Un crudo caso de matoneo llegó a su punto más bajo el pasado jueves 28 de abril en el prestigioso Colegio Granadino, plantel educativo campestre ubicado a las afueras de Manizales (Caldas), en el municipio de Villamaría. No obstante, el caso solo se hizo visible para todo el país esta semana tras la insistencia de padres de familia indignados con el silencio corporativo.
Un niño de 13 años, estudiante de séptimo grado, estaba siendo hostigado por sus compañeros de clase en este colegio de élite, situación de la que sus padres ya estaban informados, pero no esperaban que los menores fueran tan lejos. Ellos participaban en un juego que consistía en saltar para recibir un balón con las manos y caer en cuclillas, de modo que la víctima de la agresión se animó a unirse a la inocente actividad.
Cuando llegó su turno, el niño saltó para recibir su balón. En cuestión de segundos y a manera de broma, los compañeros enterraron una estaca metálica con punta afilada en el sitio donde se suponía que este niño de séptimo caería en cuclillas. Cuando descendió, resultó gravemente herido en su zona genital.
El niño tuvo que ser intervenido quirúrgicamente y, aunque ya está fuera de peligro, tendrá que guardar una larga incapacidad y podría tener secuelas físicas y mentales de por vida. Aún así, el colegio Granadino intentó manejar el asunto con discreción, supuestamente para proteger la privacidad de los involucrados. Incluso, hicieron acusaciones contra la prensa.
“Hacemos un llamado a la mesura y la prudencia frente al manejo mediático, pues las publicaciones que están circulando en redes sociales y medios de comunicación en algunos casos no guardan relación con la realidad y transgreden la privacidad y derechos de los menores”, dice una misiva enviada el pasado martes 3 de mayo con la firma de Marcela Díaz, rectora del colegio.
Esto enfureció a los padres. Infobae Colombia conoció una carta abierta de los padres y acudientes de grado séptimo del Granadino, en la cual denuncian la indiferencia de la institución en este caso.
“Es evidente que las acciones emprendidas por las directivas no han sido efectivas ni conducentes, a pesar de las denuncias efectuadas en las reuniones de padres de familia y mensajes enviados a las directivas. Fallaron los canales de atención y prevención dentro del colegio para la protección de estos alumnos, existiendo ausencia de comunicación asertiva y clara”, dice la misiva.
Los adultos también están enojados ante esta sospecha: el colegio no tomó cartas en el asunto sobre las formas menos graves de bullying contra el niño, denunciadas semanas atrás, porque quienes lo agreden tendrían parentesco con la junta directiva de la institución.
“En los procesos de investigación adelantados se evidencia permisividad, encubrimiento y falta de garantías. Sentimos como padres que se ha dado un trato preferencial y parcializado, ya que no es un secreto que hay un conflicto de intereses entre los llamados a dar solución y los menores denunciados por acoso reiteradamente. También nos llama la atención que estas graves denuncias no hubieran sido conocidas y tratadas al interior de la junta directiva, existiendo dentro de la misma tres padres de familia de grado séptimo”.
Acoso racista contra niña en Medellín
Incluso, se siguen conociendo situaciones de graves hechos de matoneo y discriminación que ponen en vulnerabilidad a los menores. El caso más reciente ocurrió en el Centro Formativo de Antioquia, CEFA.
El caso fue denunciado por la periodista Katalina Vásquez, quien conoció los hechos y los hizo públicos a través de sus redes sociales, en los que guardó los detalles para proteger la identidad de la víctimas y el proceso interno de la institución.
Inicialmente se conoció que una estudiante identificada como ‘Sofía’ le había dicho a una niña afro, compañera suya, que olía mal. Luego, la madre de la primera intervino y le habría solicitado a la menor hablar públicamente y dar una explicación de la razón de su olor, en lo que parecía un grave caso de discriminación y matoneo.
Al parecer, a raíz de la burla de la menor a la niña afro, ella misma habría solicitado un espacio para dar una explicación y el profesor le dio la autorización para hacerlo. Tras esa situación, las estudiantes se habrían pedido disculpas.
“Acto seguido la familia afro fue “invitada” por la mamá de Sofía para que explicara públicamente porqué su olor. Algo así como: me disculpo pero disculparte tú también por ser quien eres ante todo el grupo”, agregó Vásquez sobre los hechos.
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