Una de las principales estructuras para la descontaminación del río Bogotá, que deberá tratar el 70 % de sus aguas, es la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Canoas. Para que esta funcione correctamente, se inició la construcción de la planta de energía que tendrá una inversión de 22.000 millones de pesos.
La compañía eléctrica multinacional Enel, que fue la seleccionada para la construcción de la planta, informó que tras el otorgamiento de la Licencia Ambiental por parte de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) inició la construcción de la planta eléctrica en el municipio de Soacha, Cundinamarca, al sur de la ciudad.
La empresa explicó que la Subestación tendrá el nombre de “Río” y se ubicará en el sector de Canoas, de la vereda Charquito, de ese municipio aledaño a la capital. Estará compuesta por dos transformadores de servicios auxiliares, estará conectada con una línea de alta tensión que se extenderá por 1,8 kilómetros hasta la línea de Esperanza - Techo.
“Será una subestación completamente automatizada y telecontrolada, lo que permitirá que la operación de la Compañía tenga una mejor respuesta en momentos de contingencia. Lo anterior, teniendo en cuenta que los sistemas de automatización, así como sus equipos de potencia, cumplirán con los más altos estándares”, sostuvo la empresa.
La subestación otorgará la energía suficiente para el funcionamiento de la PTAR, pero también para la operación de una de las mega obras que hacen parte del plan de saneamiento y recuperación de los ríos de la capital.
Se trata de la planta elevadora de Canoas que se conecta con la segunda mega obra, del interconector Fucha Tunjuelo, para que las aguas no lleguen al río sin antes ser tratadas por la planta. Esto beneficiará tanto a Bogotá, como a los municipios de Cundinamarca desde Soacha hasta Girardot.
La planta elevadora de Canoas fue adjudicada en el 2018 por un valor de 350 millones de pesos, y tiene la misión de bombear 38.400 litros por segundo de agua residual de las cuencas de los ríos Fucha, Tintal y Tunjuelo. Sin embargo, de acuerdo a la Personería de Bogotá, la obra tiene un retraso del 50 % y no se entregará este año sino hasta el 2023, informó el diario El Espectador en febrero de 2022.
Estas obras de descontaminación del río de Bogotá ascienden a 3,9 billones de pesos de inversión del Distrito, a través del Acueducto, que persiguen el objetivo de revitalizar el afluente e incluso recuperar la fauna y flora nativa.
De acuerdo con el diario El Tiempo, en las próximas semanas se dará inicio a un contrato de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca para recuperar las áreas de mayor descarga de aguas residuales en Canoas-Indumil, Agamora y Vuelta Grande así como cerca de los humedales Jaboque y La Florida.
Amauri Rodríguez, asesor del Fondo para las inversiones ambientales río Bogotá de la CAR, explicó a ese diario que esas zonas, aunque son áreas inundables en caso de emergencia, también serán adecuadas con siembra de fauna nativa y construcción de lagos para que sean más agradables. Finalmente, allí llegará el agua luego de ser tratada.
Se espera que esas zonas puedan cambiar la cara del río Bogotá, de un afluente contaminado, a un parque que pueda ser disfrutado por los capitalinos. Sin embargo, para que eso ocurra, primero deben entrar en funcionamiento las plantas de tratamiento que siguen en construcción, como la subestación Río que arranca en obra. A Canoas se suma la del Salitre que está más cerca de terminarse y deberá filtrar el 30 % de las aguas de la capital.
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