Tras la renuncia de Óscar Iván Zuluaga a la candidatura presidencial del Centro Democrático, el partido convocó a una consulta para definir a qué aspirante apoyar; aunque aún no se han divulgado los resultados de dicha consulta, la senadora Paola Holguín, una de las figuras fundamentales de la colectividad, anunció su respaldo a la candidatura de Federico Gutiérrez.
Sobre su decisión, las posibilidades de que el candidato del Equipo por Colombia gane en primera vuelta, las sospechas de fraude en las elecciones legislativas, el futuro del Centro Democrático, lo que ella llama los peligros de que Gustavo Petro llegue a la Presidencia y la situación de Venezuela, la política antioqueña habló con Infobae
- Senadora, en qué va la encuesta con las bases para definir a qué candidato apoyará el Centro Democrático
- Ni idea, la verdad es que no sé en qué va la encuesta. La idea del partido fue hacer una especie de sondeo con la militancia, entonces le enviaban a la gente un link para que respondiera a quién quería apoyar, después ampliaron el plazo y decidieron que iban a hacer llamadas, pero hasta ahora no le han entregado ningún resultado de la consulta a la militancia, pero yo creo que, sin importar el resultado, es evidente que la militancia ya tomó partido.
- Eso no desgasta al partido, como ocurrió con la encuesta para elegir el candidato del Centro Democrático a la Presidencia, que queda la impresión de que hay algo que no es del todo claro
- Yo creo que el gran problema del Centro Democrático es el exceso de democracia, y no quiero que me malinterpreten, yo soy una demócrata y creo que es muy importante consultar la voluntad popular, escuchar a los corporados, escuchar a la militancia, pero normalmente los partidos que hacen procesos internos requieren democracias muy maduras, y ese no es el caso colombiano.
Yo lo digo de manera respetuosa, porque el partido es muy nuevo y, en las tres ocasiones en que ha participado en procesos presidenciales, aunque realmente como partido solo ha participado en dos, antes era un movimiento significativo de ciudadanos, uno encuentra que, a pesar de que se haga con rigor, de que los candidatos tomen todas las decisiones, que hayan auditorías, siempre se genera un manto de duda por los que pierden.
Por eso yo siempre he sido un poco crítica con esos procesos, porque, aunque creo que los partidos deben ser muy democráticos por dentro, también creo que, a veces, el exceso de democracia, cuando hay tanta inmadurez política, siempre genera dificultades.
- Si no es a través de una consulta, ¿qué se hubiera podido hacer entonces para definir el candidato que debería apoyar el partido?
- Yo creo que era demasiado evidente, se supone que los corporados tienen la representación de la militancia; adicionalmente, el que era nuestro candidato presidencial declinó de manera personal para apoyar a Federico, todas las circunstancias iban mostrando lo mismo.
Lo digo de manera respetuosa, yo afirmé que la consulta (de las coaliciones) había adelantado la primera vuelta, y estoy convencida de eso, porque casi desaparecieron los demás candidatos, quedaron dos candidatos, que son Petro y Fico y, cuando uno analiza las propuestas de país de los dos, se da cuenta de que el Centro Democrático, por el cuerpo de doctrina, por los principios que defiende, por el perfil de partido, evidentemente apoya a Federico.
Es que aquí no hay puntos medios y hay una gran diferencia con otros procesos electorales: tradicionalmente en Colombia, menos en las últimas elecciones, la decisión era simplemente qué partido gobernaba, pero todos tenían modelos parecidos, unos más a la derecha, otros más a la izquierda, pero la concepción de Estado y de país era muy similar; ahora no, ahora son dos modelos diametralmente opuestos, y por eso, por una cuestión de principios, era obvio a quién tenía que apoyar el partido.
