La voz de Ana Torroja Fungairiño ha estado presente en el mundo de la música durante décadas. Cualquier persona coincidiría en que su talento vocal es inconfundible, su voz es dulce y cargada de sentimiento, apenas se adentra en el oído lo acaricia y es fácil dejarse llevar por las historias de sus canciones, las narra perfectamente desde su canto, con su particularidad, con su propio sello, con su arrullo, con calma, pero también con fuerza interpretativa.
La cantante madrileña nació hace 62 años, un 28 de diciembre de 1959. Si se habla de sus padres, estos nada tienen que ver con la música; José Antonio Torroja (padre) se desempeñó laboralmente como un ingeniero civil, por su parte, María del Carmen Fungairiño (madre) realizó sus estudios en enfermería, pero no desarrolló su carrera en el ejercicio. Sin dejar por fuera a su abuelo paterno con titulo de marqués.
Ana Torroja, en cambio, direccionó su vida hacia el arte, hacia la música, hacia el canto y la composición. Tenía apenas 22 años cuando empezó a llevar sobre sus hombros el título de ser la vocalista de Mecano. El grupo, también conformado por José María y Nacho Cano (hermanos) empezó a sonar por todos lados en 1981; éxito y popularidad serían dos de las palabras más precisas con las que se podría describir al trío español.
Sin embargo, más allá de sus canciones, sus trabajos discográficos, su positiva recepción entre el público, Ana Torroja se empezó a sentir atropellada por algo que asemeja o compara con la agorafobia, lo que se define como una fobia a los espacios abiertos. En entrevista con Infoabe Colombia, la artista recuerda:
“Fue un momento determinado de mi carrera y fue el momento más álgido y de más éxito de Mecano. Yo soy una persona, aunque no lo parezca, muy tímida y soy una persona también muy reservada con mi otra parte, con mi otra mitad, con Ana a secas. Entonces, el estar tan expuesta me hizo sentir muy vulnerable y esa vulnerabilidad se convirtió casi, casi en agorafobia, no llegó a ser realmente agorafobia, pero lo digo así para explicar un poco lo que sentía, me daba miedo, no quería salir a la calle porque no podía ser yo, porque la gente enseguida gritaba, se volvía loca, te querían tocar, te querían abrazar, querían saber de ti, me sentí como… cómo explicarlo… como una especie de bicho raro, y no me gustó esa sensación”.
Traer ese recuerdo a su mente pareciera que todavía la revoluciona por dentro, se queda pensativa unos segundos para intentar buscar las palabras más propicias que la ayuden a explicar la desagradable sensación que tuvo por aquella época.
Incluso, para intentar hallar la calma nuevamente, decidió buscar un lugar en otro país donde pudiera encontrarse consigo misma y adaptarse a su realidad. Partió a Estados Unidos.
“… Lo que hice fue irme a un lugar donde nadie o prácticamente nadie me conociera. Me fui a vivir dos años a Nueva York y allí me volví a reencontrar conmigo misma. La sensación que tenía era de que me había abandonado porque esta profesión es de mucha entrega, entonces había dado tanto que yo ya no existía como persona, entonces sí como artista, pero no como persona. Me fui para recuperarme a mí misma”.
Y es que Mecano dejó icónicas canciones para sonar y resonar con el correr del tiempo. Al nombrar al grupo, son varios los temas que se vienen al mismo tiempo a la mente, por ejemplo, ‘Hijo de la luna’, que es prácticamente un cuento místico; pero Mecano era versátil y entre su discografía también hay temas para los corazones rotos: ‘Me cuesta tanto olvidarte’ es uno de ellos.
Al pedirle a Ana Torroja que defina cada una de estas dos canciones en una sola palabra, acepta el reto: “‘Hijo de la luna’ diría que es… drama ¿no? y ‘Me cuesta tanto olvidarte’, ternura”.
Hasta el año 1992, Mecano se mantuvo activo como grupo, para luego retomarse en 1998. Empero, su regreso fue casi como un pestañeo: solo estuvieron juntos por aproximadamente un año en esta segunda parte de su historia; pero como suele ocurrir con cada banda que se separa, la pregunta de si regresarían es planteada una y otra vez tanto en medios de comunicación, como entre fanáticos y/o usuarios de las redes sociales, el mundo de hoy.
Respecto a Mecano, ese punto final que cerró su historia hace más de veinte años, fue definitivo. Al menos, así lo siente Torroja.
“Para mí eso ya está… hubo una época en la que hubo como algún intento, pero es realmente complicado, éramos tres y cada uno ha seguido su trayectoria, entonces coincidir era muy difícil y ya cada vez la … no sé… no sé cómo decirlo, se ha desinflado, como que se ha diluido la ilusión, cada uno sigue su camino, yo sigo cantando esas canciones, muchas de ellas, y para mí no ha dejado de existir nunca. Sé que para los fans no es lo mismo, que sería increíble, pero yo ya digo que no, es que no lo veo, no va a pasar… lo siento por los que lo desean”, expresa la cantante para Infobae Colombia.
