Hacia mayo del 2021, tan solo días después del inicio del paro nacional del 28 de abril, fotografías y videos de músicos coreanos punteaban los temas que eran tendencia en Twitter, Colombia. Para aquellos días, cientos de miles de fanáticos del K-Pop unieron sus fuerzas para boicotear la línea de mensajes escritos por personas que manifestaban su apoyo al Gobierno nacional, al Esmad, al uribismo o al movimiento de derecha del país, en medio del estallido social. Este género ha sido popular desde hace años, sin embargo, los seguidores del mismo han dejado ver el poder que tienen, desde diferentes aristas, no solo para manifestarse en situaciones como la ya mencionada, sino también para exigir la inclusión de sus artistas en el panorama musical internacional.
El pop coreano no es una novedad, y tampoco lo es la inmensa fanaticada que trae consigo. No obstante, sí lo es el alcance masivo que ha logrado en los últimos años de la mano de artistas que le han dado la vuelta al mundo entero, con la ayuda de las redes sociales. También es reciente el debate de lo que significa un movimiento artístico como este en un país con reglas tan estrictas como Corea, por ejemplo, el planteamiento de la Ley BTS, con la que se plantea la modificación condicional de la prestación del servicio militar en ese país. Pero, ¿Qué es el K-Pop? ¿En qué recae su relevancia?
“La K es de Corea, nosotros solemos poner K en las cosas de nuestro país como K-Cine, los K-Dramas o la K-Beauty. El K-Pop no tiene un género musical específico, es un amplio abanico que abarca el techno, pop, dance, electrónica, hip hop, rap, rock o R&B. Lo que tienen en común son las coreografías muy trabajadas y que los fans se aprenden y repiten, las súper producciones de videoclips, y el vestuario y el maquillaje muy estudiado y llamativo”, detalló Yumi Yun, integrante del Centro Cultural Coreano, a El Diario, España.
Para este año, en medio de la celebración de la Feria del Libro de Bogotá, Corea fue escogido como el país invitado de honor. Es imposible hablar de la cultura coreana sin hablar de K-Pop, es inherente a ella, al igual que la amplia literatura que ha sido dedicada a este mismo tema. En la FILBo, de hecho, hay libros biográficos dedicados a BTS y a Blackpink, dos de las bandas más populares del movimiento, e incluso un diccionario en el que están consignadas cerca de 500 palabras relacionadas a este ritmo popular coreano.
“Hola, fanático del K-pop. Felicidades en tú decisión de embarcarte en el viaje al fantástico mundo del K-pop. Tomémonos un momento para compartir esta dicha”, se lee en la introducción de aquella entrega literaria. El libro permite ver las palabras escritas con su caligrafía original, su pronunciación correcta, su definición exacta y un ejemplo de cómo usar aquel vocablo de manera adecuada.
Del K-Pop se habla desde los años 90. Hacia 1992, por ejemplo, Seo Taiji and Boys revolucionaba lo que se conocía en ese momento como lo común o lo normal dentro de la música coreana. A esta agrupación se le sumaron artistas como Panic, que continuaron abriendo un espectro a lo que ahora se conoce como el K-Pop, aquel género musical que en el 2014 fue nombrado como el ‘líder de tendencias en Asia’ por ‘The Economist’.
Ante el auge inicial, el productor coreano Lee Soo Man, cuenta la prensa internacional, fundó S.M. Entertainment, una compañía que en 1995 continuó labrando el camino para darle paso a los próximos artistas. Hacia 1996, el turno fue para el exmiembro de Seo Taiji and Boys, Yang Hyun Suk, quien decidió crear YG Entertainment, empresa que tenía el mismo objetivo, al igual que la que creó el cantante Park Jin Young, en 1997, llamada JYP Entertainment.
Gracias a la apertura de un espacio es esta propuesta musical, empezaron a resonar los nombres de agrupaciones y artistas como H.O.T, Sechs Kies, S.E.S, Fin.K.L , NRG, Baby VOX, Diva, Shinhwa y g.o.d., quienes empezaron a darle forma a un legado musical que ahora, poco más de 20 años después, se toma, no solo el ambiente musical, sino también el político y social.
En el 2012, sin embargo, hubo un importante quiebre. Hoy, diez años después, es impactante buscar en YouTube el video del Gangnam Style (강남스타일), una canción del artista Psy. Son más de 4,4 mil millones de visualizaciones las que acumula el artista coreano, sin contar las decenas de veces que fue invitado a cantar el tema y a bailar en vivo en programas de televisión europeos y norteamericanos.
Ellen Degeneres, presentadora de uno de los talk shows más populares del mundo, lo tuvo en su set de grabación y logró que la mismísima Britney Spears se levantara del sofá para hacer el particular baile que hace la simulación de montar a caballo. “Es brillante. Lo amo”, comentó Simon Cowell, uno de los jurados más temidos de los concursos de talentos de Estados Unidos y el Reino Unido. Psy no se detuvo allí y, aunque no consiguió las mismas cifras, lanzó canciones como ‘Gentleman’ y ‘Daddy’. Esta semana, la última de abril, Psy logró entrar al top cinco de los más escuchados de YouTube con su ‘That That’, canción que hizo con Suga, integrante de BTS.