- Pero hay corporados, como usted los llama, que no están con Federico y que preferirían que el partido apoyara, por ejemplo, a Rodolfo Hernández, la opinión no es tan unánime
- Yo creo que sí, porque, finalmente, un momento de país como este tiene que llevarlo a uno a tomar decisiones que van por encima del partido, por encima de cálculos personales y de cálculos electoreros; quizás es el momento de pensar en el voto útil, vuelvo y digo, por el riesgo de país. Si no fueran tan diametralmente distintos los modelos, no importaría, porque uno simplemente vota por el que le parece, pensando en segunda vuelta, pero esta vez el riesgo es muy alto y esta vez creo que es muy probable que la segunda vuelta no se dé.
Yo tengo 48 años y empecé a hacer política de cuatro, llevo muchos años, 44 años haciendo política y muchos procesos electorales y entre más pasan los procesos a uno más se le enfría el corazón y aprende a ser más racional y este es un momento que requiere mucha razón.
- Me voy a salir un poco del tema electoral, pero me causa curiosidad eso de que empezó a hacer política a los cuatro años
- Yo crecí en un hogar donde todo el tiempo se habla de política, entonces es muy normal que pase eso. Ninguno de mis papás fue nunca candidato a nada, pero les encantaba financiar campañas y participar.
Cuando yo tenía cuatro años aquí la gente votaba con unas papeletas, eran unos sobres pequeñitos y uno ahí ponía el voto, la gente metía en las urnas esa papeletica y luego metía el dedo en tinta; mi tarea era meter los papelitos del partido en el sobre, y a mí nunca se me olvida, tengo la imagen en mi cabeza, yo con una camiseta del Partido Liberal, mis papás los dos eran liberales, yo salí muy goda para ser hija de ellos, y esa camisa me quedaba como un vestido.
En esa época se hacían los “viernes liberales” en las casas de los partidos; uno iba y era aguardiente, chicharrón o chorizo y discursos políticos, se recaudaban fondos en esas ventas; a mí no se me olvida, yo era todos los viernes ahí sentada oyendo discursos políticos, después mis papás casi me matan cuando les dije que yo me iba a lanzar, pero es por eso que yo digo que hago política desde los cuatro años.
- Y usted de padres liberales de dónde salió tan “goda”
- Yo no sé, es que en mi casa nunca nos obligaban a nada. Yo me acuerdo, por ejemplo, que cuando yo era muy pequeñita mi papá me regaló un libro de cábala, un libro que explicaba toda la religión judía, la religión musulmana, la religión católica, me regaló “El viaje de Teo”, y me dijo, léase esto y diga qué quiere ser, su mamá y yo somos católicos, decidimos bautizarla en la iglesia católica, pero la religión que uno elige es para toda la vida y es muy importante que la elija con amor, que esté convencida. Yo me leí todo eso y finalmente fui católica, estudié en colegio de monjas y todo, pero en mi casa todo era así.
Claro, yo chocaba mucho con mi papá en el debate político por ser tan conservadora y él tan liberal, pero ellos fueron muy respetuosos y los debates eran muy buenos, y yo me acuerdo de que antes de morir mi papá, el último debate gigante que tuvimos fue sobre votar por Álvaro Uribe, porque Álvaro Uribe se había salido del liberalismo, y ese año había candidato liberal a la Presidencia que era Serpa y mi papá siempre votaba por el candidato liberal, finalmente, después de la pelea, lo convencí de que votara por Uribe y fue el último voto que dio en su vida.
- Volvamos a la actualidad, ha dicho que usted está convencida de que estas elecciones se pueden resolver en primer vuelta. La última encuesta del CNC le da a Petro 34% y a Fico 23%, yo entiendo su teoría de que la tendencia es que Fico está subiendo y Petro no crece más, pero faltan menos de dos meses para las elecciones ¿No es muy poco tiempo para que, con todo y la curva de crecimiento, Federico Gutiérrez duplique la intención de voto?
- Sí, porque la tendencia de la curva es parecida a la del expresidente Uribe en el 2002.
- Pero, con todo respeto, Fico no es Uribe
- Fico no es Uribe, pero el fenómeno sí es parecido, es muy particular. Uno analiza varias cosas en política: primero, todas las encuestas, la de Yanhaas, la de Invamer, la del Centro Nacional de Consultoría y la tendencia de la curva, y dos, lo que está pasando en la calle.
