallecieron allí, por eso creemos que es muy importante, para la comunidad raizal, tener una oportunidad de hacer o al menos iniciar un proceso de elaboración del duelo puede ser que hay muchas de estas personas se encuentren con posterioridad vivas o en otros lugares y es una tarea que enviamos a la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas para que ojalá pueda hacer su trabajo.
La comisión se pronunció sobre el fenómeno de la desaparición forzada, pero también sobre la persistencia del conflicto armado. Consideramos que este conflicto colombiano ha sido bastante racista, donde invisibilizan los derechos de los pueblos que se consideran minorías y por eso desde San Andrés hacemos un llamado a la nación, porque este territorio hace parte de una geografía colombiana que lo sigue invisibilizando y a veces lo sigue pisoteando por eso creemos que debemos levantar la voz como Comisión para que las políticas públicas vayan en mayor sintonía con los derechos de estas comunidades.
Usted acaba de mencionar algo y es la invisibilización del conflicto armado en esta zona. ¿Cree que además de los grupos armados pertenecientes a esta guerra interna, los últimos gobiernos se han encargado de invisibilizar lo que allí ha pasado?
Yo creo que la comunidad de San Andrés, Providencia y Santa Catalina ha sido invisibilizada históricamente; de hecho, en algunos mapas de la geografía colombiana no aparece el departamento y tampoco se le enseña a los niños sobre la existencia de la comunidad raizal. Incluso, desde sus aportaciones en la dignificación y construcción de la nación colombiana. Pero cuando uni analiza las políticas en materia de satisfacción de derechos, vemos un rezago bastante fuerte.
Y si uno analiza las maneras como el territorio de San Andrés ha sido ocupado por distintas modalidades de empresas en factor turístico sin importarles la vida de los nativos, pues eso también es invisibilización, porque es desconocer la existencia del otro. En ese orden, y a nuestro modo de ver, esta invisibilización también se da desde los censos y las estadísticas del país. Si uno pone a ver todos estos elementos y patrones, pues creo que ha habido un comportamiento bastante ofensivo de todas las autoridades en todos los gobiernos, y cuando San Andrés sufrió un fenómeno como el huracán -Iota-, las Autoridades poco deciden a avanzar con contundencia en la mejoría de las casas. Eso también nos muestra un nivel de invisibilidad y de poco reconocimiento y lamentablemente el gobierno actual contribuye a esa invisibilización cuando no articula adecuadamente con el pueblo raizal.
¿Qué tan accesible será el informe ‘Mar, Guerra y Violencia’ que entregó la población raizal a la Comisión de la Verdad?
Nosotros el 28 de junio entregaremos un informe que da cuenta de la investigación y los resultados, los hallazgos sobre el conflicto. Es un informe que va a contener, aproximadamente, 11 tomos pero de manera particular habrá uno donde se hablará de la afectación del pueblo afrocolombiano, raizal y palenquero a partir también de la experiencia con la comisionada Ángela Salazar quien estuvo allí y donde los raizales y su territorio tienen una expresión importante. Hablaremos en ese capítulo sobre las modalidades de la violencia que hubo en esos pueblos, también del racismo, de la invisibilidad y también sobre la desproporcionalidad en el marco del conflicto armado.
Dicho informe y sus tomos van a estar para el libre acceso de todos los colombianos y vamos a crear una plataforma de tal manera que desde cualquier parte de la geografía colombiana que se pueda acceder y descargar el informe. En el caso de la periferia, donde nosotros percibimos que no hay esa posibilidad de tener Internet y donde están los pueblos étnicos, nosotros estamos considerando la posibilidad de llevar unos impresos para que las escuelas puedan tener ese material. Insisto, también es muy valioso la pedagogía que puedan hacer los medios de comunicación porque nosotros no vamos a llegar a todos los territorios, pero seguramente la difusión con la que puedan ayudarnos los medios será importante para llegarle a más gente.
Unido a eso, vamos a poner unas recomendaciones que nos parecen muy importantes porque son como una especia de palanca para la transformación del país. Diremos que si no se cambian en esas cosas el país va a tener conflicto todo el tiempo. Eso es como cuando uno va a iniciar una construcción: uno no empieza por poner los guayacanes; se empieza colocando las bases y justamente las recomendaciones son aquellas bases para que tengamos una casa colombiana en paz.
¿Cómo fueron estos ejercicios de escucha y de reconocimiento de la memoria en el territorio de San Andrés, Providencia y Santa Catalina no solamente para ustedes sino para sus mismos habitantes?
Nosotros en este proceso, cuando llegamos a la Comisión de la Verdad, encontramos un país donde había sectores que se desconocían, donde había mucha rabia y mucho odio; pero hoy, dejamos un país donde estas comunidades empiezan a dialogar y construir el tejido social. Hemos esclarecido masacres que estaban bajo la responsabilidad de un actor, se han esclarecido y se ha ubicado su responsabilidad según el actor; pero también hemos visto en estos tres años y medio, actores responsables de la victimización en estado de arrepentimiento, diciendo qué tan equivocados estaban con tanta violencia generada.
Hemos visto cómo personas que participaron en los falsos positivos dan explicaciones de esa realidad tan dolorosa y esa era tan trágica que vivió en Colombia. También hemos visto cómo funcionarios y funcionarias, han reconocido ese nivel de responsabilidad; entonces cuando uno ve todo ese arrepentimiento, porque Colombia... Colombia es un país destrozado por la violencia descuartizado en sus brazos, y compararnos los resultados de la Comisión creo que nos pone de cara a que debemos continuar en la en el camino de la reconciliación y esa es la enseñanza que a mí particularmente me dejan los actos de reconocimiento que se han generado.
Yo pienso que también hay una reflexión en el sentido de que la guerra no es el camino ni la parte en el camino, porque mire todas las equivocaciones y el dolor generado y entender que dañaron la vida; eso es un llamado también para los que siguen en esa intención. Es momento de parar la guerra, la guerra no es el camino y es para mí la conclusión de toda esa escucha.
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