Varios municipios del país estuvieron por mas de cuatro días con sus actividades suspendidas, a causa de la retaliación del Clan del Golfo por la extradición de su excomandante alias Otoniel. Uno de los sectores afectados por esa situación fue el ganadero que ya reporta millonarias pérdidas producidas por el paro armado.
La Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegan determinó que, en Córdoba, más de 60.000 personas de campesinos y trabajadores rurales no pudieron trabajar, mientras que los comercializadores informales fueron atacados, les quemaron vehículos y fueron víctimas de golpes y amenazas. En cuanto a las cifras del gremio, calculan que mas de 7.000 reses y de 4 millones de litros de leche no se pudieron comercializar, lo que asciende a pérdidas superiores a los 20.000 millones de pesos.
El departamento de Antioquia, uno donde tiene mayor presencia y control territorial ese grupo criminal, según el gremio “se dejaron de transar cerca de 6.500 bovinos, 3.000 de ellos en la Feria de Medellín, junto con 1.000 porcinos, y solo en el occidente del departamento, Colanta dejó de acopiar cerca de 200.000 litros de leche en dos días”.
En este departamento, las principales acciones armadas, violentas y terroristas se presentaron en la región del Bajo Cauca. A causa de esto, no se pudo realizar la subasta del día sábado que comercializa cerca de 1.500 animales por valor de 3.000 millones de pesos. En el municipio de Cáceres, las empresas lecheras no pudieron recoger 6.000 litros diarios.
La radiografía es igual para el Urabá, en Chigorodó no se pudo realizar la subasta de otros 1.500 animales por 3.500 millones de pesos. En el occidente, en los municipios de Abriaquí, Frontino y Uramita o Cañasgordas no se recogió leche durante el fin de semana pasado, lo que representa cerca de 200.000 litros.
“En la feria de Medellín han dejado de ingresar aproximadamente 4.000 semovientes: 3.000 bovinos y 1.000 porcinos, se estiman 14 mil millones no transados por bovinos y 700 millones por porcinos”, agrego el gremio respecto al departamento de Antioquia.
En San Pedro de los Milagros, a solo 40 minutos de la capital, la UMATA reporta que se han dejado de recoger 800.000 litros de leche como habían denunciado sus habitantes. El pasado lunes vivieron una de las jornadas mas violentas por un hostigamiento a su estación de policía.
En el departamento de Sucre, la entidad calcula que 2.560.000 litros de leche no pudieron ser comercializados, lo que represento perdidas por mas de 3.600 millones de pesos. Conocieron también la quema de un camión 600 en la vereda Pita de Tolú, 300 millones de pesos. Un tractor Ford quemado en San Antonio de Palmito, avaluado en 30.000.000. Dos taxis incinerados en Sincelejo, 100 millones de pesos. Dos motos quemadas en Tolú Viejo por valor de 5 millones de pesos. En el sector de la Mojana, un tractor quemado en la vereda El Naranjo de Majagual y seis motocicletas quemadas en Majagual, Guaranda y Sucre - Sucre, por valor de 24 millones de pesos.
En el departamento de Magdalena, no fue posible que las comercializadoras acopiaran 520 mil litros de leche, comercializados entre 1.400 y 2.000 pesos el litro, por lo que las perdidas ascienden a 6.798 millones y casi 60.000 kilos de queso. En cuanto a la imposibilidad por comercializar animales y carne, las perdidas son de 14.996 millones de pesos.
“La Colombia urbana, que conoce apenas a distancia el paro armado, se impresiona con el número de camiones quemados, sin reparar que, detrás de esa expresión de violencia, se esconde una verdadera tragedia, que no solo afecta las economías locales, sino que, todavía más grave, es una ostentación de control armado sobre el territorio y sobre la vida de las personas. Los camiones se apagan, pero el terror se queda”, afirmo José Félix Lafaurie, presidente de Fedegan.
El dirigente gremial solicito que el Ejercito haga presencia y permanezca en los territorios afectados porque al irse las autoridades, retorna el temor, según dijo. Además, que estas situaciones afectan a los más pequeños, que también han sufrido mayores afectaciones a causa del paro nacional, el alto precio de los insumos, la pandemia de covid-19 y el invierno.
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