Este viernes 6 de mayo, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) informó que sostuvo una serie de reuniones privadas con los ocho aspirantes a la presidencia. Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, delegado de la CEC para las relaciones Iglesia-Estado, presentó las conclusiones de esos encuentros a través de una rueda de prensa.
Entre otras cosas, los representantes de la Iglesia católica en el país querían conocer de primera mano la visión de país y las propuestas de los candidatos. Además, en las reuniones plantearon las preocupaciones que han recogido desde el apostolado en las regiones.
Por otro lado, ellos buscaron con estas reuniones abrir un espacio al debate con altura, concentrado en los problemas de Colombia y sin violencia hacia lo diferente, bajo una perspectiva de cultura de la democracia.
En estas conversaciones participaron monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la CEC, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente, monseñor Luis Manuel Alí, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general, y monseñor Henao.
Son cuatro las principales conclusiones de dichos encuentros. En primer lugar, pidieron a los candidatos que se comprometan a propiciar un “ambiente democrático, orientado por el respeto frente a las propuestas políticas y al rechazo a los discursos de odio, venganza e intolerancia, que se convierten en legitimadores de violencia”.
“El país necesita que se hagan todos los esfuerzos necesarios para que se escuchen las voces de otras propuestas políticas de forma respetuosa”, señaló monseñor Henao.
En segundo lugar, la Iglesia católica pide que se tome como prioridad el diálogo social diverso e informado, que sirve para limar asperezas entre personas de opiniones contrarias. Monseñor Henao señaló que esta ha sido una de las campañas más violentas de la historia, que se suma a la de situaciones sociales complejas como el desplazamiento forzado y la pobreza asociada a las disputas de grupos armados organizados.
“La palabra es la herramienta básica de la política, como recurso para establecer lo que conviene a la ciudadanía, y como vehículo de diálogo y pluralidad para el desarrollo de los territorios”.
Asimismo, los obispos del país pidieron a los ciudadanos que voten de forma consciente, libre e informada, y que preferiblemente se inclinen por “propuestas que busquen el bien común, el respeto por los derechos humanos y apunten a la unidad”.
Finalmente, la CEC recomendó a quienes ya ostentan cargos públicos, sean de elección popular o no, a abstenerse de participar en política. “Esta práctica debilita la confianza frente a las garantías de las campañas y del avance hacia unas elecciones justas, cuyos resultados deben corresponder a la voluntad de los ciudadanos sin ningún tipo de interferencia”, recomiendan.
Rechazo de la Iglesia al paro armado
En el mismo espacio, el monseñor Henao rechazó las acciones violentas causadas por el Clan del Golfo en el marco del paro armado. Aseguró que el respeto por la vida humana debe ser una prioridad de la sociedad. También pidió respeto por el trabajo de la misión médica, el derecho al trabajo de las familias que viven del diario y, en general, a las poblaciones inocentes que no están involucradas en el conflicto.
Henao señaló que el diálogo no puede usarse como política transitoria para resolver dificultades, sino que debe hacerse costumbre a la hora de manejar un Estado. Finalmente, el sacerdote citó las palabras del Papa Francisco sobre la política, que según él es “una de las formas más elevadas de la caridad, porque sirve al bien común”.
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