Los trapos rojos de la pandemia: una mirada sobre el manejo económico en Colombia

La Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) abrió un espacio para hablar sobre la economía en la pandemia y el panorama arrojó unas lógicas alineadas con los estragos de la globalización

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Familias en el municipio de Soacha piden ayuda con un trapo rojo de su ventana, símbolo con el que se identifican las familias que necesitan comida durante la cuarentena en el municipio de Soacha (Colombia). EFE/Mauricio Dueñas Castañeda/Archivo
Familias en el municipio de Soacha piden ayuda con un trapo rojo de su ventana, símbolo con el que se identifican las familias que necesitan comida durante la cuarentena en el municipio de Soacha (Colombia). EFE/Mauricio Dueñas Castañeda/Archivo

Como si fuera un grito de auxilio, las casas de los colombianos empezaron a vestirse con trapos rojos colgando de sus ventanas. Si bien la pandemia del covid-19 se estaba llevando la vida de cientos de personas, el confinamiento estaba encrudeciendo la pobreza en el país y aquellos trapos no eran más que el símbolo que representaba la falta de recursos para encontrar siquiera algo para comer.

Esa fue la imagen que representó al país meses después de que llegara el coronavirus al territorio colombiano. Ya han pasado dos años desde que inició la pandemia y el manejo que se le dio a la emergencia ahora es de análisis para reconocidos economistas. “Yo hice la cuenta de cuánto recibía cada persona por el programa del Ingreso Solidario durante estos años y no es ni un dólar diario”, manifestó Aurelio Suárez, analista económico, político e internacional.

El experto presentó su posición durante un conversatorio en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo), en el que lo acompañó Mauricio Cárdenas, quien fue ministro de Hacienda y Crédito Público y exdirector del departamento de Planeación Nacional.

Si bien la pandemia fue una situación sin precedentes y nadie estaba preparado para su llegada, Colombia tuvo una particularidad marcada por la globalización: se enfocó en responder a sus problemas externos en la economía, más que en los mismos ciudadanos. “El país se endeudó en 120 billones de pesos y solo aplicó 40 billones al salvamiento de las empresas, de las personas y a la salud — explicó Suárez a este medio de comunicación— .El resto se fue a corregir las debilidades macroeconómicas del país”.

El covid-19 generó que Colombia creciera en su deuda externa, pero esta no respondía directamente a las necesidades de la población. “De 5′766.000 micronegocios solamente 447 mil recibieron ayuda económica directa del Gobierno”, señaló Suárez citando la encuesta de Micronegocios del Dane. Por su parte, Cárdenas apuntó que el país no puede seguir acumulando más deuda pues los intereses harán que el valor a saldar sea cada vez más alto. “Nosotros somos serios, no somos Argentina, que hoy día decide no pagar. Si nosotros la pagamos pues eso nos cuesta cada vez más”, agregó.

Infobae Colombia habló con un experto en globalización, Luis Fernando Marín, quien detalló por qué se presenta esa lógica. “La pandemia en últimas lo que estaba expresando con todas las letras era la crisis de las políticas neoliberales que durante décadas se habían implementado mundialmente”, comentó el catedrático de la Universidad Externado de Colombia. Y eso le pasó factura a Colombia, “con la crisis salen a flote las deficiencias, las precariedades de un orden institucional que nunca le ha respondido a la sociedad”, añadió.

En esa misma línea, Aurelio Suárez aseguró en el conversatorio que el crecimiento de Colombia es excluyente, pues va “con inflación, con desempleo, con desigualdad, con pobreza y de una gran rabia en el país”. Ese malestar creció con los problemas estructurales que tenía Colombia y se tradujo en el estallido social que despertó el 28 de abril de 2021.

“El país tenía bajas las defensas y llegó el virus y lo puso en cuidados intensivos”, manifestó Suárez. Sin embargo, eso no se tradujo en un cambio en las políticas estructurales de Colombia. Para Marín, no hay una transición hacia algo mejor porque “el poder de las corporaciones y el poder de la globalización monopolizada por el neoliberalismo es muy fuerte” y eso evita precisamente que se diera lo que todos esperaban de la pandemia: una solidaridad con el otro.

— La señora que vendía sus productos en cualquier esquina en la séptima pues esa señora se fue a la pobreza absoluta. Esa fue la del trapito rojo.

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