En aras de poder dar cumplimiento a la meta de reducción del 51% de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, el Ministerio de Medio Ambiente invitó a los empresarios a sumarse al Programa Nacional de Carbono Neutralidad.
La iniciativa, a la que se espera que se inscriban mil empresas para julio, busca dinamizar, fortalecer y visibilizar la problemática con el fin de mitigar las emisiones de los gases de efecto invernadero en las organizaciones públicas y privadas, permitiendo así dar un paso a la transformación de empresas más sostenibles.
Para lograrlo, el programa funciona como una guía para aprender a constituir un modelo de autogestión de las emisiones, en el que las capacidades se fortalecen conforme se presentan avances.
Esto no solo se traduce en beneficios para el medio ambiente, sino que también significa ganancia para las empresas. Por ejemplo, una organización que destina una parte de su dinero a la compra de bonos de carbono certificados, no solo pasa a ser una empresa carbono cero, sino que a la vez puede beneficiarse a la hora de licitar, ya que a la fecha son varias las organizaciones que piden a sus contratistas y proveedores presentar sus planes de reducción de gases invernadero y hasta certificación de carbono neutro.
Otro de los beneficios se traslada a las finanzas. Una compañía que gestiona mejor de sus residuos reducirá sus gastos por disposición final y al mismo tiempo su consumo de energía. Al respecto, el ministro Carlos Eduardo Correa explicó para el diario Portafolio que las oportunidades de negocio están ‘servidas’ y que la política pública ha sido clave para que las empresas se sumen y puedan incorporarse a la transformación.
El camino recorrido
Para octubre de 2021, el Ministerio de Ambiente recibió en su programa a cien empresas. En ese entonces su meta era alcanzar 500. A la fecha hay 568 y hoy, pese a que la meta busca extender la invitación a al menos mil organizaciones, lo cierto es que una parte clave en el proceso se ha enfocado en el hecho de compartir experiencias.
Nicolás Uribe, presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, resalta la importancia de una estrategia enfocada en este ámbito, pues reitera que las pequeñas y medianas empresas deben sentir la motivación e iniciativas suficientes para poder ejecutar acciones sostenibles.
Un ejemplo de esto es Tosh, la marca de Nutresa que ha encontrado en la sostenibilidad una estrategia de posicionamiento, diferenciación y acceso a nuevos clientes. Así mismo Grupo Sura, Bancolombia y Celsia han desarrollado modelos de movilidad sostenible con Muverang, una firma de vehículos eléctricos, que con patinetas y carros tiene sistemas de afiliación que desmaterializan la propiedad y dan prioridad al uso.
Por la misma senda Forjas Bolívar, una compañía perteneciente a la industria metalmecánica que presta servicios de transporte de material a industria cementera y azucarera, también es un ejemplo de cómo es transitar a la carbononeutralidad. Ésta no solo le ha puesto como meta llegar hacer una compañía de carbono neutro, sino que tal transición le ha permitido ser más competitiva en medio de un panorama en el que el capitalismo consciente, no solo busca sacar ganancias, sino reducir la huella de carbono.
Con experiencias de esta clase sobre la mesa, la acción sobre el cambio climático no solo es una muestra de que cuando los procesos son pensados en el medio ambiente, no necesariamente deben ser costosos o difíciles de implementar. Significa que con la orientación idónea para posibilitar la eficiencia operativa se abre las opciones para mejorar el desempeño financiero poniendo como centro al medio ambiente y las personas.
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