A diferencia de otras elecciones, de la de Santos, de la de Pastrana, y de otras, en esta está sucediendo lo mismo que pasó en la de Uribe, y es que los candidatos se pusieron por encima de los partidos, y entonces es muy chistoso ver a los líderes de los partidos dando vueltas y vueltas para ver a quién apoyan pero los ciudadanos no, los ciudadanos ya decidieron su voto, y uno lo ve y lo siente en la calle.
Yo tuve la oportunidad de estar en las dos campañas de Uribe, en la primera de Santos (en la segunda no) y en la de Duque, y en muchas otras atrás, y uno empieza a analizar el comportamiento de las encuestas y lo que pasa en la calle y a mí ésta me parece mucho más parecida a la de Uribe, y recordemos que desde el 91 que hay segunda vuelta, el único candidato que ha ganado en primer vuelta es Uribe.
- Usted es amiga de Federico Gutiérrez desde hace mucho tiempo, pero aún así decidió apoyar a Óscar Iván Zuluaga como candidato de su partido
- Pero es porque yo soy una mujer muy institucional, yo soy una mujer de partido; de hecho un “inri” con el que yo cargo de manera muy injusta, mi esperanza es que “pa’ la verdad el tiempo y pa’ la justicia Dios”, es que la gente cree que yo apoyé a Federico cuando él quedó de alcalde y yo no lo apoyé, yo me senté con él y le dije: yo no lo puedo apoyar, usted sabe que yo soy una mujer de partido, pero ojalá yo pierda, y yo voté por Juan Carlos Vélez, que siquiera perdió, por disciplina de partido, y en la anterior voté por Ramos, entonces es bien particular, porque yo no he podido hacer campaña con Fico, eso también me tiene súper emocionada, porque siempre estaba con mi partido y él estaba por otro lado y yo soy una mujer de partido y por eso estaba con Óscar Iván, además, convencida de la capacidad de Óscar Iván.
- Pero, viendo como se desarrollaron las cosas, ¿usted de verdad creía que Óscar Iván Zuluaga habría podido pelearle unas elecciones a Gustavo Petro?
- Yo estoy muy convencida de la capacidad como estadista de Óscar Iván y por eso lo apoyé.
- Sí, pero como decían de Álvaro Gómez, habría podido ser un gran presidente pero fue un pésimo candidato, por eso nunca ganó, el consenso, creo, es que Óscar Iván realmente tampoco lo habría logrado
- El problema es la coyuntura política, yo le voy a decir la verdad, yo pertenezco a un partido que, lamentablemente, ha sido incapaz de comunicar y ha sido caricaturizado y muchos de los que pertenecemos al partido también hemos sido caricaturizados, a mí me pasa una cosa muy particular y es que normalmente la gente piensa muy distinto de mí cuando me conoce, porque se ha creado una especie de resistencia y hasta de odio hacia el partido y hacia quienes formamos parte, lamentablemente eso es algo con lo que tenía que cargar Óscar Iván; también todo lo que pasó en esa campaña que hábilmente se robó Santos, porque a él lo tuvieron mucho tiempo subjudice, entonces son muchas condiciones.
Yo quiero mucho a Óscar Iván, yo sé de su capacidad, pero lamentablemente, y en eso creo que tuvo un acto de grandeza y de sensatez, cuando vio el resultado de la consulta dijo: “me retiro”, además porque yo creo que él también se daba cuenta de lo que pasaba en el país.
En esta elección Colombia lo que necesita es un sanador, alguien capaz de bajar tanta violencia, tanto odio, tantas divisiones, que muchas tienen razón, pero otras no, aquí también hay un odio, que yo diría que es generado, inyectado, que no tiene un sustento racional, porque se supone que las diferencias ideológicas se pueden subsanar en democracia, pero aquí hay otra cosa detrás, y yo creo que Federico tiene esa capacidad y Lara también.
