Defensorías de Colombia y Panamá generarán alertas tempranas para contrarrestar vulneraciones de los derechos de migrantes

Las entidades firmaron una carta de entendimiento para fortalecer la articulación interinstitucional y hacerle frente a las vulneraciones que padecen los migrantes que cruzan la frontera

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Migrantes en el albergue de
Migrantes en el albergue de San Vicente, en Metetí (Panamá), en una fotografía de archivo. EFE/ Bienvenido Velasco

Las Defensorías del Pueblo de Colombia y Panamá firmaron este miércoles una carta de entendimiento para fortalecer la articulación interinstitucional, dentro de las que se contempla la posibilidad de emitir alertas tempranas de carácter binacional, frente a las reiteradas vulneraciones de los derechos humanos que padecen los migrantes que cruzan la frontera entre ambos países.

Así lo destacaron el defensor del Pueblo de Colombia, Carlos Camargo, y el de Panamá, Eduardo Leblanc, quien resaltó el compromiso de las entidades para desarrollar estrategias en materia de derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario (DIH), en especial frente a los derechos de los migrantes, impulsando una cooperación directa entre ambas Defensorías para mitigar las afectaciones a estas poblaciones vulneradas.

“La Alerta Temprana es un instrumento que permite en Colombia motivar acciones inmediatas para contrarrestar posibles casos de vulneración de los derechos humanos o riesgos a la vida y bienestar de las comunidades. Este acuerdo binacional es una herramienta clave para generar alertas y proteger a las poblaciones más vulnerables en la frontera común, de manera particular de los migrantes”, aseguró el defensor Camargo.

Las entidades han identificado múltiples riesgos que padecen los migrantes que atraviesan la frontera común entre Colombia y Panamá, en su objetivo de alcanzar la frontera sur de los Estados Unidos, las cuales serían causadas por las redes de tráfico de personas, que tienen una importante presencia en esta convulsionada región al noroccidente de Colombia en las que convergen el mar Caribe y Pacífico, con los deseos de condiciones dignas de vida.

Este acuerdo contempla el fortalecimiento de la prevención, promoción y garantías de los derechos humanos con enfoque de género; el intercambio de experiencias en materia de innovación tecnológica y metodológica; y la identificación de las problemáticas comunes y medidas de solución para la atención de los derechos de las personas privadas de la libertad.

Asimismo, se planearon las actividades de monitoreo de escenarios de riesgo en la zona fronteriza, con el propósito de emitir una posible Alerta Temprana de carácter binacional, ante la cual las entidades se comprometieron a realizar actividades de colaboración informativa, frente a los factores de amenaza y vulnerabilidad, identificación de las dinámicas de riesgo y el objetivo de robustecer el monitoreo y vulneración de los derechos.

“Las niñas, niños y adolescentes y sus familias se ven expuestos a la trata de personas y la explotación sexual comercial. Los migrantes pueden ser instrumentalizados por los grupos armados ilegales para el tráfico de estupefacientes como condición para permitir el paso por el Tapón del Darién”, resaltó, Carlos Camargo al señalar solo algunos de los riesgos y el impacto del fenómeno, dado que, según UNICEF, en 2021 cerca de 19.000 menores de edad pasaron la zona de frontera, la mitad de ellos menores de 5 años.

El pasado octubre el jefe regional de comunicación de Unicef para América latina y el Caribe, Laurent Duvillier, reveló cifras que superan históricamente el registro de niños que son parte de la ola de migración que se vive en el Tapón del Darién, una de las selvas más peligrosas del continente, por lo que hizo un llamado para que este tema sea tratado, con urgencia, pues muchos de ellos resultan huérfanos en el recorrido.

De acuerdo con el informe, son casi 19.000 niños y niñas migrantes los que han atravesado la selva del Darién en lo corrido de 2021, casi tres veces más que el número registrado durante los cinco años anteriores juntos. Más de uno de cada cinco migrantes que cruzan la frontera entre Colombia y Panamá son niños y niñas. La mitad de ellos tiene menos de cinco años.

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