En las últimas horas se ha desatado una polémica a nivel internacional luego de que se conociera que el Papa Francisco autorizó el pago de hasta un millón de euros para poder liberar a la monja colombiana Cecilia Narváez, quien estuvo secuestrada durante cinco años por los extremistas del Al Qaeda en Mali. Esta información la reveló el cardenal Angelo Becciu, quien hace parte de uno de los religiosos acusados por fraude al Vaticano.
Becciu fue en su momento uno de los asesores más cercanos al papa Francisco, pero ahora ha tenido que rendir testimonio ante el Tribunal del Estado Vaticano por las irregularidades en el manejo de fondos de la Santa Sede. Luego de que el mismo Pontífice lo liberara del requerimiento de confidencialidad del Vaticano, el cardenal reveló que el religioso estaba dispuesto a pagar el rescate que exigían los extremistas islámicos por la monja colombiana.
La información revelada por Becciu se considera de extrema gravedad para el Vaticano, especialmente porque podría representar problemas en su seguridad a futuro para la Santa Sede y para la Iglesia Católica. Esto considerando que el pago de rescates normalmente no es confirmado, pues la transferencia de esas sumas de dinero, accediendo a las amenazas de los terroristas, podría alentar a más secuestros por parte de los delincuentes.
“Él aprobó. Debo decir que cada fase de esa operación fue aprobada por el Santo Padre”, puntualizó Becciu en el juicio. La revelación del cardenal se dio el juves 5 de mayo ante el Tribunal del Estado Vaticano, cuando tuvo que hablar sobre su relación con la italiana Cecilia Marogna, también imputada en el caso por las irregularidades económicas.
Marogna, según ha señalado ella misma, fue un puente entre el Vaticano y una agencia de inteligencia para la liberación de la monja colombiana, declaración que fue confirmada por Becciu. En ese entonces (2018), el trabajo de la italiana habría sido conectar a la Santa Sede con una compañía de inteligencia en Londres para dar con el paradero de la colombiana. Sin embargo, no es claro si algún dinero de la Santa Sede llegó a manos de los extremistas que privaron de su libertad a la mujer oriunda de Nariño.
Según la agencia AP, Cecilia Marogna ha dicho que intercedió por varios rehenes católicos en África en nombre del la Iglesia. Pero sus declaraciones no coinciden con lo que han encontrado los fiscales de la Vaticano, quienes han imputado a la mujer por presuntamente haber malversado 575 millones de euros.
La información en el caso presentada por los fiscales está sustentada con registros bancarios que dan cuenta de que entre los años de 2018 y 2019 a la mujer le hicieron nueve transferencias bancarias justificadas en actos humanitarios, pero en las mismas cuentas se registran compras en tiendas como Prada, Luis Vuitton y hoteles de lujo.
Cabe recordar que Cecilia Narváez fue secuestra a inicios de 2017 por un grupo yihadista y que finalmente puso recuperar su libertad el pasado 9 de octubre, acto que no estuvo relacionado con el pago de ningún rescate. De hecho, para el mes de noviembre, luego de quedar en libertad, la religiosa colombiana seguía en Roma y saludó al papa Francisco.
Al verla, el sumo pontífice se sorprendió y compartió un diálogo con ella. Según un video publicado por Rome Reports, el Papa bromeó con la monja colombiana y causó risa entre las religiosas, porque le dijo: “¿Qué esta haciendo usted todavía por acá? ¿Fue a Colombia, o no?”, mientras continuaba sosteniendo la mano y ella le presentaba a sus compañeras.
Francisco le preguntó después “¿Cuándo va a Colombia?”, y la religiosa confirmó que su regreso al país, la primera vez que volverá después de su liberación, será el próximo 16 de noviembre. Aunque aún se desconoce donde cumplirá su misional.
“Bendígame Santo Padre”, le pidió Narváez al sumo pontífice, quien le hizo la señal de la cruz en la frente y le dijo: “Que Dios te bendiga”, a lo que agregó “te veo mucho mejor. Mucho mejor”.
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