La gente pasó de la apatía a la antipatía, la gente esta rabiosa, la gente está actuando con ira; aquí se ha dado un proceso muy duro de deconstrucción de la historia de Colombia, la gente no sabe de dónde venimos, no sabe qué ha pasado y la rabia es casi irracional, entonces creo que Colombia necesita alguien que sea capaz de ponerlo a respirar lentico y a repensarnos, a repensarnos como nación, a repensar en lo que nos une, porque es que en democracia debe ser subsanable la diferencia.
- Usted ha dicho que hay una resistencia en muchos sectores en contra del Centro Democrático, ¿no será que todo esto de lanzar a Óscar Iván, sabiendo que no iba a ser presidente, para terminar apoyando a Fico a última hora fue un plan del expresidente Uribe para evitar que el rechazo al uribismo afectara la candidatura de Gutiérrez y que Fico realmente siempre fue el de Uribe?
- No, es que nosotros no sabíamos quién iba a ganar la encuesta, eso no era tan fácil de calcular, porque uno se lleva muchas sorpresas en esas encuestas y la diferencia de Óscar Iván, con relación a los demás candidatos fue abismal, pero ahí le quedan a uno varias lecciones para la reflexión: la primera es que una cosa es Twitter y las redes y otras es la vida real, porque en las redes ganaba María Fernanda, indiscutiblemente, y en la encuesta el gran ganador fue Óscar Iván, eso demuestra que una cosa son las redes y otra la vida real.
Además, a mí me da risa porque mucha gente piensa que Uribe es como un Maquiavelo que mueve las fichas de un gran ajedrez y todo sale como él lo planea y eso no es así; de hecho, él y yo chocamos mucho porque yo le digo: usted es un general que no manda, mande por favor. Él deja que las cosas pasen y siempre dice: es que hay que escuchar más, hay que escuchar más, hay que escuchar más, y a veces deja que los procesos sean eternos. Yo espero tener algún día la paciencia que él tiene, yo no la tengo, él espera y espera y, tengo que reconocer que, a veces, esa espera de él nos ha salvado de cometer muchos errores, eso es verdad.
- Usted ha reconocido que es muy conservadora y está decididamente apoyando a Federico Gutiérrez, pero personajes como el ex defensor del Pueblo Carlos Negret o el mismo candidato a la vicepresidencia Rodrigo Lara vienen de otras corrientes y defienden cosas que no están ni cerca del ideario del Centro Democrático. ¿Qué pasará con el apoyo del partido si llegan al poder a hacer una presidencia distinta a la que ustedes quieren?
- Yo le aprendí una cosa al presidente Uribe y es que el que gana es el presidente, y hay que confiar en él y en su criterio, él va a gobernar a su manera. Yo soy “goda” pero no soy intransigente y yo, por ejemplo, me puse muy feliz con la designación de Rodrigo Lara y me puse muy feliz porque siento que Lara y Fico son ciudadanos como la mayoría de los colombianos, porque él tiene una historia de vida muy parecida a la de mucha gente en Colombia, porque él tiene fama de incorruptible y yo creo que en este momento el país necesita eso; además, es una persona que no alberga odio en el corazón, Rodrigo Lara, a pesar de lo difícil de su historia de vida, es un hombre sin odios, es un hombre tranquilo.
A mí me decía una vez un campesino que uno mirando a la gente a la cara sabe quién es, que uno mira a la gente a los ojos y uno sabe quién es quién, y uno mira a los ojos a Lara y uno sabe que él es un hombre bueno, entonces yo estoy completamente tranquila. Yo le pido mucho a Dios que los ilumine y que les dé tres cosas que yo desde pequeña aprendí a pedir porque yo creo que con eso uno gobierna a un país: sabiduría, para tomar las decisiones; valor, para hacer lo que tiene que hacer, y compasión, y eso es lo que yo le pido a Dios que les dé a ellos dos, porque Colombia hoy no puede dar un salto al vacío, pero Colombia sí tiene que hacer grandes cambios, y ellos van a ser los responsables de esos cambios, no podemos seguir estirando la democracia, no nos aguanta más, hay que hacer esos cambios, para volver a ganar legitimidad, gobernabilidad, para que la gente vuelva a confiar en las instituciones y, créame, por encima de lo “goda” que soy, soy patriota, yo quiero mucho a este país y solo quiero que pase lo mejor, y que ellos hagan lo que tienen que hacer.
