En conjunto con Corporate Accountability publicaron una investigación llamada “Tabaco grande, pequeños objetivos”, por su traducción en inglés; donde vieron el impacto de la industria tabacalera y las publicidades de sus productos en entornos aledaños a lugares de interés para niños y adolescentes, incluidos los centros de formación educativa.
El estudio se realizó en 5 departamentos de ciudades y departamentos de Colombia como: Bogotá, Caldas, Cauca, Risaralda y el Valle del Cauca; donde identificaron los puntos de venta que exhiben productos de tabaco y sus derivados.
Infobae habló con Nicolás Parra Castro, abogado e investigador del equipo estratégico de Educa Consumidores, el cual manifestó que los niños y los adolescentes se encuentran muy vulnerables a estos productos, gracias a la publicidad y promoción que se les realizan a estos.
“Últimamente ha habido un incremento en el consumo de tabaco por parte de los niños; también, hay una introducción gradual de nuevos productos, y determinamos que tanto de eso se estaba dirigiendo a los menores. Es importe entender que esta población es el recambio de los que están dejando de ser fumadores. Digamos que es una dinámica de mercado que atrapa a un nuevo espectro, en este caso los más jóvenes”.
Según el informe, las ciudades escogidas se consideraron por ser departamentos o zonas turísticas, o con una considerable densidad poblacional, o por tener una mayor población universitaria. En total hallaron 196 puntos de venta de productos de tabaco, donde en el 82,14 % de los casos se sigue vendiendo los productos por unidad, lo que hace que sean más asequibles para los menores, aseguran en el análisis.
“El 66,33% de los puntos de venta pertenecen a vendedores ambulantes, callejeros y de kioscos, ubicándose en el entorno de los estudiantes o zonas de interés para los menores de edad, exponiéndoles y habituándolos a las prácticas promocionales de la industria tabacalera. En el 62,24% de los casos, las advertencias sanitarias resultaron invisibilizadas. Además, 23,47% de las tiendas pequeñas en las inmediaciones de los colegios o zonas de interés para los niños, niñas y adolescentes; comercializan los productos de tabaco. En el 96,43% de los casos, los productos de tabaco eran visibles en los puntos de venta. En el 55,10% de los casos los productos se encontraban exhibidos a la altura de los ojos, y su exhibición se encuentra cerca de los dulces y golosinas, en el 57,65% de los casos. En el 12,24% de los casos, los productos se encuentran en mostradores y en el 27,04% de los casos, los productos de tabaco eran exhibidos en un mostrador identificado con las marcas de los mismos”.
reseña el estudio.
El investigador Parra determina que hay una sistematicidad en la promoción del tabaco hacia los menores de edad, por lo que los niños apenas salen a las escuelas son inmediatamente expuestos a material publicitario que es suministrado por esta industria. Agrega, que la exhibición está intencionalmente ubicada al lado de dulces, golosinas, o el popular mecato, lo que estaría llamando aún más la atención de los menores para adquirir estos productos, como los cigarrillos.
Esto se da por la poca regulación por parte de la legislación colombiana en esta materia, a pesar que precisamente en el artículo 2 de la Ley 1335 de 2009 se prohíbe la venta al menudeo de los productos tabacaleros, pero, no se está cumpliendo, ni vigilando el cumplimiento de dicha norma.
“Se ha permitido que estos productos vengan en unas cajetillas que se asemejan a las de los dulces, con colores vivos por lo general, además que juegan con sabores que provienen de las golosinas con las que usualmente los niños se ven atraídos”.
Las estadísticas muestran que en el Cauca es en el departamento donde hay más puntos de venta de tabaco cerca de las instituciones educativas, seguido por Bogotá, Valle del Cauca y en menor medida en Caldas. De hecho, como lo reseñábamos anteriormente, las ventas por unidad son considerablemente más altas que por empaque, un 82 % frente a un 18 % respectivamente.
En ese sentido, Nicolás Parra le explicó a Infobae que, aunque no hay una vinculación directa en que los tenderos intencionalmente ubiquen los productos cerca a otros que sean preferidos por los menores, las empresas les entregan mobiliarios que les facilita la organización de los productos, por lo que convenientemente despliegan la publicidad y productos ‘más al alcance’ de esta población, jugando por ejemplo con los tamaños de la cajetilla.
El rango de edad donde se encuentra mayor exposición y/o afectación es entre los 12 y los 14 años, cifras soportadas, dice el investigador, con las publicadas por el Ministerio de Salud, siendo los niños el género más impactado, principalmente porque estos comienzan a consumir a una edad más temprana que las niñas.
Otro de los productos que causan especial atención para Educar Consumidores son los vapeadores,, determinan que desde el año 2018 se introdujeron esos dispositivos con la idea de ser denominados como un ‘producto de tabaco calentado’ el cual mitigaría el efecto e inhalación de sustancias derivadas por la combustión y aspiración del mismo.
“Ellos no cuentan con la evidencia que demuestre la mitigación de sus efectos, la poca evidencia son estudios que ellos mismos han contratado, no hay evidencia independiente; por el contrario, hay muchos análisis que demuestran que esos productos si tienen una gran cantidad de sustancias nocivas”, Parra explica que uno de los espacios donde más deliberadamente publicitan estos vapeadores son en los festivales musicales, allí “pelan el cobre. Ese es un espacio que sería como la fiel fotografía de la regulación del tabaco en Colombia”.
En conclusión, se reseña que en el país se debe velar por el cumplimiento de la regulación vigente, desplegando estrategias y políticas públicas que permitan tener un control de la ‘deliberada’ publicidad del tabaco hacia los menores.
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