Un reciente estudio realizado por la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Coralina) en el Archipiélago de San Andrés, detectó que en las zonas de Serranilla y Bajo Nuevo, los ecosistemas de corales están siendo afectados por la enfermedad de pérdida de tejido de coral.
La enfermedad, también conocida como SCTLD (por sus siglas en inglés: Stony Coral Tissue Loss Disease) de acuerdo con la Corporación, ha generado una creciente preocupación en el Gran Caribe, luego de que fuera registrada por primera vez en 2014 en Florida (Estados Unidos), y posteriormente se extendiera de manera exponencial por gran parte del Atlántico y el Gran Caribe, hasta ser hallada en territorio colombianos a inicios de este 2022.
Según explicó a Infobae Colombia el biólogo marino y científico de Coralina, Alfredo Abril Howard, como su nombre lo dice, está enfermedad ocasiona una pérdida del tejido de los corales -afección que se evidencia cuando el organismo toma un color totalmente blanco-, y cuyo origen se cree se da por “alteraciones antropogénicas y el cambio de temperaturas y de otros tipos en el agua”.
De acuerdo con el especialista, este afección en estas especies no solo generan un impacto en el ecosistema marino, sino también en la comunidad en general.
“El ecosistema de arrecifes marinos es el lugar de muchas especies, no solo de peces, sino también de caracoles, cangrejos, tortugas, etc, quienes buscan refugio en esas estructuras tridimensionales porque les proveen, en algunos casos, resguardos donde esconderse”, señaló Howard a este portal indicando que, por ende, una vez el arrecife sano pierde sus cualidades a causa de la enfermedad, quedan de él “solamente rocas que no son habitadas por muchas especies y se da una dominación de algas o de otras especies de flora que no son utilizadas por un gran número de especies”.
También puede leer: ‘Entre plumas y espadas’: un proceso de catarsis de las víctimas del conflicto armado en el Catatumbo
A renglón seguido, el biólogo de Coralina indicó que la pérdida de los corales a causa de la enfermedad también impacta a la comunidad del Archipiélago de San Andrés, en especial, a aquellas que se dedican a la industria del turismo.
“Tenemos aguas claras, con temperatura poco variable, condiciones casi estables y una muy buena visibilidad (en las zonas de corales) lo que genera confianza para los buceadores, y esto hace que sea muy visitado por los buzos. Adicionalmente, estas barreras residuales o estos arrecifes generan una protección a la línea de costa para evitar procesos erosivos, y la pérdida de esta bajará mucho los ingresos de la industria del buceo y adicionalmente podría perderse la seguridad alimentaria y podría afectar la erosión costera”, expuso Howard en entrevista con este medio.
De acuerdo con el biólogo marino de Coralina, a la fecha, las especies de corales que más se han visto afectadas en esas zonas del Archipiélago de San Andrés por esa enfermedad, debido a que son más propensas a adquirirla, son: la Siderastrea siderea, conocida como coral estrella grande o coral estrella redonda; Montastraea cavernosa, y la Pseudodiploria strigosa.
El especialista añadió a este portal que, otras especies de coral como las Orbicellas, Eusmilia fastigiata y las Dichocoenia stokesii, también han resultado infectadas con la enfermedad, aunque en menor medida.
También puede leer: Pasajero murió de un infarto en estación de TransMilenio en Bogotá
En el momento, según indicó Howard a este medio, con el fin de evitar que la enfermedad continúe propagándose por los corales han puesto en marcha proyectos para monitorear y detectar esta afección y buscar tratamientos, en alianza con instituciones académicas como la Universidad Nacional, Ecomares y el Perry Institute for Marine Science, de Bahamas.
“A nivel del Caribe se han trabajado algunos tratamientos como la aplicación de antibióticos para ver la reacción del coral a la enfermedad, algunos han sido poco efectivos y otros efectivos (...) La idea es evaluar en un futuro cuál de esos tratamientos puede realizarse para evitar la propagación (de la enfermedad)”, contó a Infobae el biólogo marino de Coralina.
Según los reportes de la Corporación, a la fecha la está enfermedad en los corales se ha registrado en Jamaica, México, San Martin, las Islas Vírgenes de EE.UU., República Dominicana, las Islas Turcas y Caicos, Islas, Belice, San Eustaquio, Puerto Rico, Bahamas, Islas Vírgenes Británicas, Islas Caimán, Guadalupe, Santa Lucía y Honduras.
Aquí una guía entregada por Coralina para que sepa cómo identificar estos corales afectados y qué hacer en caso de observar a alguno con la enfermedad:
SEGUIR LEYENDO