La artista española, Sheila Blanco, llegó a Colombia con su gira Cantando a las poetas del 27, un recital en el que se mezcla la música con lo mejor de la poesía de las autoras que hicieron parte de la Generación del 27. La cantante, acompañada únicamente por el piano, le pone voz y melodía a los versos de poetas como Carmen Conde, Ernestina de Champourcin, Concha Méndez, Elisabeth Mulder, Margarita Ferreras, Josefina Romo Aregui y Dolores Catarinéu, interpretando sonidos que evocan conceptos como el dolor, el exilio, el amor, la belleza, el remordimiento y la pena.
“Motivada y completamente rendida a los pies de las mujeres enmarcadas en la Generación del 27, he decidido embarcarme en este proyecto de investigación, poesía, composición musical y divulgación para homenajear y dar a conocer a las poetas de esta generación literaria española”, explica la cantante. “En este recital concierto doy unas pinceladas sobre la vida de cada poeta y contextualizo su poema elegido antes de cantarlo acompañada de mi piano; esta es mi manera de aportar mi granito de arena en esta cuestión histórica, poética y feminista”.
Sheila Blanco Gutiérrez es una cantante y compositora española, nacida en 1982, que además es una lectora incansable. “Ayer, en FILBo, he pecado y me he comprado unos cuantos libros. Me gustaría llevar muchos más, pero la verdad es que no me cabe todo en la maleta”, comenta. La cantante española participó del último día de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, y allí deleitó a los asistentes con una muestra de lo que será su recital en los próximos días.
Habiendo estudiado la carrera de Comunicación Audiovisual, ejercido como periodista y divulgadora cultural, es en la música donde Sheila encontró su sitio. Esto es lo que le apasiona, entre muchas cosas. Para ella, cantar lo es todo. En el último tiempo, su actividad en redes sociales le ha permitido darse a conocer aún más en España y fuera de ella. Es muy conocida por la fusión que realiza entre textos que dan cuenta de la historia de un personaje y temas de música clásica, pop, rock, folk y jazz, creando una simbiosis entre lenguajes artísticos, con un estilo muy personal.
Mauricio Galeano, director del Instituto Distrital de las Artes - Idartes, una de las entidades que apoya la gira de la artista en Colombia, menciona que la presencia de Sheila Blanco en el país le permitirá a la gente, no solo conocer a la excelente artista que es la española, sino apreciar la fuerza literaria que dejaron las plumas femeninas durante la Generación del 27. “Este es precisamente el objetivo que tenemos, llevar lo mejor de la cultura a todos los bogotanos”, señala Galeano.
Sheila se presentará los días 4, 5 y 6 de mayo. El primer recital tendrá lugar en el Colegio Reyes Católicos, a las 6:45 p.m.; el segundo será en el Teatro El Ensueño, a las 7:00 p.m.; y el último será también a las 7:00 p.m. en el Auditorio Mario Laserna, de la Universidad de Los Andes.
Infobae conversó con la artista acerca de su gira y los temas que la motivan, su visión de la poesía en español y su día a día como lectora, periodista y artista.
-¿Qué pueden esperar las personas de este show? Es un recital, pero hay música, y proyecciones, y un poco de todo.
-El recital se fue armando de una manera muy natural. Yo pensaba que podía conectar mejor con el público asistente, y así ha sido. Para mí era muy importante conectar con la gente a través de lo que fue la obra de estas mujeres poetas, de cómo fue su contexto, esta España de los años 20 del siglo pasado. Lo que propongo aquí es un viaje, guiado, desde luego, por mi experiencia al descubrir la poesía de estas autoras que hicieron parte de la que es, quizá, la generación de escritores más famosa de ese tiempo, en lengua española. Un tiempo en el que ellas, haciendo parte de los mismos círculos, publicando en las mismas editoriales, codeándose con todos los autores, fueron simplemente borradas. Hubo una serie de dinámicas sociales y culturales que impidieron que a día de hoy todavía no las conozcamos bien.
En el recital hablo de cada poeta, mientras se proyectan las ilustraciones de Vanesa Álvarez, una artista gallega, que representan la imagen de las poetas. Con eso, la gente les puede poner forma, les puede poner rostro. Ahondo en lo que fueron ellas como mujeres y cómo llegan a mí, a través de su poesía, y los porqués detrás de musicalizar sus palabras como lo hago. Me gusta que el concierto tenga, además de la dimensión musical, la dimensión poética y la didáctica. Me hace ilusión pensar que la gente saldrá del recital con ganas de leer a estas mujeres, de consultar sobre sus vidas, de saber quiénes eran.
-¿Cómo surge esa inquietud por reivindicar lo clásico? No solo es en la poesía, también en la música.
