Consternada quedó la comunidad de Santa Fe, en Antioquia, al ver a un hombre deambulando por las calles con una cabeza humana en sus manos. A plena luz del día, el ciudadano, de quien se presume tiene algunas alteraciones en su salud menta, se paseó con aquella parte del cuerpo de uno de los cinco cadáveres que, previamente, había profanado al sacarlos de las tumbas del cementerio ubicadas en ese mismo sector. El sujeto, cuentan medios locales, tiene 27 años y, además de su trastorno mental, habría mezclado licor y alucinógenos, lo que habría provocado el acto violento.
“La Fiscalía conoce el caso, pero por su presunta esquizofrenia no puede ser imputado, sino que tiene que ser valorado y atendido en un hospital mental. Estamos haciendo la tramitología para que en pocas horas pueda salir hacia allá”, dijo el alcalde de Santa Fe de Antioquia, Andrés Felipe Pardo Serna. De acuerdo con el relato de la comunidad, el hombre, además de caminar con el cráneo humano en sus manos, pasó por el vecindario gritando y mostrándole aquella parte humana a los habitantes del sector. La cabeza le pertenecía a un cuerpo que llevaba sepultado dos años.
Las personas, ante la situación, llamaron a las autoridades y, según contaron a medios locales, el sujeto, al percatarse de la presencia de los uniformados, soltó la cabeza y golpeó a los policías. En medio del altercado, derribó una moto que se encontraba en la zona mientras los hombres de la autoridad trataban de detenerlo.
La población le contó a la prensa que esta no es la primera vez que personas irrumpen en el espacio y que, por el contrario, ya se ha denunciado de la existencia de otras profanaciones en el lugar. La comunidad destacó que las denuncias, sin embargo, no han trascendido ante la justicia colombiana, aún y cuando estas acciones pueden ser consideradas dentro del delito de irrespeto a cadáveres. Este hombre, al ser capturado justo en el momento de los hechos, deberá responder por el delito de agresión a servidor público y profanación de cadáveres.
A mediados del pasado mes de marzo, los habitantes del municipio de Hatonuevo, en el sur de La Guajira, denunciaron que se estaban robando cadáveres del cementerio local. Las denuncias empezaron cuando familias que llegaban a visitar a sus familiares al campo santo se daban cuenta que los cuerpos de sus familiares ya no estaban enterrados en donde se habían dejado previamente. Tres cuerpos de menores de edad estaban dentro de la lista de cadáveres desaparecidos.
El alcalde municipal Luis Arturo Palmezano aseguró, en conversaciones con RCN Mundo, que las autoridades se encontraban ”inspeccionando las cámaras de alrededor para verificar qué personas habrían ingresado entre las 11:00 de la noche y las 5:00 de la mañana al cementerio y lograr identificar a los responsables. Es de mencionar que logramos recuperar los restos y volverlos a sepultar nuevamente, con el consentimiento de sus familiares”.
“Según información de algunos vecinos, presumen que serían ciudadanos venezolanos los causantes de estos delitos, quienes estarían actuando bajo fines oscuros, pero ya serán las autoridades a través de la inspección de las cámaras quienes determinarán esta versión”, señaló Palmezano en su charla con ese medio de comunicación.
Para aquel momento, desde la administración local, y luego de un consejo de seguridad, se anunció del ofrecimiento de una recompensa para hallar a los responsables de la profanación de las tumbas. Las autoridades le recomendaron a la comunidad informar inmediatamente en caso de ver movimientos extraños del cementerio que puedan ayudar a detener este tipo de crímenes, que no solo representan un irrespeto a las familias dolientes, sino también un peligro que amenaza la salud pública.
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