La magistrada de la Corte Suprema de Justicia Cristina Lombana citó a varias personalidades relevantes de la vida política colombiana hace dos décadas para tratar de determinar la relación política entre la senadora electa del movimiento Pacto Histórico, Piedad Córdoba Ruiz, y la extinta guerrilla de las FARC-EP.
De forma específica, a Córdoba se le cuestiona por un dinero que habría recibido desde Venezuela para impulsar su campaña política, sus presuntos nexos con la extinta guerrilla de las FARC y la instrumentalización política que Córdoba habría ejercido contra los secuestrados por el mismo grupo insurgente. A este escándalo judicial se lo ha llamado popularmente farcpolítica.
Además de algunas víctimas de secuestros perpetrados por esa guerrilla, como la candidata presidencial del partido Verde Oxígeno Íngrid Betancourt, su madre, Yolanda Pulecio, y el hijo de la exsecuestrada Gloria Polanco, también fueron citados dos presidentes de la República que ejercieron sus cargos durante el momento más crudo de la guerra contra las FARC: Andrés Pastrana Arango (1998-2002) y Álvaro Uribe Vélez (2002-2010).
Uribe: ninguna prueba legal
Uribe presentó su declaración contra Piedad Córdoba ante la Corte Suprema de Justicia el pasado 23 de febrero. Llamó la atención un detalle: pese a los comentarios suyos y de militantes de su partido contra Córdoba, no tienen ninguna prueba que permita vincular a la entonces senadora del Partido Liberal con el extinto grupo subversivo.
En los comentarios de Uribe que fueron desclasificados por el diario El Tiempo, el expresidente recibió el apoyo político de Córdoba en sus inicios en la política, antes de ser elegido gobernador de Antioquia, pero luego empezó a hacerle oposición y a llamarlo paramilitar en público; según él, sin motivo aparente.
Según el líder natural del partido Centro Democrático, Córdoba fue aún más acérrima en llevarle la contraria durante sus dos mandatos presidenciales. Incluso, en un foro que tuvo lugar en 2007 en México, la hoy senadora electa invitaba a los gobiernos progresistas de América Latina a romper relaciones con Colombia mientras Uribe siguiera siendo el presidente, además de que no se debía escatimar esfuerzos en derrocarlo.
Por otro lado, el exmandatario recordó la volatilidad que él mostró con respecto a conceder permiso al Gobierno de Venezuela para mediar entre su gobierno y las FARC, que él aceptó en un principio y luego echó abajo; una movida que algunos familiares de secuestrados asumieron como un gesto de vanidad de su parte.
Aunque él aseguró que Córdoba no le rindió cuentas sobre su gestión humanitaria en Venezuela, Uribe habría revocado el permiso por cuestiones de seguridad nacional: llamadas de Chávez a comandantes de la fuerza pública. “Yo la retiré, no en virtud de ella, sino del presidente Chávez. En ese momento quedaba revocada la autorización. Mi única pretensión fue rechazar ese llamado”, dijo.
Sobre pruebas contundentes sobre la relación entre Piedad Córdoba y las FARC, Uribe solo pudo mencionar el contenido del computador de alias Raúl Reyes, que no puede ser utilizado para ningún proceso judicial por haber sido obtenido de forma irregular.
Lombana también mencionó unos archivos en Word obtenidos durante la Operación Sodoma, en la que fue abatido alias El Mono Jojoy. Las menciones a Piedad solo son de primer nombre y no hay manera de dibujar una relación directa; no obstante, Uribe dice que esa es la mejor prueba del vínculo irregular.
Pastrana: sin memoria
Según una grabación que conoció la emisora RCN Radio, al expresidente Andrés Pastrana le preguntaron sobre la zona de distensión, el espacio desmilitarizado que se abrió en el departamento de Caquetá para adelantar el frustrado acuerdo de paz de ese gobierno y la guerrilla.
Durante su declaración, Íngrid Betancourt había mencionado que Piedad Córdoba la había invitado a entrar a esta zona -a la cual solo se podía ingresar con una autorización- y a conocer a alias El Mono Jojoy. Pastrana aseguró que él no tuvo conocimiento de esas visitas.
Además, Pastrana recordó que durante la época de su mandato se organizó el Frente por la paz contra la violencia, un movimiento con varios partidos de todas las orillas para tratar de solucionar el conflicto armado. No obstante, su memoria no le dio para recordar si Piedad participó allí o no.
Finalmente, ante la pregunta de si alguna vez tuvo una prueba contundente que relacionara a Córdoba con las FARC, o si al menos tuvo conocimiento de esa asociación durante su mandato, dijo que no.
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