Junto con Andrea García, Cristian Cipriani es uno de los líderes de la industria del cine para adultos en Colombia, una que no es nueva, pues desde hace casi 20 años la pareja no solamente ha consagrado el porno en Colombia como una actividad rentable, sino que ha impulsado la economía del país a partir de los múltiples formatos creados desde sus compañías.
Ahora, Cirpiani ha llevado la experiencia del porno colombiano a la literatura a través de libros como Polvo eres y Saturno Airlines, su más reciente trabajo que fue lanzado este domingo 24 de abril en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá -FILBo-. Allí, habló también en exclusiva con Infobae Colombia sobre la industria pornográfica en el país, la intención que tanto él como García tienen en crear academias para actores porno y su nuevo libro, el cual comprende un viaje sobre su vida a través de una aerolínea, suscitando un estilo pocas veces visto.
Infobae Colombia: ¿De dónde surge la idea de hacer esta analogía de narrar la vida de una persona a través de una aerolínea?
Cristian Cipriani (C.C): Bueno, yo vendo vuelos sin tener aviones, tengo una aerolínea; vendo vuelos galácticos y vengo de una industria que es bastante extensa, he viajado por todo el mundo y ahora quiero, desde una parte más espiritual e interna, viajar a otras dimensiones que están dentro de nosotros.
En el negocio mío hay mucha carne, porque es pornografía, pero hay un mundo interno mucho más interesante que es ir a otra galaxia dentro de los pensamientos, propósitos y en las cosas que hay al interior de cada ser humano; y es precisamente esa exploración, no solo de la carne en el sexo, sino también del alma.
Infobae Colombia: Revisando su nuevo libro Saturno Airlines, hay un apartado donde señala que usted y su exesposa tuvieron que hacer “la parte más difícil” de la industria para adultos en Colombia. ¿Eso quiere decir, que actualmente el acceso a la creación de contenido es mucho más fácil?
C.C: Nosotros fuimos pioneros de la pornografía en Colombia; o sea, ni siquiera existían páginas web, los estudios webcam no estaban creados, los procesamientos de pagos con tarjeta de crédito no existían, no había actrices y mucho menos actores y pues el porno era casi que imposible de hacer y se volvía un escándalo el hecho de grabar una película. Entonces fuimos los pioneros, quienes hicimos todo el proceso de consolidación y ahora representamos a grandes plataformas en donde las personas ahora solo tienen que generar contenido; pero nos dimos cuenta que nosotros somos muy buenos creadores de contenido porque inspiramos a los demás a crearlo y ahora hay plataformas que te permiten hacerlo mucho más fácil.
Entonces sí, somos pioneros de una industria y eso había que documentarlo; de hecho se vienen diferentes productos como series y muchas cosas interesantes para todos los creadores de contenido que parten desde la pornografía. Por ejemplo, el internet se fundó con fines militares y después de eso la pornografía se convirtió en la segunda industria sobre la cual se empezó a monetizar en internet; así que, en ese orden de ideas, la pornografía siempre ha estado un paso adelante en muchos procesos: miremos el caso de Netflix, donde tú pagas por una membresía con tarjeta de crédito, pero es que en la pornografía ya teníamos ese mecanismo desde hace 10 años, entonces siempre estuvo primero nuestra industria.
Ahora las personas pueden crear contenido desde un celular y la idea es acompañarlos desde ese proceso.
En ese orden, ¿ustedes comparten el auge de plataformas como OnlyFans, donde crear contenido erótico es más fácil que en años anteriores?
C.C: Nosotros representamos a dos compañías; Andrea a Cherry.TV y yo a manyvids.com, entonces dentro de esas plataformas lo que hacemos es enseñarle a la gente a monetizar su contenido, y su contenido es su historia, sus mejores momentos, no solamente los desnudos, sino indicarles también que los momentos tienen diferentes formas de monetizarse.
¿Cuál es el fin de crear Saturno Airlines con una especie de narrativa transmedia ?
C.C: Bueno, este es un libro interactivo; si tú entras a la página y accedes a los contenidos vas a ver contenido explícito, pornografía, pero también verás historias de vida desde el libro contadas por mí en distintas plataformas; entonces tú agarras el libro y encuentras textos que vas a ver en las películas porno, formando así una experiencia tridimensional. Y pues es para ti toda una experiencia de conexión porque vas a aprender a soltar, madurar y querer de una forma totalmente distinta.
Con respecto a la industria para adultos en Colombia, ¿qué hace falta para ser modelo mundial?
C.C: Todo. Hay que educar, entonces estamos bajo la firme intención de que el Ministerio de Educación nos dé un certificado para poder ser academia, ser escuela de creadores de contenido, de editores, de fotógrafos, de artistas de actores, porque todos quieren ser actores porno, pero no entienden que para serlo hay que ser actor, y para ser actor hay que estudiar actuación, entonces la pregunta es ¿cómo vamos a hacer escuela?
¿Y el Estado sí ayuda para que esto sea una realidad?
Estamos trabajando en eso. Pasamos un proyecto de ley y estamos esperando a que se apruebe para poder tener regulaciones más claras sobre el negocio adulto en Colombia
Y para seguir rompiendo ese tabú alrededor del porno en el país...
C.C: Si no hubiera tabú, no venderíamos. Si fuera tan normal como la gente se lo imagina, no consumirían este tipo de productos, porque sería algo normal. Entonces, yo pienso desde que haya tabú, hay negocio, porque hasta los curas ven porno.
¿Eso quiere decir que Colombia es un país ideal para el consumo de este material?
De hecho, este país es muy liberal; hay países mucho más conservadores, por ejemplo en Venezuela está la producción adulta, por ejemplo, países como Chile son más conservadores, por eso no tienen tantas modelos o actrices. Argentina, a la par con Colombia, son los más liberales, Brasil también; pero naciones como Perú, Ecuador o algunos de Centroamérica no son potencias en creación de contenido, entonces nosotros somos bastante liberales, no hay un tabú tan grande; al contrario, somos una potencia.
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