La madrugada del pasado 18 de marzo, Juan Lárrison Castro Estupiñán, alias ‘Matamba’, salió de la cárcel La Picota de Bogotá. Aunque la Fiscalía sostiene que pagó a los guardias del INPEC para un elaborado plan de fuga, la familia sospecha de su participación voluntaria por un hecho que consideran extraño: no los ha llamado.
‘Matamba’ había escabullido a las autoridades con la identidad de un muerto, se había fugado varias veces antes y era uno de los principales cabecillas del Clan del Golfo y hombre de confianza de Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, con quien compartía un pasado criminal desde las AUC.
De acuerdo con la Fiscalía, en la madrugada de ese jueves, un guardia del INPEC identificado como Milton Libardo Jiménez Arboleda permitió que el preso se vistiera con un uniforme de dragoneante, dejó abiertas las puertas 1 y 2 del patio para que saliera y lo dejó abordar un vehículo al interior del penal para huir.
Aunque la Fiscalía ha mostrado los videos de cámaras de seguridad con quien sería alias Matamba, para la familia y la defensa hay inconsistencias que permiten dudar del material probatorio y de las condiciones en las que se produjo la fuga.
“Dentro de las audiencias contra el dragoneante del INPEC, en acervo probatorio de la Fiscalía determina que existen unas cámaras muestran que hay un presunto uniformado del INPEC que sale, pero no hay prueba forense o morfológica que determine que el que salió fue Juan Larrinson Castro Estupiñán”, señaló Angélica Martínez, abogada de Matamba a la emisora Blu Radio.
Según la abogada, tras un mes de haberse presentado la fuga, el INPEC no ha entregado un documento sobre lo que ocurrió esa noche y con las cámaras no es posible establecer que fue el exjefe de La Cordillera quien salió del penal esa madrugada, al menos no que lo haya por su propia voluntad.
“Primero que salió en moto, luego que salió en un carro, luego que sigue en el carro pero no en la placa. Entonces no hay mucho acervo probatorio que me lleven a una certeza de la fuga, eso nos hace pensar por los temas que se iban a tratar, pues teníamos ya un acercamiento con la Fiscalía General de Colombia”, afirmó la abogada Martínez a la revista Semana.
Según se ha conocido, para el 8 de abril se había programado una audiencia para definir un posible preacuerdo que firmaría con la Fiscalía. Originalmente se había programado para el 3 de marzo, pero no fue posible por falta de un abogado. Pero, en vísperas de una extradición, también habría buscado acercarse a la justicia norteamericana.
La abogada sostiene que la información de esos procesos involucraba a militares, civiles y otros particulares, por lo que plantea la duda de que justo antes de que se desarrollaran las audiencias, Matamba desapareció de la cárcel, por lo que plantean la posibilidad de una desaparición forzada.
Esta hipótesis se sustenta también en que de acuerdo a la familia, Larrison Castro no se ha comunicado con ellos. Aunque aceptarlo sería reconocer su fuga y no están obligados a delatarlo; sostienen que él sí se comunicaba constantemente aún cuando estaba en la clandestinidad.
En ese sentido, el proceso de Matamba entrará en una denuncia de desaparición que efectuará su abogada, quien fue asignada para representarlo y quien había renunciado después de que no se reconociera defensoría. Estados Unidos también habría solicitado en extradición a los miembros del INPEC que presuntamente colaboraron con la fuga.
Sobre la fuga en la que al parecer estuvieron implicados varios agentes del Inpec, se pudo dar a conocer que el narcotraficante habría ofrecido 3 a 4 millones de dólares por su escape. Milton Jiménez, uno de los agentes del Inpec señalados de participar en estos hechos, habría sido el encargado de coordinar todo para facilitar la salida de Matamba de La Picota pero no ha aceptado los cargos.
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