Hoy se conmemora el día internacional del reciclaje. Una fecha que invita a la reflexión en torno a la situación ambiental del planeta y, en particular, al comportamiento de los ciudadanos de cada país frente al tema. Contaminación, calentamiento global, inundaciones, sequías, entre otras problemáticas, son algunos de los temas que deben atenderse por parte de gobiernos y ciudadanos para impulsar su solución y mejorar la calidad de vida en el planeta, lo cual viene siendo materia de urgencia durante años.
En el último tiempo, Colombia ha visto un incremento en la producción de residuos. Basura, dicho de otro modo. El país pasó de un total de 20,31 millones de toneladas de residuos sólidos y otros productos residuales en el año 2012 a 26,46 millones entre 2019 y lo que va de 2022. Para el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), hace diez años, un ciudadano producía 451 kilogramos de residuos anualmente, para 2019 esa cifra llegó a 536 kilogramos.
De acuerdo a un análisis realizado por Edwin Caicedo para El Tiempo, este aumento no solo se ha visto asociado a la producción de la industria, sino a lo que cada colombiano genera en materia de basura.
En Colombia apenas si se reciclaba y tan solo el 11,82 por ciento de los residuos fueron reutilizados en 2019. Dicha cifra no se aleja demasiado del promedio que, a día de hoy, produce cada país en Latinoamérica. En México, por ejemplo, es del 14%. Ecuador registra un 16,8% y Argentina va con el 11% de aprovechamiento de residuos.
Caicedo cita a Alberto Uribe, doctor en ingeniería ambiental y experto en gestión de residuos, para decir que si bien el país ha conseguido avances en cuanto a políticas de gestión de basuras, Colombia aún sigue estando rezagada respecto a implementación y pedagogía alrededor de temas como la formalización de los recicladores y la separación de la fuente.
Uribe explica que hoy el país cuenta con la infraestructura y capacidad técnica para el aprovechamientos de residuos como el plástico, el vidrio, el metal y otros. Sin embargo, todavía se queda corto respecto a la capacidad de separación y recolección.
Una de las actividades que permitirían resolver esta situación es la escogencia de mejores caminos para la planificación y elaboración de alternativas de reciclaje. El uso de herramientas tecnológicas es ya una realidad en el ambiente corporativo para promover de manera correcta esta actividad. Sin embargo, el día a día de la gente de a pie indica otra cosa y, en realidad, la cadena de gestión es enorme.
“El reto principal es que se logren implementar de manera masiva los criterios de separación en la fuente. Entre mejor y más gente haga correctamente la separación, es mucho más eficiente el sistema”, destaca Uribe.
Caicedo señala que el trabajo que las diferentes entidades públicas han realizado durante los últimos años de la mano de recicladores, ha permitido una concientización mayor al respecto. Pero todavía quedan retos: las personas necesitan aprender a separar los residuos y, a partir de ahí, el reciclaje y reutilización de los mismo reciben el impulso requerido para convertirse en una estrategia rentable para todos.
Lo que hay que hacer es repetir, una y otra vez, para generar una pedagogía orientada a la consecución de estos objetivos: disponer de manera correcta los residuos y establecer un puente entre la gente y quienes trabajan de primera mano en los distintos procesos ambientales.
La invitación para este día es reflexionar en torno a cómo estamos enfrentando la realidad de nuestro planeta. Colombia no es el país con la peor situación, pero realmente podría estar en mejor posición.
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