- Hablemos de las sospechas de fraude electoral en las elecciones, ¿cómo se entiende que los partidos tradicionales, incluyendo el Centro Democrático, con cuyo apoyo llegó el registrador a su cargo, ahora digan que Alexánder Vega se alió con el Pacto Histórico para manipular las elecciones?, ¿eso no es ilógico?
- Aquí hay varias cosas. Antes de la elección, el que dijo que iba a haber fraude fue Petro, no nosotros; nosotros decimos después que puede haber fraude por el acervo probatorio, porque más de 300 mil jurados votaron dos veces, porque vimos lo que pasó con los jurados en las mesas, porque nunca se había presentado una diferencia tan abismal, entre lo que registra el E-14 y el escrutinio final, porque tuvimos demasiadas denuncias.
Yo aquí quiero ser clara en algo, nosotros también elegimos a Santos, y mire lo que nos pasó; entonces, para mí eso de que lo elegimos nosotros no dice nada, pero uno sí tiene que juzgar por los hechos y lo cierto es que aquí los hechos demuestran que sí se presentó algo terrible en este proceso electoral, por todo: porque finalmente acreditaron muchos testigos de unos partidos y muy pocos de otros, porque no hubo capacitación de los jurados, un montón de jurados que no sabían llenar los E-14; a uno le llama la atención que al partido al que le aparecen todos los votos sea al Pacto Histórico y que ellos desde el principio dijeran va a haber fraude y vamos a sacar tantos votos y vamos a sacar 20 senadores, sabían todo desde antes de que se hiciera la elección. Lo que a mí me parece extraño es que ellos, que estaban gritando fraude, fraude, después se quedaron callados.
- ¿Pero ustedes sí creen que el registrador se alió con el Pacto Histórico para hacer un fraude en beneficio del petrismo?
- Yo no sé si se alió o no se alió, pero sí creo que hay que hacer una investigación; además, hay que investigar al funcionario que maneja informática, porque era contratista de Indra en Colombia, eso también lo tienen que explicar, y algo que puede que no sea ilegal, pero se ve mal, la empresa escrutadora reuniéndose en España con uno de los candidatos a los que les tiene que contar los votos, ahí hay un conflicto de intereses, es como si el juez se reuniera en otro país a puerta cerrada con la persona a la que está juzgando, nadie vería eso bien.
La democracia no se agota en los procesos electorales, pero las dudas o la falta de transparencia en los procesos electorales sí afecta terriblemente la democracia.
No se trata de una teoría conspirativa, creo que hay que hablar de una base probada y aquí si hubo fraude, aquí pasaron cosas muy extrañas, en el conteo y en la transmisión de datos, y cosas como estas, por primera vez en Medellín no llegaron la mitad de los escrutadores, y Medellín fue de las últimas ciudades que subió el registro de votos.
A mí, por ejemplo, en Belén me aparecían en una mesa 20 votos y el registro después fueron 2, no 20, son demasiadas cosas, uno no puede hablar de conspiración a partir de conjeturas, hay que hablar de la prueba, y a nosotros nos llegaron muchas denuncias de gente que votó y no le aparece el registro de voto, de testigos que tenían un registro del E-14 que después aparece completamente distinto, entonces creo que todas las pruebas nos llevan a pesar que algo muy malo ocurrió en estas elecciones de Congreso.
- En estas elecciones el expresidente Uribe optó por no lanzarse al Congreso y eso seguramente afectó la votación del partido ¿Hay Centro Democrático sin Uribe?
- Tiene que haberlo, porque ese es el sueño de él. Cuando el partido nació, él siempre me decía: nosotros tenemos que pasar de Uribe al Uribismo y tenemos que pasar del Uribismo al Centro Democrático, hacer que un cuerpo de doctrina que hemos creado en más de 40 años de política se traduzca en un partido que pueda ser un vehículo político para la democracia, y, él nos insistía mucho, para hacer eso nosotros tenemos que superar la figura de Uribe, porque finalmente, como decía el expresidente de México Francisco Madero, un partido tiene que ser tan eterno como los principios que defiende; en los partidos surgen figuras políticas, pero los partidos no pueden depender de esas figuras, tienen que superar esas figuras y ese es el anhelo del expresidente Uribe, creo que no le hemos cumplido la tarea, pero lo tenemos que hacer.
