Durante la semana pasada inició el traslado de los ciudadanos indígenas que se encontraban habitando el Parque Nacional de Bogotá a otras zonas del país. Desde finales de septiembre de 2021, más de 1.800 personas instalaron cambuches en aquel espacio luego de salir de sus lugares de origen por la falta de garantías para su bienestar y el de sus familias. Tras negociaciones fallidas en el pasado, representantes del Gobierno Distrital, el Ministerio del Interior, la Unidad para las Víctimas, la Comisión de la Verdad, la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de la Nación y la Personería de Bogotá, llegaron a un acuerdo de reubicación. Uno de los puntos, sin embargo, no genera confianza en el pueblo indígena: el parque La Florida.
En una entrevista con RCN Mundo, Jairo Montañez, líder indígena, aseguró que algunos ciudadanos no se encuentran felices con la idea de migrar a esa zona porque, anteriormente, ahí han fallecido personas pertenecientes a su comunidad. “Desafortunadamente la comunidad tiene una fuerte resistencia a este espacio (...) lo que pasa es que de los 10 muertos que ha habido históricamente durante estos casi ocho meses que ya van, siete han muerto allá de distintas formas: por salud, atropellamientos (...) entonces muchos consideran que eso es un campo de concentración para el pueblo indígena”, explicó.
Este espacio fue seleccionado como uno de los nuevos espacios temporales para ubicar a la comunidad indígena que lleva meses solicitando auxilio por parte del Gobierno nacional y distrital. Debido a la mala percepción de esta UPI (Unidad de Protección Temporal), a causa de tratos y condiciones negativas, algunos de los ciudadanos han evitado moverse a aquella zona.
“Desde el momento mismo que es anunciado el traslado voluntario, hay una articulación con todas las entidades del orden distrital y especialmente con los referentes de seguridad en las localidades; se va a hacer la articulación necesaria para evitar cualquier situación, cualquier transgresión, Bogotá es una ciudad que garantiza derechos, Bogotá es una ciudad incluyente, una ciudad que no discrimina y en esa tarea pues hacemos todo el trabajo necesario para que no haya ninguna diferencia en los puntos o en la red de apoyo que han decidido las comunidades indígenas”, aclaró el Subsecretario de Gobierno Daniel Camacho.
“El Distrito ha puesto todo el interés para que este traslado se dé en condiciones seguras, se brinden las condiciones necesarias y se otorgue la asistencia alimentaria debida a las comunidades indígenas mientras son trasladados a sus territorios por parte de la Unidad Nacional para las Victimas”, añadió el funcionario.
De acuerdo con la administración local, en la población asentada hay 1.919 personas, 991 mujeres, 928 hombres y 676 niños, estos últimos entre los 0 y 11 años de edad. Hay, al menos, 34 mujeres en estado embarazo. A corte del pasado domingo se informó que, en total, 13 de las 15 comunidades asentadas habían salido voluntariamente en cumplimiento de los acuerdos firmados.
Durante el fin de semana, en un operativo logístico coordinado por las diferentes entidades del gobierno distrital y nacional, con el acompañamiento del ministerio público, se adelantó el traslado de 475 personas pertenecientes a diferentes comunidades indígenas, que desde desde septiembre del año pasado se encontraban asentadas en el Parque Nacional del Bogotá.
Según la Personería, todas las comunidades que llegan para asentarse temporalmente en la UPI La Florida tendrán diversos beneficios que lograron concretarse en la mesa de diálogos. Los servicios a los que podrán acceder son:
- Kits de alimentación
- Transporte y movilidad
- Servicios de asistencia escolar
- Atención en salud
- Cuidado para la primera infancia
- Espacios para el comercio
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