Los problemas financieros de TransMilenio se acrecentaron con la llegada de la pandemia por el covid-19. Según manifestó la empresa, la crisis de salud, en medio de confinamientos y restricciones de movilidad, provocó que las validaciones en el sistema troncal se desplomaron un 52,2 %, mientras que en el sistema zonal el descenso fue del 45 %.
En el 2021, luego de que se otorgaran más libertades a la ciudadanía, las proyecciones de la empresa eran que la demanda de usuarios regresara a los estándares previos a la pandemia, sin embargo, este no fue el caso. Las cifras oficiales hablan de un crecimiento del 8,6 % durante el año pasado, pero que quedó en deuda si se tiene en cuenta que siguió siendo un retroceso del 48 % con relación al 2019.
Esta realidad del sistema de transporte masivo de la capital colombiana volvió a quedar en evidencia este lunes 25 de abril. El concejal Óscar Ramírez Vahos presentó en Noticias Caracol un estudio de la Universidad Nacional, que fue corroborado por la Universidad de los Andes, respecto al déficit financiero que atraviesa TransMilenio en la actualidad.
De acuerdo con la investigación, el 15 % de los ingresos al sistema son de personas que están coladas. Esto se ve reflejado en 1.400 millones de pesos diarios que se dejan de recibir y cerca de 511 mil millones al año. Lo anterior “significa un hueco gigante para el sistema, hoy estamos ante una situación muy grave y es la alarma que queremos prender desde el Concejo de Bogotá”, señaló Ramírez, quien también reveló que la cifra de usuarios que ya no ingresan a TransMilenio ronda más de 500.000 durante el últmo año.
“La gente se bajó del sistema por tres razones fundamentales: la calidad del servicio, hay que entender que TransMilenio es una empresa y que sus usuarios son sus clientes, entonces hay que mejorar la calidad del servicio; las frecuencias y la correlación entre las líneas de TransMilenio y la inseguridad”, apuntó el concejal.
Ahora el usuario opta por utilizar medios de transporte alternativos, como bicicletas, patinetas, motos eléctricas o, incluso, caminar.
Entre enero y febrero de este año, por ejemplo, fueron reportados 1.476 hurtos a usuarios en Transmilenio, lo cual deja un promedio de 25 casos por día, según datos de las autoridades. De igual modo, 74 personas fueron capturadas en flagrancia por delitos cometidos al interior del sistema en marzo pasado.
Cuando se reciben menos usuarios, relató el servidor público, los ingresos también disminuyen, “y, al tener menos ingresos, la necesidad de caja, de recursos por parte del Distrito, es mayor”. Para lo que resta del 2022 y todo el 2023 se requerirán, al menos, 2,3 billones de pesos y, como este puntualizó, ese dinero tendría que salir de los recursos de los impuestos de los colombianos. Solo de esta manera se podría tener “el sistema viable”, aseveró.
La Alcaldía de Bogotá, en concenso con la Secretaría de Movilidad y TransMilenio, reveló meses atrás que el pasaje subiría 150 pesos. El costo del componente troncal (buses rojos) quedó en $2.640, mientras que en el zonal (buses azules del SITP) se estableció en $2.450. Sin embargo, lo que a la empresa le cuesta transportar a un pasajero es mucho mayor al valor de la tarifa que este paga. Acorde a los números del año pasado, al Distrito le valía $6.300 movilizar un ciudadano en los articulados rojos, lo que habla de un déficit de $3.650.
Para atender el monto restante se acude al Fondo de Estabilización Tarifaria: “Nosotros tomamos cuánto cuesta mover el sistema, cuánto tiene por ingresos a través de los pasajes y cuánto le toca al distrito sacar de los recursos para poder tener el sistema en funcionamiento”.
En el estudio sobre evasores de pago de pasajes en TransMilenio, la Universidad de los Andes publicó que “el evasor típico es predominantemente joven”. El 90,4 % de estas personas son menores de 40 años y 72,2 % menores de 28 años; solteros, 70,7 %; sin formación profesional, 67 %; empleado, 61,1 % y es usuario frecuente. En términos de ingresos, el 85 % gana menos de 800 mill pesos al mes.
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