- ¿Cuál cree usted que es el peligro más grande si Gustavo Petro queda presidente?
- Yo creo que hay varios peligros: primero, que él tiene un discurso de odio y de división que se exacerbó con su fórmula vicepresidencial, con Francia Márquez; lo segundo es, el modelo que él defiende y que está descrito en su libro autobiográfico, es un modelo que ha fracasado en toda la región, porque es un modelo que expropia vía impuestos, porque es un modelo que genera inestabilidad jurídica y que espanta la inversión, y él tiene ideas muy raras, por ejemplo, frente al tema pensional, frente a la exploración y explotación minera.
Uno siempre tiene que tratar de hablar con el mayor respeto del contendor, pero digámoslo así: uno no puede querer la leche y odiar la vaca, a ellos les gustan los subsidios, les gustan las regalías, pero no les gusta la exploración ni la explotación minera, no les gusta el petróleo, no les gusta la libertad de empresa, entonces es muy difícil, porque si uno no promueve eso, lo único que reparte es miseria.
Yo he estudiado muy de cerca lo que ha pasado en Venezuela, lo que ha pasado en Argentina y estoy viendo con dolor lo que está pasando en Chile y en Perú, que la gente, también, con una idea de cambio, dio el salto al vacío y ahora vemos lo que está sucediendo, porque son figuras que llegan con un modelo que espanta al inversionista.
Uno no puede oponerse, por ejemplo, al petróleo desconociendo que finalmente es un sector que aporta un gran porcentaje al PIB, a las exportaciones, que eso representa regalías que es con las que se hacen vías, escuelas, hospitales. Ese no es el camino, y la verdad yo sí tengo miedo, tengo pánico de lo que pueda pasar si él llega a ganar.
- Pero no podemos negar que la dependencia del petróleo es algo que el mundo entero está discutiendo, no podemos depender eternamente del petróleo
- Sí, pero no puede decir ya no más petróleo cuando no tiene la capacidad de substitución, uno en esto tiene que ser sensato; además, Colombia es uno de los países con la matriz energética más limpia, porque la mayoría de la energía en Colombia se produce a través de hidroeléctricas, pero además es uno de los países que más ha avanzado en transición energética.
Claro que tenemos que pasar a energías más limpias, pero uno no puede ser ciego a la realidad, hoy no existe la capacidad de sustitución, entonces uno no puede decidir de un plumazo no mas petróleo cuando no tiene la capacidad de remplazarlo.
Una cosa es el futuro que deseamos y otra es lo que podemos, uno tiene que tratar de sintonizar las dos cosas, tampoco nos podemos quedar en la zona de confort y no hacer los cambios, hay que hacerlos, pero hay que hacerlos paulatinamente y con sensatez.
- Usted ha hablado mucho de que le preocupa la rabia que ve en cierto sector de la población, ¿el origen de esa rabia no será porque vivimos en un país injusto, inequitativo y racista?
- Yo creo que Colombia poco a poco ha ido superando las diferencias y ha ido entendiendo que todos somos colombianos; creo que el gran daño que le viene haciendo una nueva ola de este discurso de odio, no solo en Colombia, es un discurso mundial, es querer dividir los países en pequeños guetos: negros, blancos, LGTBI, heteros, empresarios, trabajadores… y yo creo que eso es muy dañino, deberíamos sintonizarnos en que todos somos colombianos y todos deberíamos tener los mismos derechos y los mismos deberes.
Obvio que cuando hay personas mucho más vulnerables es necesario subirlas para que estén en equidad. Equidad no es a todos lo mismo, sino a cada quien según su necesidad. No le puede dar el mismo trato a un niño a un anciano que a alguien que puede trabajar, pero creo que a Colombia le hace mucho daño volver al discurso de odio y de división que con bastante lidia hemos tratado de ir superando.
