El francés Arnaud Démare del Groupama FDJ no faltó a la cita de los velocistas y dejó claro que es el más rápido del Giro firmando el triplete en la decimotercera etapa disputada entre Sanremo y Cuneo, con un recorrido de 150 km, en la que Juan Pedro López del Trek Segafredo aseguró los 10 días con la ‘maglia rosa’ de líder. El mejor colombiano fue Fernando Gaviria en la cuarta casilla y peleando por el sprint final.
Se cumplió el pronóstico de “etapa para el esprint” y Démare se mostró intratable en la recta de Cuneo, donde resistió los ataques de todos sus rivales para levantar los brazos por tercera vez en la presente edición y reforzar la ‘maglia ciclamino’, para el líder por puntos.
El corredor galo marcó un tiempo de tres horas, 18 minutos y 16 segundos a una media de 45,3 km/hora, el mismo que el alemán Phil Bauhaus del Bahraian, el británico Mark Cavendish del Quick Step y el colombiano Fernando Gaviria del UAE Emirates.
Jornada de transición en el negociado de la general, aunque se cayó del cartel por enfermedad uno de los favoritos, el francés Romain Bardet, que era cuarto. Aguantó un día más de rosa el español Juan Pedro López, con 12 segundos sobre el ecuatoriano Richard Carapaz del Ineos y el portugués Joao Almeida del UAE Emirates.
Era tal vez la última oportunidad para los velocistas, ya que la decimoctava etapa, la próxima con Sprint, llegará después de tres jornadas de montaña y no quedarán todos, ni tan fuertes como ahora.
La fuga inicial fue confirmada por cinco hombres: Prodhomme de AG2R-Citroen, Eenkhoorn del Jumbo Visma; Tagliani del Drone Hopper, Van den Berg del EF Education y Maestri del EOLO-Kometa, estos no representaban peligro en la clasificación general, por lo que el pelotón se relajó para perseguir a su ritmo, con la idea de que la diferencia tampoco pasará de los seis o siete minutos.
Ya de lejos Groupama, Israel, Quick Step y UAE se pusieron a compartir la persecución, mentalizados en que no podían dejar escapar una ocasión de oro para buscar la victoria al esprint. Por el alto de la Colle di Nava, única dificultad del día, el cuarteto pasó con una ventaja de seis minutos sobre el gran grupo, que alcanzó a Tagliani.
A 27 de meta, con el termómetro a más de 30 grados, el Quick Step puso a todo el equipo adelante a más de 60 kilómetros por hora, cortando el pelotón. Los fugitivos estaban poniendo en peligro el esprint con un adelanto de tres minutos. El hachazo dejó en evidencia, precisamente, a Yates.
A ocho kilómetros, el cuarteto tenía un minuto de ventaja y a cuatro kilómetros, la diferencia se redujo a sólo 30 segundos. Todos contra cuatro para un final emocionante. Los cálculos se iban cumpliendo para la caza, a pesar de la resistencia del cuarteto, con Cuneo, símbolo de otra Resistencia, al alcance de la vista. Allí no se rindió nadie, pero lo inevitable llegó a apenas 600 metros de la línea.
El Groupama se desató para colocar a Démare, quien apareció para dejar claro quién es el más fuerte este año al esprint. No dio opción y se anotó su octava victoria en el Giro. Algo tiene esta zona de Italia para el francés, ganador de la Milán San Remo en 2016 y de la Milán Turín en 2020. La maglia ciclamino parece tener dueño.
Este sábado la decimocuarta etapa llevará al pelotón de Santena a Turín a través de 147 km de recorrido. Serán cinco puertos de montaña, tan solo uno de tercera categoría y cuatro de tercera categoría, además contará con dos sprint intermedios puntuables.
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