Camila Esguerra y la FilBo, una relación que no tiene rato malo

La joven cantante y poeta colombiana estará el 1 de mayo en Corferias, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá

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La joven artista hará parte
La joven artista hará parte de la FilBo 2022. (Cortesía).

La primera vez que la vi fue cuando trabajaba como librero en la zona G. Apenas entró, uno de mis compañeros dijo: “Es Camila Esguerra”. Yo, honestamente, no tenía idea de qué hablaba. Me pareció que tenía un cabello muy hermoso. Fue en lo único que me fijé. Ella venía con una maleta de viaje y hablaba con su amiga de lo que había su llegada a la ciudad después de no sé cuánto tiempo y de haber estado en no sé qué lugar. Yo estaba en el segundo piso de la librería, en el salón de los discos, cuando ella hizo una pregunta: “¿Me puedo cambiar en ese salón?” Me quedé viéndola con cara de no entender lo que me preguntaba. Lo entendí, pero me pareció extraño que me preguntara si se podía cambiar la ropa en el salón de eventos. “No tengo las llaves”, dije. Ella me dijo que no quería entrar al baño porque no le gustaba y me preguntó si en aquella esquina, junto al salón, había alguna cámara. “Ahí no hay”, le dije. “¡Qué bien!”, expresó, y en seguida, maleta en mano, se fue a cambiarse. Su amiga vigilaba y yo me di la vuelta. Mi compañero miraba con cara de asombro. “¡Listo!”, dijo después ella. Salió con otra ropa y el cabello igual de arreglado. “Muchas gracias”, nos dijo, y se fue.

¿Cuál fue mi primera impresión de Camila Esguerra? Ni siquiera me dio tiempo a pensarla. Solo fue... muy ella. No hubiera pensado yo que la volvería encontrar en una situación igual de imprevista. “¿Podrías ayudarnos a presentarla?”, me preguntó la gente de la editorial, un año después, en la FilBo del 2019. “Bueno”, dije, y ni siquiera había leído sus poemas. A los pocos días, estuvimos ahí, frente a un montón de gente. No cabía una sola persona en la sala. Y empezó mi entrevista. Ella me miraba con cara de “Por favor, no me hagas preguntas difíciles”. Ahora que lo recuerdo, tal vez la puse en aprietos en más de una ocasión, pero ella supo desenvolverse. Camila es una buena lectora y, con disciplina, será una muy buena escritora.

A propósito de la nueva edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, en la que ella participará, rememoro aquella conversación en la que le pregunto por sus primeros momentos como poeta, su experiencia con el primer libro, y sus lecturas. Su relación con la FilBo no tiene rato malo. Aquí, uno de los bonitos que surgió.

(Fotografía: Juan Felipe Vásquez).
(Fotografía: Juan Felipe Vásquez).

¿Cómo fue editar el primer libro?

El primer libro, para mí, fue un desafío. Le agradezco a Alejandra Algorta, mi editora en Cardumen, porque fue gracias a ella que pude concretar esos poemas. Suelo ser muy perfeccionista y no quería soltar nada que no creyera que estaba listo. Ella me dio esa tranquilidad de que el libro estaba listo y había que dejarlo ir. Por ahí dicen que ninguna obra de arte está terminada, solo abandonada.

¿Cómo concibes la relación entre tu música y la poesía que escribes?

Es una relación bastante cercana. No tengo que escoger entre ninguna de las dos. Son parte de mí, mis dos mitades. Si dejara una de las dos, la otra no existiría. Se alimentan mutuamente. Para mí, el arte es una conversación. Los libros son conversaciones, entre países, entre épocas. Conversaciones guiadas por los escritores y sus concepciones del mundo. La música, creo yo, funciona también así. Con todas estas conversaciones es posible ver dónde están las preguntas y dónde las respuestas.

¿Existe alguna diferencia entre lo que eres como lectora y lo que te propones como escritora?

Esa es una pregunta difícil. ¿Por qué me la haces? Bueno, igual me gusta. Me hace pensar. Puedo decir que la Camila lectora es un tanto caprichosa. Nunca estoy leyendo un solo libro. Los tengo en todas partes, cerca de mí. Debajo de la cama, encima, sobre la almohada, en la mesa, en toda mi habitación, también fuera de ella. Voy tomando lo que creo que necesito en ese momento. Los abandono por la misma razón. Los tomo porque siento que tienen algo que decirme y los dejo de lado porque creo que ya me dijeron lo que tenían que decirme. Soy muy inquieta en ese sentido. A veces, de tomar uno y dejar el otro, olvido en dónde iba y tengo que volver a empezar. Con la escritura, al inicio era igual, pero he tenido que organizarme. Dejé de escribir en documentos de Word distintos y empecé a reunir todo en uno solo, con el ánimo de buscarle algún sentido. Al contrario de lo que pasa con mis lecturas, cuando escribo un poema intento dedicarle el tiempo que se merece. Si es poco, será poco. Si es mucho, pues lo que se necesite. Se trata de un proceso de escritura y revisión que no acaba. Para eso fue útil y necesaria mi editora. Yo no lo habría conseguido.

¿Cuáles son los autores o autoras, en medio de tus tantas lecturas, que más te han conmovido?

Franki Elliot está en el primer puesto. Fueron sus poemas los que hicieron que mi relación con la poesía cambiara. Antes era un poco hostil. Con su obra, mi mentalidad cambió. Antes pensaba que solo alguien demasiado erudito tenía la capacidad de hacerlo. Me di cuenta de que no era así. La poesía está en todas partes y tiene que ser comprendida por todos. Con ella se me abrió la puerta y he descubierto autores como Milan Kundera y Cristina Peri Rossi, de quien me encanta la forma como retrata la experiencia de ser mujer. No puedo dejar de lado a Darío Jaramillo Agudelo. Lo adoro. Para mí, estos autores terminan dándome un espacio seguro al que siempre puedo volver.

(Cortesía, Penguin Random House).
(Cortesía, Penguin Random House).

¿Qué tiene que decir Camila Esguerra en lo que hace? ¿Cuál es su motor?

Creo que todo se trata del amor. No puedo decirlo diferente, como buena fanática de The Beatles. Creo firmemente que la vida hay que pasarla a merced del amor, no enamorados, pero sí enamorándonos siempre. Quizá por eso escribo.

Tres libros que te hayan marcado.

La barca del tiempo, de Peri Rossi; Poesía selecta, de Jaramillo Agudelo; El amor en los tiempos del cólera, de García Márquez.

Un escritor o escritora que te gustaría conocer.

Darío Jaramillo Agudelo. Me gustaría sentarme a beber café con él y conversar sobre la vida y los poemas. Tengo una dedicatoria de él, pero aún no he tenido el placer de concretar nuestro encuentro.

Camila por Camila, en una palabra.

Pasión. Es lo que me mueve.

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