La Corporación Autónoma de Cundinamarca (CAR) informó acerca del recaté de una Águila de Páramo (Geranoaetus melanoleucus), en la vereda Concubita de Sutatausa, que fue atacada con un arma de perdigones, presentando múltiples balines en varias partes del cuerpo.
Los vecinos del sector hallaron al animal dieron aviso a las autoridades. El ave recibió los primeros auxilios y fue trasladada por la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres de la Universidad Nacional de Colombia.
“No tiene ninguna razón y es totalmente desproporcionado que unas personas ataquen nuestra fauna silvestre. Todos los animales tienen derechos y debemos protegerlos entre todos. Repudiamos el vil ataque al águila de páramo y se va a hacer todo lo posible para que no fallezca”, expresó el director de la CAR Ubaté, Yúber Cárdenas.
La entidad indicó que el animal tiene una fractura del hueso supra orbitario derecho y úlcera corneal derecha. Por ahora, las autoridades hacen un llamado a no cazar estas aves, pues es un delito ambiental que, de acuerdo con la ley 2111 del 2021, establece una pena entre 15 y 54 meses de cárcel y una multa que puede estar por encima de los 900 millones de pesos.
Igualmente, la CAR explicó que con respecto a la información de las últimas horas según la cual se presenta una mortandad de peces y otras especies en la Laguna de Suesca, en el municipio de Cucunubá, expertos del Laboratorio junto con funcionarios de la regional Almeidas y Guatavita y de la regional Ubaté, realizaron un recorrido por toda la laguna y los alrededores para evidenciar la afectación ambiental.
“Evidenciada la situación se solicitó al equipo del Laboratorio Ambiental de la CAR iniciar el proceso de la toma de muestras del agua de este ecosistema para determinar las causas que generaron la afectación a la fauna”, afirmó la CAR.
Y agregó que “la Corporación pidió a la alcaldía de Cucunubá activar el Consejo Municipal para la Gestión del Riesgo”. Y pidió a la comunidad abstenerse de consumir agua proveniente de la laguna mientras se determinan las causas concretas de la afectación.
Asimismo, reveló que por ahora no se puede determinar que los peces hayan muerto por envenenamiento intencional y prevé que las fuertes precipitaciones ocasionaron el arrastre de sedimentos, sin embargo, serán los resultados de los análisis los que confirmen el origen.
En lo corrido de 2022, la Policía Nacional ha decomisado 1.630 aves, 3.284 reptiles y 1.080 mamíferos para un total de 5.994 especímenes. Los uniformados también han capturado 1.469 personas por delitos ambientales que afectaron la biodiversidad como activo estratégico del país.
Adicionalmente, el Ministerio de Ambiente de Colombia informó que durante 2021 se han incautado 18.636 individuos de fauna y 282.147 de flora, cifras preocupantes vinculadas al tráfico ilegal de especies, uno de los delitos ambientales más perseguidos en el territorio nacional.
Dentro de las modalidades de tráfico ilegal de especies que se han documentado en el país se encuentran la encomienda o envíos humanos hasta en cajas de icopor en las que se hacen pequeños hábitats para trasportar las especies, también rollos fotográficos para transportar pequeñas ranas venenosas y botellas plásticas para que no puedan ser detectadas en los controles y de esta manera movilizar aves exóticas.