En el segundo día de audiencias que realiza la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sobre el caso 03 de ejecuciones extrajudiciales por parte de miembros de la fuerza pública, que se lleva a cabo en Ocaña (Norte de Santander), las revelaciones de los militares siguen demostrando la crueldad de lo sucedido.
Uno de los comparecientes fue Álvaro Diego Tamayo Hoyos, quien para la época de los hechos se desenvolvió como comandante del Batallón de Infantería Santander N°15. Según la JEP, este hombre es uno de los máximos responsables en los 120 casos de los mal llamados ‘falsos positivos’ que se presentaron en la subregión del Catatumbo entre 2007 y 2008.
Para la JEP, la evidencia indica que este imputado es responsable del crimen de guerra de homicidio en persona protegida y los crímenes de lesa humanidad de asesinato y desaparición forzada, además de participar activamente en el patrón de macro criminalidad que se presentó dentro del Ejército Nacional.
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Ante las más de 30 víctimas que estuvieron presentes en el acto de reconocimiento, el coronel (r) fue claro en decir que, “matamos a personas en estado de indefensión. Estos crímenes de guerra se hicieron de manera sistemática y contra población inocente. No son errores, ni excesos, ni daños colaterales. Son claramente asesinatos”, dijo al pedir perdón por su actuar y el de sus subalternos.
Tamayo Hoyos también conformó un grupo de inteligencia con la misión de encontrar el armamento para completar el ‘falso positivo’. “Engañamos a personas inocentes con falsas promesas y las llevábamos al sitio donde se encontrarían con la muerte. Durante años mantuvimos esta farsa”. sostuvo en su discurso.
El exoficial también reconoció que las víctimas fueron revictimizadas no solo por el Ejército, si no por la justicia ordinaria, “nunca les creyeron sus denuncias y han tenido que caminar un camino muy largo para encontrar algo de verdad. Ahora tenemos la oportunidad de fortalecer este sistema de justicia y trabajar para decirles lo que realmente pasó con sus seres queridos”, finalizó.
Una de las víctimas que le respondió al coronel (r) fue Gloria Martínez, madre de Daniel Alexander Martínez, asesinado por miembros de la fuerza pública en 2007. Con dolor e indignación, la mujer preguntó a los 10 militares comparecientes si, “¿ya devolvieron las condecoraciones?, ¿Cuándo van a ir al Congreso a decir la verdad?, ¿hasta cuándo van a encubrir a sus superiores?”
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Gloria Martínez también recordó hechos donde fue revictimizada por instituciones nacionales, “a mi hija en tono de burla, miembros de Medicina Legal le preguntaron si quería llevarse el corazón de su hermano de una bolsa llena de restos mortales”.
Antes de finalizar su intervención, la madre del joven asesinado reconoció este espacio como un lugar para sanar sus heridas. “Agradezco esta audiencia porque pude conocer detalles que aún no sabía de la muerte de los jóvenes asesinados. Este es el inicio de algo muy grande, debemos seguir luchando para encontrar los cuerpos que todavía siguen desaparecidos y en una fosa común.!
Las mayoría de víctimas eran campesinos que murieron mientras iban a hacer mercado, otros fueron manipulados por su estado de embriaguez y otros simplemente pensaron que su vida cambiaria con un nuevo trabajo. Sin embargo, su destino fue convertido en tragedia por la codicia de resultados en las operaciones militares.
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