-Siempre me ha interesado mucho irme hacia atrás y conocer a los referentes, a la gente que estaba ya pensando, aportando, una manera de crear. Me parece que muchas veces cometemos el error de estar demasiado pendientes del hoy y olvidamos lo que se ha hecho antes. De repente, nos sorprendemos por algo que hace un artista o alguien en la esfera pública, y lo cierto es que mucho antes que ellos, alguien ya había hecho eso o sugerido algo parecido. Los clásicos son eso porque siempre están presentes. Nunca pasan de moda. Creo que es importante esa mirada hacia atrás y ver de dónde venimos para no dejar de apreciar el legado que tenemos.
Soy consciente de que hay algo altruista en todo esto. He hablado muchas veces de la importancia de la música clásica y es que me ha hecho infinitamente más feliz. Me ayuda mucho llegar a mi casa, cerrar los ojos y ponerme a escuchar a Bach, por ejemplo. Compartirlo con la gente es un anhelo, que terminen deleitándose y refugiándose en esta música como yo lo hago. La música mejora la vida, y la música clásica, aún más. Creo que la clave de esto es poder darle una vuelta de tuerca a la forma como transmitimos el conocimiento sobre el pasado y motivar a la gente para que se sientan interesados en esto que somos todos.
-¿Cómo evalúas, desde tu postura de lectora y divulgadora cultural, el panorama actual de la literatura escrita en español?
-Mi sensación es que ha cambiado radicalmente. Hay una cantidad muy significativa de mujeres poetas, no solo en España sino en todos los países de habla hispana. Es muy interesante ver lo que sucede en Colombia, por ejemplo. Este país tiene una tradición muy valiosa de autoras que perfectamente podrían estar a la par de estos poetas de la Generación del 27. Autoras que empezaron a tomar fuerza, especialmente, desde la primera década de los años 50. Ayer me hablaron mucho y muy bien de varias poetas de aquí. Tengo ya un top 3, y en el primer lugar está María Mercedes Carranza. He terminado llevándome una antología de sus poemas.
Hay una cantidad, de verdad, muy impresionante de poetas y todas muy buenas. Cada vez surgen más. Lo que ocurre, yo creo, es que hace falta mirar atrás y recontextualizar lo que sucedió entonces para así difundirlo. Los libros de texto hoy siguen hablando de escritores. A pesar de que la industria editorial ha hecho rescates valiosos de escritoras, en las escuelas aún se habla desde lo masculino. Sigue habiendo un notable desequilibrio en la difusión de la literatura y, especialmente, de la poesía femenina. Esto es algo que sucede en todas las artes. Hay que reivindicar lo femenino en la historia.
-¿Qué herramientas del periodismo te han permitido crecer en este ejercicio artístico que hoy haces?
-Me ha servido mucho el haber empezado trabajando sobre la información, esencialmente, sobre lo importante a destacar en determinado tema y cómo contarlo. Con los Bioclassics, por ejemplo, parto de un texto y trabajo a partir de lo que más conecta conmigo, lo que más valoro. Eso es lo que puede interesar a otros. Se trata de racionar esa información y contarla de una manera clara, distinta. Haber estudiado cinco años esto, haber trabajado con lenguajes diferentes para comunicar la información, como la radio y la televisión, o el periódico, ayuda mucho para todo esto. Hace parte de mí y a día de hoy lo sigo haciendo. Me levanto en las mañanas y lo primero que hago es ver cómo me pongo en contacto con la información, con lo que sucede día a día. Creo que son cosas que se van concatenando unas a otras y me permiten trabajar como lo hago. Al final, todo esto se trata de contar algo, así que el periodismo no puede estar más presente en mi trabajo musical.
-¿Cómo lee Sheila Blanco?
-Madrugo bastante y duermo poco, realmente. En las mañanas, me gusta leer ensayo, pero también leo otras cosas. No soy una lectora de ensayos muy académicos o versados en una temática, pero sí me gusta explorar aquellos que tienen algo que ver con nuestra forma de ver la vida y enfrentarla. Un libro como El arte de amar, por ejemplo, es del tipo de ensayo que me gusta leer. Por las mañanas tengo, realmente, la cabeza más despejada, entonces aprovecho para leer, especialmente, cosas más reflexivas.
-Si trabajaras en una librería, ¿qué libros no dejarías de recomendar?
-El primero sería El infinito en un junco, de Irene Vallejo; otro sería Rayuela, de Julio Cortázar, porque creo que es un libro al que se necesita llegar en algún momento de la vida; y cualquier título de Federico García Lorca. Es, simplemente, un autor para cualquier etapa.
-¿Qué es lo que más amas en el mundo?
-Estar con la gente que quiero. Cada vez lo valoro más. Quizá, hace diez años, esta respuesta hubiese sido distinta, pero desde la pandemia, cada vez aprecio más el poder estar con las personas que quiero. Pero estar de verdad, móvil en el bolso, y a hablar.
-¿Y aquello a lo que más le temes?
-El dolor físico. Es algo que, desde siempre, me ha obsesionado. Mis peores pesadillas tienen que ver con cosas físicas, rasguños, mordiscos, golpes. Es una fobia extraña. Desde muy niña me ha causado temor.
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