Ana Torroja y su momento más emotivo como artista:
El momento más emotivo en su trayectoria como cantante corre por cuenta de una canción en particular: ‘Mujer contra mujer’.
“A raíz de una de las canciones más emblemáticas con Mecano que es ‘Mujer contra mujer’ he podido conocer historias maravillosas, porque esa canción ha dado alas a toda esa gente que lo tenía complicado, que le costaba salir a la luz con su condición sexual, pero toda la gente que me ha contado cosas de su vida en ese sentido siempre han sido muy positivas y que esa canción les haya ayudado a salir adelante y a sentirse orgullosos de ellos mismos y a disfrutar y vivir la vida con la cabeza bien alta, eso me llena de orgullo porque creo que también estamos aquí los artistas, los creadores en general y la gente que tenemos un peso sobre el público… creo que nuestro fin en la vida es poder ayudar de la forma que sea a la gente, o por lo menos así siento yo que debe de ser. La música ya es una gran terapia y medicina para el alma”.
La historia del tema – que salió al mercado en el año 1988 – tiene por protagonistas a dos mujeres que son pareja a escondidas.
Tras Mecano, Ana Torroja siguió entonando ‘Mujer contra mujer’ y otras canciones del grupo, pero también las que ha desarrollado en su carrera en solitario. Ante la reunión de su trabajo musical se le hace imposible mencionar una sola canción que considere la mejor de su repertorio, aunque da cuenta de que el hecho de no poder hacer tal selección es algo bueno.
“No hay una, esa es la suerte que tengo, que no hay solo una canción, hay muchas canciones emblemáticas que han traspasado fronteras, generaciones, que están vivas hoy, igual que cuando se crearon, algunas más de treinta años y eso es algo que no ocurre siempre con todos los artistas... Hablaba antes de ‘Mujer contra mujer’ porque creo que es una canción con un peso increíble que todavía hoy tiene mucho valor seguir cantándola, cuando se creó fue muy valiente crearla, pero todavía hoy porque cada país va a un ritmo diferente, aunque hay mucho conseguido, todavía hay que defender la diversidad en el amor”.
De su carrera en solitario también resalta la variedad de temas que aprecia, pero se atreve a mencionar a ‘Contratiempo’ (1997) con especial importancia. “Fue como la canción que tímidamente me hizo presentarme como Ana Torroja solista y ha sobrevivido muy bien al tiempo y que cada vez que la canto está viva como ayer”.
Lo que más le gusta a Ana Torroja que digan sobre su música:
Sorprende, ese es el mejor halago que alguien podría hacer sobre la música de la artista española, por lo menos, así es como más disfruta que su trabajo sea descrito.
“Yo creo que una de las cosas que más me gusta que digan es que siempre sorprendo… yo siempre trato de hacer cosas diferentes, de dar mundos diferentes en mis discos, no tengo una línea concreta, tengo muchas, quizá en Mecano era la línea más continua porque eran dos compositores y tenían sus estilos, pero cuando empiezo mi carrera en solitario realmente voy haciendo lo que siento en cada momento, cada momento de la vida es uno y diferente y he hecho muchas cosas distintas. Eso de no tener una línea y tratar de sorprender tiene un riesgo, porque a veces sale bien y a veces no sale tan bien, pero yo siempre lo digo: estoy al cien por cien convencida de que cada cosa que he hecho, cada disco que ha salido, cada canción tenía que salir en ese momento, no cambiaría nada ni me arrepiento de nada. Lo mejor que me pueden decir es que siempre sorprendo porque lo intento”.
Con Mecano, Torroja lanzó varios álbumes: ‘¿Dónde está el País de las Hadas?’ (1983), ‘Entre el cielo y el suelo’ (1986) y ‘Descanso dominical’ (1988), son algunos de ellos. Sin embargo, como solista la cantante también tiene una importante discografía, se destacan, por ejemplo, los trabajos ‘Puntos cardinales’ (1997) y ‘Frágil’ (2003).
Además, Ana Torroja no solo le ha entregado a su público la interpretación de temas en español, sino también en otros idiomas como el francés. Sin dejar por fuera sus múltiples canciones colaborativas, ¿Quién no recuerda a ‘Duele el amor’ con Aleks Syntek?, un clásico del pop en español sería la mejor frase para describir este junte musical.
¿Cómo le gustaría ser recordada a Ana Torroja?:
Dejar un legado no es cosa fácil y la artista, quien durante toda la entrevista se mantiene amable, sonriente y dulce, asegura no gustar mucho de los títulos, pero se atreve a soltar algunas palabras sobre la manera en que le gustaría ser recordada.
“… Como alguien que ha disfrutado de la vida en general y dentro de la vida de su profesión, de la música; como alguien que todo lo que ha hecho lo ha sentido cien por cien de corazón y como alguien que todavía se siente niña y todavía tiene ganas de jugar y todavía tiene ilusión por seguir haciendo lo que sigue haciendo que es música”.
El próximo 12 de mayo es la fecha seleccionada para que Ana Torroja desarrolle su presentación musical en Bogotá, en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.
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