Bogotá construirá una planta de generación de energía a partir de las basuras

El proyecto prentende transformar los desperdicios en energías limpias, beneficiando al medio ambiente, comunidades aledañas al relleno Doña Juana y alargando un poco más la vida útil del vertedero.

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El proyecto pretende transformar basuras en energía eléctrica. Tomado del Twitter de Claudia López.
El proyecto pretende transformar basuras en energía eléctrica. Tomado del Twitter de Claudia López.

Hace 3 años la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, UAESP, realizó un estudio en el principal vertedero de basuras de Bogotá y otros municipios aledaños, el relleno sanitario Doña Juana, donde se determinó que solo le quedaban unos 10 o 15 años de vida útil a este espacio. Quiere decir que estaba al límite de su capacidad, es por esto que en ese momento se realizó una intervención, construyendo dos diques los cuales generaron una ‘ampliación’ que permitió disponer de una mejor manera las basuras.

Dicha obra alargó la vida útil del relleno Doña Juana, según la alcaldía de Bogotá, se amplió para que soporte hasta dentro de 35 años; es por esto que se descartó la posibilidad de buscar un vertedero alterno, además de adquirir predios aledaños para ampliar la zona de operación.

Precisamente esta intervención venía buscando dar cumplimiento a lo propuesto en el Plan de Ordenamiento Territorial, POT, que contempla aprovechar hasta el 50 % de las basuras que se produce en Bogotá. Para esto se busca crear un nuevo modelo de aprovechamiento de residuos orgánicos, entender la disposición final de los mismos y mejorar la capacidad de las pantas de tratamientos de aguas residuales.

Precisamente es allí donde se contempla el proyecto de la planta de termovalorización, según la UAESP será la primera a gran escala de Latinoamérica, la cual generará energía eléctrica suficiente para alimentar todo el alumbrado público de la ciudad. De hecho, esta propuesta se había contemplado en otros países como México, el cual pretendía instalarse en su capital, pero, terminó desestimándose la idea.

En un evento donde estuvo presente la alcaldesa de Bogotá, Claudia López;la diretora de la UAESP, Luz Amanda Camacho; la secretaria de ambiente, Carolina Urritia; y la secretaria de habitat, Nadya Rangel, anunciaron la apertura de la licitación de esta planta que pretende adjudicar el contrato de la operación por 30 años, a más tardar el próximo mes de septiembre. Según la directora de la UAESP a finales del 2023 tendrá que estar en funcionamiento el primer módulo que pretende reciclar unas 350 toneladas diarias de basura. La proyección es que para el 2027 la planta de termovalorización tenga unos 8 módulos que procesen aproximadamente 2400 toneladas diarias.

Explicó Claudia López que el actual modelo de tratamiento de basuras no es muy rentable

“con esa platica estamos enterrando la basura, que no es muy rentable en términos económicos ni ambientales, pues ahora pretendemos entregarle a la ciudad con ese mismo monto un modelo que además de optimizar el manejo de las basuras, generará otros grandes beneficios para la ciudad”,

agregó que el relleno a partir de hoy será un parque de innovación y tecnología que fomentará la creación de proyectos ecológicamente autosustentables.

Las cifras estiman que diariamente se arrojan unas 6 mil toneladas diarias de basura al relleno sanitario Doña Juana, por lo que el potencial que tiene el proyecto es aumentar aún más la vida útil del vertedero, además de mitigar el impacto ambiental y de salud para la ciudad.

Es importante explicar cual es el funcionamiento de estas plantas de termovalorización: en teoría, el proceso descompone residuos a través del calor, una vez que las basuras alcancen este punto se pasan por una turbina la cual la convierte en electricidad. La termovalorización reduce las emisiones de dióxido de carbono que se emiten en los vertederos y además las transforman en recursos aprovechables, en este caso energía.

Aparentemente es muy similar el proceso al de las plantas termoeléctricas, pero, estas usan combustibles fósiles, mientras que en las de termovalorización se aprovechan las basuras.

Aunque todo se ve muy bueno, estás plantas son blancos de críticas, principalmente por los altos costos y por que aparentemente tendría más afectaciones que beneficios para el medio ambiente. Estas razones, por ejemplo, fueron las que detuvieron el proyecto ‘El Sarape’ en Ciudad de México, el cual entraría en operación el año pasado.

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