En la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2022 hay un pabellón de Corea del Sur, país invitado de honor. Los visitantes encontrarán en este lugar una hermosa exposición de literatura e ilustración coreana para niños y grandes, conversaciones con autores y representantes de la delegación, proyecciones de cine coreano y presentaciones de música, baile, teatro y taekwondo.
Además, en este pabellón hay actividades como juegos tradicionales en un escenario que recrea la popular serie de Netflix El juego del calamar. También podrá escribir su nombre en hangul -el sistema de escritura coreano-, decorar postales, practicar papiroflexia y probarse un hanbok, el vestido tradicional coreano.
En este lugar, la tallerista Soojung Heo recibe a los entusiastas visitantes que quieren conocer algo más de su cultura. Ella ha estado en contacto con Colombia desde hace más de doce años, cuando pasó una temporada de diez meses viviendo en Medellín. Hoy vive principalmente en México, donde reside su prometido.
“Como me voy a casar con un mexicano y nos vamos a casar en ambos países, mandamos a hacer un hanbok en nuestra talla. Vamos a tener uno y uno, mi novio y yo”, explica Soojung, quien explica que las bodas representan el uso más frecuente que le dan al hanbok, palabra que literalmente significa “ropa coreana”.
Además de los matrimonios, Soojung explica que los coreanos también usan este traje para asistir a celebraciones del año nuevo lunar -festividades que caen entre enero y febrero-, el chuseok -festividad de otoño- y el doljanchi -celebración del primer año de vida de los niños coreanos-.
“Por ejemplo, cuando mi hermano cumplió un año, mi hermano y yo usamos hanbok. Yo también tenía hanbok cuando era niña y él también tenía su hanbok especial para bebés. Tomamos muchas fotos y también lo tengo en la casa como recuerdos”, recuerda Soojung.
La denominación hanbok es milenaria, pero su diseño y usos han tenido muchos cambios con los años. En la antigüedad recibía influencias de China y se usaba de forma cotidiana. También se usaban accesorios y calzado hechos con cuero y pieles de animal, como conejos y perros.
Según los colores, materiales y diseños, la sociedad coreana se identificaba en una clase social determinada mediante su vestimenta. ”Por ejemplo, la ropa de color rojo solo la podía usar el rey. Si alguien más se atrevía, tal vez podía desaparecer, o tal vez a la gente ni siquiera se le ocurría utilizar rojo, porque ese color era solamente para el rey”, explica la tallerista surcoreana.
Como la península de Corea está ubicada en el hemisferio norte, sus estaciones coinciden con las estadounidenses y europeas. Con el cambio de clima también cambian los elementos y materiales del hanbok. “En verano normalmente es de lino, porque respira más, y en invierno normalmente se usa algodón. También se puede agregar más prendas, como un chaleco y también la gorra”, dice Soojung.
Dependiendo del gusto, el chima -una falda amplia- de las mujeres puede sujetarse desde el pecho y se usa con un jeogori -camisa-. En el caso de los hombres, que usan pantalones, el jeogori no se faja y puede extenderse hasta la cadera o las rodillas.
Los zapatos del hanbok de las mujeres se llaman kkotshin. El de los hombres se llaman taesahye y se usan de color blanco y negro, mientras las mujeres usan versiones más coloridas y con bordados, además de tener tacón en algunos casos.
En la actualidad, los surcoreanos han adoptado la moda occidental y solo usan el hanbok en las ocasiones especiales ya mencionadas. Además, aquellos que no viven en su país de origen, como Soojung, han dejado de tener uno en su guardarropa.
“En este momento la gente piensa ‘ay, no, ya nunca voy a utilizar hanbok, entonces voy a alquilar uno’. Por eso hay muchas tiendas donde puedes alquilarlos, porque como las tallas de los coreanos son muy similares, no hay mucho problema para encontrar uno”, menciona.
Eso sí, Soojung admite que los modistos de la península no se rinden y están buscando formas creativas para que la gente siga usando diariamente elementos del hanbok, mezclados de forma elegante con elementos y diseños de la moda occidental. “Muchos diseñadores están cada vez mejorando el hanbok para que la gente pueda usarlo a diario, para no perder nuestra tradición”, asegura.
Mientras este dilema entre lo antiguo y lo contemporáneo se resuelve, usted puede acercarse al pabellón Convivencia, probarse un hanbok para varón o mujer y tomarse fotografías para el recuerdo.
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