Yo soy mujer, y yo detesto el discurso “feminazi”. Yo detesto el discurso que todo el tiempo está diciendo que esta es una sociedad machista, patriarcal, con un techo de cristal, que las mujeres no podemos… yo odio eso, y siempre he dicho que yo nací en un hogar donde somos dos mujeres y un hombre y en mi casa nunca hubo diferencia en que fuera mujer u hombre, el premio era para el que más trabajara, para el que más estudiara, que fuera hombre o mujer era circunstancial, y lo mismo pasa con ser negro o blanco o con ser de un departamento o de otro, son temas fortuitos, es que uno no elige de qué color nace ni cuál va a ser su género o cuál va a ser su raza, eso es fortuito, nosotros lo que tenemos que hacer es que todos los colombianos, independientemente de cualquier consideración, tengan oportunidades de desarrollar su potencial y ser felices, pero hace mucho daño estar todo el tiempo marcando la diferencia y llenando la gente de rabia.
- Pero la realidad es que la población más pobre en Colombia es negra, las regiones más pobres son de mayoría negra, hay un olvido institucional histórico en esas comunidades, eso es un hecho
- Sí, pero empecemos a cruzar datos. Es negra y la mayoría vive en el Pacífico, y se concentra en departamentos donde hay más corrupción política y donde hay más compraventa de votos.
Yo creo que la mayoría de los fenómenos no tiene una causa única, sino que tienen muchas causas; entonces, cuando uno empieza a cruzar se da cuenta de que la inmensa población negra pobre está ubicada en regiones con violencia, presencia de estructuras criminales y corrupción, como es indudable también que hay muchos blancos pobres en las comunas de Medellín y en las laderas de Bogotá.
A mí me parece muy problemático mirarlo desde esa óptica, yo creo que tenemos que tener una mirada mucho más holística para entender cuáles son las razones y no empezar a estigmatizar.
- No es estigmatización, pero tampoco es casualidad que las comunidades más pobres del país sean las de mayoría negra
- Pero qué pasa allí: corrupción y presencia de estructuras criminales
- Sí, y falta de presencia del Estado
- Sí, que esa falta de presencia del Estado no es exclusivamente de Colombia, lamentablemente la historia de América Latina demuestra que nosotros tenemos más territorio que Estado y todos los espacios con vacío de Estado los entran a disputar las estructuras criminales, eso no pasa solo ahí, también pasa en las zonas de frontera que no son negras, pero que tienen la misma condición: corrupción, presencia de estructuras criminales y falta de presencia del Estado.
Entonces, en lugar de señalar como titíes hay que encontrar unas causas mayores para superar la pobreza: tenemos que tener mayor control del territorio y presencia estatal, tenemos que combatir la corrupción y tenemos que acabar con las estructuras criminales, independientemente de que la población sea negra, mestiza, blanca, indígena, esas zonas son las que presentan mayor pobreza.
- Senadora, usted es presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores ¿qué vamos a hacer con Venezuela?
- Yo trabajo desde hace más de 17 años con la oposición venezolana y yo creo que ahí se cometió un gran error desde el comienzo, y fue hacer creer que este era un problema político, de izquierda y derecha y socialismo del siglo XXI, y no, este es un tema judicial.
Todos los países de América Latina firmamos la carta democrática y en Venezuela no hay democracia porque se robaron las elecciones, porque hay presos políticos, porque hay violación de los derechos humanos y del derecho internacional. El otro asunto es que allá está usurpando el poder una estructura criminal que se ha dedicado al terrorismo, al narcotráfico y a albergar estas organizaciones.
Yo creo que uno tiene que tratar de brindar solución sin congraciarse con el victimario. Colombia no tiene porque reconocer como gobierno una estructura criminal que está usurpando el poder en Venezuela. Creo que es importante lo que se viene haciendo, que es buscar que se cambie la óptica sobre el tema de Venezuela, porque el problema de Venezuela no es un problema político es un problema de seguridad hemisférica, porque allá hay células de Hezbolá.
