“Él sabía del peligro que podía tener, sobre todo en Colombia”: vicepresidente de Paraguay sobre la muerte del fiscal Marcelo Pecci

Claudia Aguilera, esposa de la victima y testigo del crimen, confirmó que hombres armados arribaron vía marítima y atacaron al funcionario judicial con un arma de fuego

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Foto: Colprensa
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En la mañana del martes 10 de mayo, fue asesinado el fiscal paraguayo Marcelo Pecci en el Hotel Decameron de la isla Barú, mientras disfrutaba su luna de miel junto con su esposa, la periodista Claudia Aguilera. De acuerdo con los avances de la información sicarios alquilaron una lancha a una persona de la zona, por 200 mil pesos y haciendo uso de ella se dirigieron cerca a la víctima y le dispararon en reiteradas ocasiones.

El vicepresidente paraguayo, Hugo Velásquez, habló sobre la tragedia y de acuerdo con lo que informó en Red + Noticias aseguró que el viaje del funcionario fue “una imprudencia”, teniendo en cuenta que pese a las amenazas que había recibido por cuenta de su trabajo, este no contaba con un marco de seguridad ni había alertado a las autoridades colombianas de su llegada al país. Es importante recordar, que Pecci lideró la operación ‘Ultranza’, que logró desmantelar una poderosa estructura criminal y salpicó a políticos de su país; además desmanteló un laboratorio de drogas instalado en el penal de Tacumbú y logró la extradición de un narcotraficante colombiano.

Para nosotros es un dolor indescriptible lo que estamos viviendo como país. Fue un compañero mío del Ministerio público, le conozco muy bien, una persona emblemática, honesto a carta cabal, era uno de los que llevaba adelante la lucha contra el crimen organizado”, anotó el vicepresidente del país suramericano a Caracol Radio y agregó que Marcelo Pacci era ”una persona con mucha experiencia en materia de la investigación y él sabía del peligro que podía tener, sobre todo en Colombia”.

Además, explicó que es muy probable que lo que le sucedió al fiscal especializado es parte de una estrategia criminal por la labor que había ejercido y que habría puesto en una posición difícil a criminales de Américas Latina; y sumado es una forma de intimidación contra las funciones de las instituciones paraguayas.

“El crimen organizado va siempre un paso más adelante que la ley. Y creo que sí, esto formaría parte de un esquema del crimen organizado, primero de ajustar cuentas con él por alguna investigación que hizo o que estaba realizando, y además para tratar de amedrentar a las instituciones republicanas”, añadió el funcionario.

Recordemos que lo sucedido continúa siendo investigado por autoridades de Colombia y Paraguay, sin embargo, se conoce lo relatado por la esposa de la víctima y el dueño de la lancha usada para el crimen. De acuerdo con Aguilar, uno de los hombres descendió de la moto y, sin mediar palabra, disparó dos veces sobre el fiscal antimafia paraguayo. “Llegaron dos hombres en una lancha y se acercaron, le dispararon, el falleció”, confirmó la comunicadora en entrevista con la emisora W Radio, luego subieron de nuevo a la motocicleta y emprendieron la huida rumbo a Playa Blanca, lugar en donde, según las autoridades, habrían dejado el vehículo marítimo y continuado su fuga vía terrestre.

Por su parte la persona que ofrece el servicio de alquiler de lanchas acuáticas con fines recreativos e, infortunadamente, rentó el vehículo con el que se perpetuó el crimen sin saber para que sería usado. El comerciante, cuya identidad no fue revelada, aseguró que no tenía idea del propósito con el que se usaría su moto acuática roja y que no tiene relación alguna con las personas que la rentaron por 200 mil pesos. Otros testigos del hecho señalaron que los responsables del crimen, a juzgar por su acento, no son de nacionalidad colombiana.

El propietario de la lancha también dijo que los sicarios la usaron por solo 16 minutos, aunque el precio del alquiler les daba derecho a media hora de uso. En unos cuantos minutos llegaron al alquiler, se llevaron la moto acuática, asesinaron a Pecci, devolvieron el vehículo y los chalecos salvavidas, se cambiaron la ropa que llevaban y se perdieron de vista. Finalmente, admitió que tanto él como los moradores de Barú están conmocionados con el homicidio.

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