Excombatientes de las FARC crearon un grupo para buscar desaparecidos durante el conflicto armado en Colombia

La Corporación Reencuentros ha extendido su cooperación con otras entidades para lograr resultados efectivos

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La búsqueda de desaparecidos es una tarea incansable tras la firma de Acuerdo EFE/ Luis Eduardo Noriega A./Archivo
La búsqueda de desaparecidos es una tarea incansable tras la firma de Acuerdo EFE/ Luis Eduardo Noriega A./Archivo

Esta semana ha sido agitada en términos del historial del conflicto, pues en la JEP se han revelado crudos relatos en relación a los falsos positivos, hechos que hacen parte del concepto de verdad establecido inicialmente en el Acuerdo de Paz, a su vez, surgen otras iniciativas por parte de los actores de la beligerancia en Colombia, en este caso, miembros de las extintas FARC, crearon la Comisión Búsqueda de Desaparecidos, organización que de manera externa intenta dar con el paradero de varias víctimas de las cuales aún no se sabe nada de su paradero.

Esta determinación convierte a dicha Comisión en la Corporación Reencuentros, son varias las personas que hacen parte de las misma, entre estas se encuentran excombatientes y civiles que aun buscan a sus familiares, el acompañamiento institucional lo ha realizado el CICR, quien con su despliegue profesional permite hacer una tarea más practica respecto a eventuales peritajes y exhumación de cuerpos.

La Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UPBD) y la Comisión de la Verdad, también hacen parte de este proceso investigativo, pues son las entidades que recopilan los dados suministrados por los excombatientes, realizando la reconstrucción de los hechos y buscando un anclaje con la Jurisdicción Especial para la Paz, que es la que se encarga del dictamen judicial y esclarecimiento profundo de los hechos.

Los testimonios conocidos en la presentación de esta organización, revelaron datos de importancia, pues tanto víctimas como excombatientes destacaron que el perdón ha sido fundamental en el proceso y fortalecer las labores de búsqueda. Entre los asistentes, estuvo Jaime Alberto Parra, también conocido como ‘Mauricio Jaramillo’ quien en su momento realizó funciones de médico en el grupo revolucionario.

‘Mauricio Jaramillo’ explicó la dinámica llevada hasta el momento, pues destaca que, desde la firma del Acuerdo de Paz, uno de los primeros puntos a trabajar eran las labores de búsqueda de personas desaparecidas, pues era uno de los factores que permitían reparar a las víctimas.

Jaramillo destacó: “esa tarea y esta labor conjunta, se inició con el fin de encontrar los desaparecidos en Colombia en ocasión del conflicto armado, a partir de ese momento, se comenzó a configurar la organización nuestra, de búsqueda de personas dadas por desaparecidas”.

De igual forma, el excombatiente resaltó que, con la recopilación de datos, se logró dar con el paradero de varias personas que perecieron por ocasión del conflicto armado. Según Jaramillo, entre los fallecidos, datan varios que murieron en medio de cautiverio, por combates e incluso, algunos que desaparecieron sin motivo alguno.

Para este proceso se lograron reunir cerca de 100 personas, que tenían conocimiento sobre algunos puntos exactos en donde se podrían buscar las personas de las cuales no había dataos. El desmovilizado señaló: “a partir del compromiso de las FARC qué se hizo en La Habana, nosotros comenzamos con mucha intensidad a buscar un mecanismo en donde nosotros, a partir de cada espacio territorial, reunimos aproximadamente 100 personas, compañeros nuestros que comenzaron la labor de búsqueda en cada uno de los territorios del país”.

Por su parte, Helmut Angulo, una víctima que buscaba a sus padres, destacó la labor de la organización, a pesar de considerar que aún faltan varios puntos específicos para el fortalecimiento del Acuerdo. Angulo, aseguró: “la búsqueda de mis padres fue de 21 años, acudimos a distintas entidades gubernamentales y no gubernamentales. Para mí. en mi cabeza, no era normal tener como amigo a alguien que pensara diferente a mí, las FARC no podían ser amigos míos, pero, reconozco las largas caminatas a distintos pueblos, eran de 8 horas con grandes dificultades, y sentir que al lado mío venían dos personas de las FARC ayudando y buscando con la camiseta puesta a mis padres, eso es algo que en mi forma de pensar hace unos años, no cabía”.

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