En Colombia nosotros seguimos teniendo un problema muy grande con las Farc y el ELN y Venezuela dejó de ser una retaguardia estratégica a ser el centro de operaciones. Hoy en día el 70% del ELN está en Venezuela y opera desde allá y muchos de los cabecillas del COCE; las dos grandes estructuras de las Farc, la Gentil Duarte y la Nueva Marquetalia operan directamente desde Venezuela; Maduro y la cúpula están solicitados en extradición por un tribunal del Distrito Sur de Nueva York por delitos de narcotráfico, terrorismo, tráfico de armas y otros, entonces el problema es que no hemos entendido que ese es un tema judicial, un problema de seguridad hemisférica y ese debe ser el tratamiento. No es un problema político.
El otro gran error es que cuando se habla de la gente que sale de Venezuela se habla de migrantes, ellos no son migrantes, son refugiados, son distintos los estatus y las condiciones, el migrante es el que sale de su país buscando mejores oportunidades, el refugiado sale porque es invivible Venezuela, porque allá no hay comida, no hay medicinas, no hay empleo, no hay garantías de seguridad, y el no haber clarificado eso desde el comienzo lleva a que, por ejemplo, a pesar de ser más grave la situación de los venezolanos que la de los sirios, la comunidad internacional apoya con millones de dólares a los sirios y no lo hace con los venezolanos y nosotros tenemos ahí una dificultad real, aquí hay más de dos millones de venezolanos y nosotros no tenemos la capacidad económica para absorberlos y para que tengan una inserción positiva, como se tiene que tener, y en parte, el gran error fue no haber hablado desde el comienzo de refugiados y no de migrantes.
La otra pregunta que nos tenemos que hacer es para qué sirve la comunidad internacional y los organismos internacionales, porque siempre llegan tarde a todo. A Ruanda y Burundi llegaron cuando ya habían matado un millón a machete, a Ucrania quién sabe cuándo van a llegar, a Venezuela van a ver, a Nicaragua quién sabe. La pregunta que nos deberíamos hacer de fondo es para qué sirven los organismos internacionales encargados de defender la democracia, las libertades, cuando en pleno siglo XXI estamos viendo dictaduras y cosas tan atroces como lo que le hace Putin a Ucrania, como lo que le hace Noriega a Nicaragua, como lo que le hace Maduro a Venezuela, ¿dónde están?
- Finalmente, ¿hasta cuándo vamos a seguir sosteniendo la mentira de un presidente interino en Venezuela cuando se sabe que Guaidó no manda en nada?
- Finalmente eso lo tienen que resolver los venezolanos, nosotros no podemos imponerles
- Pero apoyamos el cuento de que Venezuela tenía otro presidente que en realidad no gobierna
- Estados Unidos fue el primero que lo hizo por un tema real, y es que esto tiene un orden jurídico. Se supone que cuando hay una falta del presidente, como sucedía en el caso de Maduro, porque, al no reconocer las elecciones él no podía continuar como presidente, la Presidencia la asumía el que en ese momento era el presidente de la Asamblea, Juan Guaidó. ¿Constitucionalmente quién era el presidente interino?, él; cuál es la gran dificultad, que se supone que era interino, no eterno y la interinidad se daba hasta que se citara a elecciones libres, como esa garantía no existe ahí está, y es lo que hay constitucional y legalmente. ¿Cuál es el problema? Que la comunidad internacional no ha hecho su tarea y que la oposición ha sido inferior, porque también lo tengo que decir, yo que trabajo con ellos, las diferencias internas son un problema, yo lo he dicho mil veces, cuando no hay democracia no hay partidos, y ellos siguen en una pelotera entre partidos, para qué partidos si ni siquiera hay democracia, cuando no hay democracia solo existen los que están con el dictador y los que están contra la dictadura, punto, los partidos valen huevo; ellos no han entendido eso y muchos, además, son caballos de Troya que trabajan para el régimen infiltrando la oposición.
Entonces esa situación no se resuelve porque la comunicad internacional es feliz con la diplomacia babosa e internamente tampoco han tenido la capacidad.
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