Antes de mencionar una ínfima parte de su legado, es menester recordar una historia que recogió Héctor Fabio Zamora sobre los gatos de Mompox (Bolívar) y que acompañó, como no podía ser de otra manera, por una galería donde los felinos que custodian el cementerio municipal fueron los modelos que bien podían aparecer en una bolsa de comida para animales.
“El cementerio distrital de Mompox se fundó en 1831 luego de que José Celestino Mutis le recomendara al virrey Pedro de Mendinueta construir uno fuera de la ciudad por motivos de salubridad. Pero más allá de su importancia histórica también es el centro de una particular anécdota de la que son protagonistas por lo menos una decena de gatos que habitan en medio de las tumbas centenarias.
Digno de realismo mágico, su historia se remonta a la muerte de Alfredo Serrano Rubio, hijo de un exalcalde de Mompox y conocido como el ‘gato’. Su tumba era visitada constantemente por una gata negra”, relató el fotoperiodista nacido en Armenia que, desde 1998, estuvo vinculado a la Casa Editorial El Tiempo, consolidándose allí como un referente en su oficio, viendo a través de sus lentes lo que otros no podían ver: historias visuales en lugares inesperados.
En los lugares menos pensados es donde ocurren las mejores historias, y Zamora sí que sabía materializar esta premisa con creces, por algo fue el maestro que decenas de estudiantes de la Universidad del Rosario aprovecharon de principio a fin, aprendiendo a tener eso que en las facultades de Comunicación Social llaman ‘el olfato periodístico’, ese mismo que mostraba a través de fotos que se convirtieron en historias, denuncias y hechos.
Quizás una de las capturas más replicadas -y recordadas- fue aquella que obtuvo durante el Paro Nacional de 2019, cuando en Bogotá, un agente del Esmad le lanzó una patada al rostro limpio de una joven. En aquella escena, ese día, estaba Zamora con su cámara en mano, accionando el obturador que dejó una secuencia de cuatro imágenes que dieron cuenta, una vez más, del abuso policial que constantemente se denuncia durante manifestaciones en el país.
Otra de sus historias visuales la logró capturar en 2013 y fue aquella que él mismo denominó ‘El beso de la esperanza’ (bautizada por El Tiempo como ‘El beso del Bronx’) y que nació en el centro de Bogotá durante los operativos que hizo la Policía, en cabeza del alcalde Gustavo Petro, en el sector conocido como ‘La L’. Allí nació la postal que, literalmente, se convirtió en una pieza de arte, pues a la entrada de la calle 26 hay un grafitti dedicado a aquel beso entre dos habitantes de calle.
“(...) Para mí es un claro reflejo de lo que son los seres humanos: yo creo que lo importante de este momento es pensar que en un lugar donde hubo tanta destrucción, tantas pérdidas humanas, donde se han encontrado tantas cosas negativas, existía esto -dice mientras muestra la imagen impresa en papel fotográfico-. Y yo sí creo que donde haya amor, hay fe y esperanza”, dijo el reportero para la misma casa que lo ayudó a consolidar como un maestro.
El profe, el colega, el amigo, el maestro que se convertía en compañero de decenas de practicantes que pasearon por aquel medio de comunicación, fue recordado por otros tantos periodistas que se enteraron, en la mañana de este lunes 11, de la muerte de uno de los reporteros gráficos más valiosos del país en Manizales por causas naturales.
Retratos del conflicto armado y manifestaciones, así como paisajes naturales, cotidianos y sociales fueron abordados por los lentes de medio y largo alcance del fotógrafo que no solamente será recordado por ganar el Premio Simón Bolívar en 2019 y 2020, o por ser merecedor del Alfonso Bonilla Aragón, de la Alcaldía de Cali en 2005, sino por ser aquel docente y colega que, pese al reconocimiento nacional, no dejó de tratar a estudiantes y colegas gráficos como iguales.
Héctor Fabio Zamora se encargó de capturar momentos inéditos a través de la fotografía, y sus alumnos y colegas que lo tienen como su fuente de inspiración, se encargarán de mantener vivo ese legado para que, a partir de la foto de un gato parado sobre una lápida, se pueda contar un relato que conmueva a cientos de personas.
A lo largo de este lunes varios puñados de periodistas, estudiantes y hasta figuras políticas como Gustavo Petro lamentaron la muerte del periodista, no sin antes recordar parte de su obra que es la musa de muchos reporteros.
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