Una escritura como dirigida por una entidad divina, un río de palabras que fluye en varias direcciones, un hechizo sobre las páginas que maravilla y embruja. Leer a Han Kang es entrar en contacto con una voz que evita que uno no quiera dejar de escuchar, de leer. La forma en que maneja los tiempos, la delicadeza en las descripciones, la arquitectura en la construcción de los personajes, el manejo de los ambientes, los sonidos, los olores. Han Kang es de esas escritoras que transportan, que tienden puentes, que empujan al lector por el borde para que caiga y ya no salga más.
Conocida mundialmente por su novela La vegetariana, traducida al español y publicada por la editorial Rata Books, Han Kang se abre paso entre los lectores como una autora de aquellas. Nacida en Gwangju, en noviembre de 1970, pasó gran parte de su infancia entre su ciudad natal y Seúl. Se hace lectora a temprana edad y decide estudiar Letras en la Universidad Yonsei. Una vez se gradúa, empieza a tener sus primeros contactos con la escritura periodística, colaborando con medios como Samtoh o Publishing Journal. En esa etapa de descubrimiento, publica sus primeros relatos cortos.
Publica su primer libro El amor de Yeosu, en 1995, y a partir de allí empieza su periplo como escritora de ficción. Previamente, en 1993, había incursionado en la poesía, cuando un poema suyo, El invierno de Seúl, apareció publicado en la Literatura y Sociedad. Pero es en la prosa donde la autora encuentra su sitio y es con la novela que empieza a llamar la atención de los críticos en su país y en algunas partes de Europa. Kang ha publicado libros de cuento y novelas, además de colecciones de ensayo, entre los que destacan, además del título ya mencionado: El fruto de mi mujer, Caja de lágrimas, El diseño amarillo de la eternidad, El venado negro, Tus frías manos, La vegetariana, Pelea de aliento, La hora de griego, Viene el muchacho, Blanco y Actos humanos.
Ya son varias las obras de Han Kang que han sido traducidas a otras lenguas, entre ellas el español, y eso le ha permitido entrar en contacto con lectores de todo el mundo. Es con La vegetariana que consigue un espacio entre los escritores más notables de los últimos años, pues en 2016 le merece el Man Booker International, uno de los premios más prestigiosos en los países de lengua inglesa, en cuanto a literatura se refiere. Además, la obra fue adaptada al cine recientemente.
Tras el éxito de esta novela, en español se han traducido algunos de sus títulos y el que mejor recepción está teniendo es Actos humanos, una obra en la que la autora recuerda la masacre de Gwangju y el levantamiento popular que tuvo lugar en 1980, durante la dictadura de Chun Doo-hwan. En la novela, Kang describe al detalle una historia que se desarrolla en medio de una revuelta que fue sofocada por el ejército surcoreano, dejando a su paso cerca de 144 muertos y 400 heridos, aunque según algunas versiones oficiales, las víctimas rondaban un número cercano a los 2000 fallecidos.
Actos humanos es una revisión rigurosa, desde la ficción y la prosa fantástica de su autora, a esta época en particular de la historia reciente de Corea del Sur, en la que las dictaduras son el verdugo de toda una nación.
“Antes de la dictadura militar de Chun Doo-hwan, Corea del Sur tuvo otro dictador: Park Chung-hee. Este había tomado el control de la nación tras un golpe de Estado en 1962. Una noche, discutiendo sobre cómo acabar con unas revueltas a favor de la democracia que habían estallado en las provincias de Busan y Masan, el director de la Agencia Central de Inteligencia Coreana le disparó en el pecho y luego en la sien”, reseña Francesc Miró, para ElDiario.es. “Chun Doo-hwan, militar que había medrado en el ejército tras haber apoyado aquel golpe de Estado, le tomó el relevo. Él fue el responsable de destruir el escenario que planteaba el acercamiento hacia una democracia institucional, al disolver la Asamblea Nacional en 1980 y presentarse a las elecciones presidenciales como candidato único. Ganó, obviamente. A los pocos meses de su acceso al poder, el 18 de mayo de 1980, una protesta estudiantil en la Universidad de Chonnam, en Gwangju, despertó el temor del dictador ante un alzamiento mayor, que ordenó que fuera inmediatamente reprimida. Los boinas verdes tomaron la universidad, rodearon a los estudiantes, les dispararon y luego apalearon sus cadáveres. Aquello prendió la mecha de la ciudad que esa noche asaltó la comisaría de policía y se armó para plantar cara a la dictadura creando una milicia civil. Aquel día duró una semana y se saldó con las calles de la ciudad llenas de muertos”.
Esta novela poderosa, construida a partir de las bases de la autora como periodista, le permite acudir al lector a una cita con la poesía, la añoranza de una época que, aunque trágica y dolorosa, estaba llena de belleza, una belleza que residía, además, también en la brutalidad, en la imperfección de las cosas rotas. Como esta, son varias las piezas de gran calibre que Han Kang ha gestado y es por esto que su nombre ha estado entre los más sonados para obtener el Premio Nobel de Literatura en los años venideros. La suya es una obra necesaria en tiempos donde pareciera que se nos ha olvidado lo cruel y absurda que es la guerra, lo feroz que pueden ser nuestros actos, los actos humanos.
SEGUIR LEYENDO: