‘MNKYBSNSS’, la banda colombiana que incursiona en el mundo de los NFTs

Desde la caída en las ventas de los formatos musicales físicos, la industria musical se ha enfrentado a varios retos: hacer rendir los ingresos por reproducción que reciben de las plataformas de streaming y emisoras, e ir tras festivales y presentaciones con boletería.

Pero la llegada de la pandemia para muchos fue uno de los más grandes obstáculos e hizo volver a replantear algunos aspectos. Los shows a distancia, sumado al resurgimiento del vinilo, que desde años anteriores se había posicionado, hicieron que varias bandas, con el objetivo de entregar a su público objetos únicos, pensaran en los NFTs como buenas alternativas para crear un vínculo con sus seguidores.

En ese sentido, la banda barranquillera MNKYBSNSS (se lee monkey busssines), con Kike Vélez y el Mono Urina a la cabeza, decidió no quedarse atrás y abrirse camino en un mundo que muchos consideran el futuro.

“Nos empezamos a interesar en este mundo digital durante la pandemia. En ese momento, nosotros, los artistas, estábamos buscando distintas formas de llegar a nuestros fans y esa era la forma más directa, pues ya no teníamos los shows presenciales. Nos tocó aprender a hacer shows digitales en vivo, por medio de pantallas. Ahí empezó a acelerarse todo el tema de la Web3 y los NFTs. Empezamos a estudiar el tema para ver cómo hacíamos para meternos en este mundo y cuando todo se reactivó, como igual la gente quedó metida en el cuento, fue cuando decidimos lanzar estos NFTs, que en cierta forma combinan ambos mundos, el físico y el digital”, cuenta Vélez.

Pero estas piezas, que son comparadas con obras de arte porque son únicas e irrepetibles, también se han convertido en una forma de incursionar de nuevo en la venta de música. Como es imposible otorgar un valor a una canción, algunas agrupaciones se han lanzado a componer directamente piezas musicales que son divididas en varios tokens o NFTs que son puestas en venta a los usuarios.

Al adquirirlas no solo terminan convirtiéndose en una obra no fungible, sino en una pieza enteramente digital que con el tiempo adquiere valor. Desde esa perspectiva, son varias las agrupaciones musicales a nivel mundial que han comenzado a incursionar en este mundo, pues creen haber encontrado ahí una alternativa para volver a comercializar su música y mejorar el contacto y la experiencia con sus seguidores.

Consciente de ello ha sido una plataforma como Spotify, que recientemente lanzó un piloto entre un grupo de usuarios de los Estados Unidos para probar la posibilidad de que los artistas ofrezcan sus colecciones desde su sitio.

Pero en el caso de MNKYBSNSS, los NFTs –que constan de 222 bananas diferentes entre sí – están diseñados enteramente para crear comunidad. De esa manera, quienes cuenten con una de estas piezas, tendrán chance de participar en eventos presenciales exclusivos al lado de la banda.

“Las personas que tengan uno de nuestros NFTs van a poder escuchar la música que no ha salido en primicia, van a poder escuchar el álbum antes de que esté en plataformas digitales, tendrán acceso a todo el merch y podrán tener la oportunidad de estar en los encuentros presenciales y hacer parte del club”, dice Vélez.

Una banana con el pelo de Mono, otra banana con la barba de Kike, fondos de colores y tonos encendidos, son las características de estas piezas originales que diseñó el artista Arturo Beta para la banda. Este es uno de los tantos proyectos visuales con los que constantemente los apoya. Un trabajo silencioso pero esencial no solo en la creación de estos NFTs, sino que se hace visible a través de la proyección de imágenes y videos que transmite la banda en toques y conciertos, y que también cobra relevancia en videos musicales, como el del tema Haze.

“Él es la persona que en el show en vivo hace nuestros visuales, con él también hemos hecho piezas gráficas y flyers, así que él hace parte del equipo. Obviamente, al momento de tener la idea de hacer estos NTFs pensamos en él porque conoce todo nuestro universo y en alguna medida era el indicado para poder interpretar lo queríamos lograr en el metaverso”, sostiene Mono.

A la fecha, la banda asegura que ha vendido varias piezas. Los primeros días de lanzamiento despertaron el interés de sus seguidores y alrededor de unos 60 NFTs fueron comercializados. Hoy, cuentan, han vendido unos cien y se sienten entusiasmados por el hecho de que sus seguidores hayan aceptado esa fusión de la banda del mundo real al metaverso.

Hacer música electrónica en un país como Colombia si bien no es una tarea fácil –pues la mayoría de seguidores se encuentran dispersos por todo el mundo–, para Kike y Mono ha sido un género que ha ganado territorio en la escena musical del país.

Desde hace nueve años llegaron a pisar suelo bogotano y desde entonces, afirman, lo que eran tan solo unas bandas que lograban contarse con los dedos de la mano, pasó a convertirse en un movimiento, que como otros géneros musicales del país, han ganado reconocimiento a nivel nacional e internacional.

“Al inicio era una escena pequeña. Había pocos proyectos musicales que estaban creando música electrónica. Creo que de alguna manera uno de los pioneros que comenzó a fusionar la música electrónica en Colombia fue Bomba Estéreo. Pero tras nueve años, han aparecido más proyectos, más bandas haciendo distintos tipos de fusiones. También hay más plataformas, festivales, discotecas, bares. Esto ha ayudado a que la música electrónica sea fuerte y esté mucho más posicionada”, señala Vélez.

Por eso, no es extraño que en esta oportunidad, tanto Kike como Mono estén preparándose como es debido para volver al escenario con dos nuevos temas que ya grabaron en Los Ángeles y que pondrán a bailar a más de uno este fin de semana en el marco de Baum Festival.

”Esto es un proceso. Nuestro primer álbum lo lanzamos nosotros hace cinco años. Estábamos más niños, nos decían los pelaos en Sony. Ya en este nuevo álbum hemos madurado como personas y como músicos. Estamos del lado independiente. Sentirás también una sonoridad distinta, estaremos un poco más libres con respecto a lo que veníamos haciendo antes y creo que esta música le gustará a la gente porque viene muy fresca, porque transmite alegría y sentimos que es colorida”, dice Mono.

Llevando en su sangre todo lo que implica ser de Barranquilla, crecer al frente del mar, con el carnaval en las calles, entre sonidos salseros y la música en inglés que entraba por el puerto, escuchar la música de esta agrupación no sólo rememora los sonidos de Pink Floyd, Radiohead y Gustavo Cerati, sino que permite entender cómo es posible crear un sello distintivo, en donde no pasan desapercibidas las raíces.

Ese sabor, ese folclor que pone a bailar a sus seguidores en ciudades como Bogotá, Barranquilla, Ciudad de México o Miami, es al final una forma de conexión que los llena y los impulsa a continuar recurriendo a lo electrónico desde todos los campos posibles, de las redes sociales al metaverso, para llegar de nuevo a las personas, a la presencialidad y al lugar en el que más de uno no puede evitar dejar de bailar.

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