¿Cuántas son las bandas de rock que han obtenido la inmortalidad? ¿Qué es lo que las ubica más allá del bien y del mal? Es impresionante ver cómo generaciones enteras, las que estuvieron allí y las que no tuvieron la fortuna, se erigen a la luz de una canción, un álbum o, a veces, un simple gesto. El fervor hacia las bandas de rock llega a ser tan grande como el que se tiene hacia un dios. Los fans tienen esa capacidad de jurar fe ciega casi a la par que los religiosos devotos. Un budista y un fanático de George Harrison no tienen mucho de distinto, salvo por el cabello. Y es que la palabra “fanático” se usa en ambos casos, el religioso y el de la admiración musical, por una razón: creemos que hay algo mucho más grande que nosotros y a ello le entregamos nuestro ser.
La primera vez que escuché una canción de The Beatles fue en un cover de Come Together que hacía Michael Jackson. La primera vez que vi el rostro de uno de los integrantes de la banda fue en Say, say, say, del mismo Jackson y Paul McCartney. Tendría yo unos 7 u ocho años. Gracias a una enciclopedia digital que mi papá había comprado, de esas de CD que uno ponía en el computador y se ejecutaban tras la instalación, pero cada vez que se iba a usar, habiéndola instalado ya, igual tocaba poner el CD, pude tener mis primeros contactos con la historia del Rock. Recuerdo tomar el mouse y llevar el cursor hasta las fotografías con los rostros de los artistas y bandas. Cuando daba click, un fragmento de uno de sus temas más icónicos comenzaba a reproducirse. Al dar click sobre la imagen de The Beatles, sonó Let It Be.
Así como la primera vez que alguien le encuentra sentido a ir a la iglesia y rezar, lo mío con The Beatles fue una cuestión de religiosidad, de epifanía, de alta identificación. No tenía, a tan corta edad, ni la menor idea de lo que decía la letra de la canción, pero la melodía bastó para que me entregara por completo. No me soltó nunca más, ni yo a ella. El primer álbum completo que escuché fue Help! Lo que vino después fue un intento por querer comprender todo lo que tenía relación con la banda y terminé encontrándome con un dato tremendo, que logró que mi fervor fuera más que intenso. John Lennon y yo cumplíamos años el mismo día.
Con Let It Be inició, entonces, mi peregrinación. Este tema, justamente, está cumpliendo 54 años de haber llegado al número 1 de los listados Billboard en Norteamérica. Yo no había nacido para entonces, y qué lástima. Verlos a The Beatles es una de las cosas que haría, sin dudar, si tuviera la posibilidad de viajar en el tiempo. Haría eso, y asistir a un concierto de Queen, e ir a un juego de los Bulls, con Michael Jordan en la cancha, y ver a Ronaldo con la camiseta del Inter de Milán, antes de su primera lesión grave, y a Millonarios, con mi papá, pero al equipo de El Ballet Azul. En fin, haría tantas cosas. Pero, volviendo a The Beatles... Hablé con el fanático que hizo que, a través de la radio, tantas personas en Colombia ampliáramos nuestro conocimiento y fanatismo alrededor de la banda. Es de los periodistas musicales más instruidos para hablar al respecto en nuestro país, y además es un gran tipo.
Para Manolo Bellón, disc jockey y autor del libro The Beatles. La historia, la clave de Let It Be está en haber sido un tema de amplia conexión con los fanáticos, por lo que conllevaba en su letra. En Colombia, por esa época, Radio 15 era la emisora juvenil por excelencia. “Ahí nos contaban que The Beatles se habían desintegrado, que el grupo había dejado de existir. Fue una noticia muy impactante para los fanáticos. Let It Be, en su letra, tiene este aire de despedida, de dejarlo ser. El impacto de saber que esos muchachos con los que nos habíamos criado, con los que habíamos crecido, no iban a hacer más música juntos, fue realmente duro y terminó, por obvias razones, haciendo que todo el mundo escuchara esa canción un montón de veces. Yo ya estaba trabajando en radio en ese momento. Uno se guiaba por las listas que llegaban de la revista Billboard y a medida que las canciones iban subiendo, podían recibir más y más difusión. Pero lo que generó el impacto de esa posible separación fue algo intenso. No solamente en Radio 15, también en Radio Tequendama, que era su competencia directa, esa que dirigía Gonzalo Ayala”.
Le pregunto acerca de los primeros encuentros de la música de The Beatles con los melómanos colombianos: “No había otra forma de enterarse de las cosas sino por lo que publicaban los periódicos y lo que se escuchaba en la radio. Yo recuerdo muy claramente cuando, en abril de 1964, empezaron a sonar las primeras canciones de la banda en la radio: I wanna hold your hand, She loves you y toda la discografía que empezó a llegar con los años. El impacto que causó en nosotros, de jóvenes, estaba en esas guitarras que sonaban fuerte mientras ellos cantaban temas de amor. Inmediatamente, encontramos algo con lo que nos identificábamos. Era la más dura expresión de amor adolescente”.
¿Cómo es que llega uno a hacerse adorador de estos sujetos, de su música? Yo tengo mis teorías, pero Manolo tiene las suyas. Hablamos acerca de cómo es que esta música termina por cambiarle la vida a personas como nosotros y de cómo, de alguna manera, se convierten en nuestra razón de vida. Al respecto, Manolo me dice: “Cuando comencé a trabajar en radio, que lo hacía por amor al micrófono, por la necesidad de comunicar, no esperaba encontrarme con esta música maravillosa. En los 60, cuando me paré frente al micrófono de Radio 15, después de haber escuchado previamente esas melodías, entendí que me había enamorado. Eso fue lo que pasó. Me enamoré. Pero ese amor ya se venía confirmando desde antes, cuando empecé a escucharlos. Lo único que he hecho en mi carrera es comunicar mi pasión por The Beatles. A Dios gracias que ha habido gente que se ha entusiasmado con lo que he hecho”.
Son 54 años de aquella primera vez que Let It Be ocupó los primeros listados de Billboard, y son 54 años los que han pasado desde aquellos tiempos dorados que ya no se volverán a ver. Nos queda su música, esa estará siempre. Solo hay que dejarla ser y ya está. Pasarán décadas y alguien hablará acerca de los 64, los 74, los 84 años que han pasado, y se seguirá hablando con la misma intensidad, porque esta banda es de aquellas que consiguieron la inmortalidad. Su música será eterna, como nuestro fervor.
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