“Si bien PSY era bien conocido en Corea del Sur, no era ni de lejos el artista más popular, y mucho menos alguien con posibilidades de ingresar al mercado estadounidense. Pero cuando “Gangnam Style” se convirtió en el video más visto en YouTube, los medios coreanos e incluso el gobierno coreano no pararon de hablar de él y lo aclamaron como un héroe nacional por catapultar a su país al estrellato mundial”, se lee en una publicación de la Rolling Stone realizada por Regina Kim.
Lograr igualar, superar y mantenerse dentro de las principales playlists del mundo no es sencillo, y menos cuando quienes prevalecen son, en su gran mayoría, y con mucha ventaja, artistas angloparlantes con años de posicionamiento, sin embargo, esta no ha sido una tarea imposible para agrupaciones masculinas como BTS o femeninas como Blackpink. Aunque lo han logrado, no ha sido fácil, pues, tal y como se ha denunciado en medios de comunicación internacionales, se trata de un mundo en el que la perfección prevalece como una de las características principales.
En un especial realizado por La Vanguardia, al que se tituló ‘la realidad de la industria del K-Pop’, se exponen las que serían las complejas condiciones a las que someten aquellos y aquellas jóvenes que sueñan con ser ídolos de la música coreana. Desde alimentaciones limitadas hasta falta de socialización hacen parte de las complejos sometimientos que sufren las más famosas estrellas del pop coreano. Claro, existe un profundo amor por el arte, pero, al final, destaca ese portal informativo, esta actividad se convierte en una herramienta con amplio horizonte económico para Corea.
“Echaba de menos ir a la escuela, comer y pasar el rato con mis amigos, así que lloré mucho. Si dices que quieres hacer otras cosas que ellos no te dicen que hagas, te dicen que si quieres hacer esto, puedes irte y no volver. Solía pensar que convertirme en cantante era mi único camino y que me moriría si no podía ser un idol, pero ahora que lo he dejado, me siento mejor. Ha pasado ya un tiempo, pero todavía no puedo olvidar aquellos días”, comentó, X-Trainee, perteneciente a la empresa SM Entertainment, en testimonios recogidos por el medio de comunicación citado.
De acuerdo con lo que se lee en el artículo, los artistas se ven sometidos a exigentes reglas, incluso, con asuntos tan personales como su apariencia física, por ejemplo, decidir cambiar el color de cabello no es una determinación total del artista, sino una escogencia que debe realizarse en equipo. Las mujeres, dice La Vanguardia, no deben pasar los 50 kilos de peso. Estas, entre otras de las medidas que denuncia el portal web de aquel informativo y que se esconden detrás de las ‘perfectas’ imágenes que parecen sobresalir de las composiciones musicales y de los videoclips que las acompañan.
El comienzo de la vida militar en Corea del Sur, por su parte, es obligatorio para todo hombre de esa nacionalidad que se encuentre sobre los 18 años de edad, lo que compone una nueva dificultad dentro del mundo de creación de contenidos dentro de este popular movimiento artístico. “Se espera mucho que los jóvenes coreanos sirvan al país y que estos miembros de BTS sean modelos a seguir para muchos coreanos de las nuevas generaciones (...) La mayoría de nuestra gente espera que los miembros de BTS cumplan con sus obligaciones como ciudadanos de Corea del Sur. Al final, creo que eso sucederá”, dijo Gunn Kim, embajador de Corea del Sur en Gran Bretaña, para The Sunday Times.
Para el 2020, sin embargo, alrededor de BTS iniciaron debates que buscaban solucionar la situación legal de la banda, teniendo en cuenta que, sin excepción, deben participar de las filas de las fuerzas armadas coreanas. En diciembre de ese año, la asamblea nacional de Corea del Sur aprobó la llamada Ley BTS, que detalló que se le permitiría a los miembros de la banda posponer su servicio militar hasta que llegaran a los 30 años de edad. Su destino, aún, se considera incierto pues Jin, uno de los integrantes, ya está cerca de aquella edad.
En noviembre del 2017, destacó el diario La República, las actividades económicas derivadas de esta música dejaron ganancias de US$4.700 millones para ese país, cifra que se ha ido incrementando con los años. “El K-pop no es un género musical, es una idea”, dijo Tamar Herman, al hablar del género, en medio de una publicación realizada en Billboard Magazine.
Este año, la revista especializada Rolling Stone calificó la presentación de BTS en los Grammy del 2022 como una de las mejores de la historia de aquellos prestigiosos premios. Con la canción ‘Butter’, los coreanos entraron a la lista en la que también se encuentran Lady Gaga, Michael Jackson, Metallica, Beyoncé, Dua Lipa y otros.
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