Sorprendido. Así quedó Yeferson Cossio en la tarde del pasado sábado, luego de que su madre lo llamara para hacerle una particular solicitud que, inclusive, él mismo calificó como ‘increíble’.
Según quedó al descubierto en unas historias que el influenciador compartió en su cuenta de Instagram, aunque la mujer no suele pedirle favores, esta vez si acudió a él para cumplir el deseo de tener un galpón con 200 gallinas.
“Yo estaba enojado por algo que me pasó, cuando me llama mi mamá y me dice: ‘Hijo, ¿me va a dar un regalito?’, y yo le dije que claro, con mucho gusto, a lo que me responde que si le voy a regalar un galpón con 200 gallinas. Mi mamá nunca me pide nada, entonces esto es especial y se lo tengo que dar (...) Ya no estoy enojado sino que estoy pensativo ¿Quién me vende 200 gallinas o de dónde las saco?”, explicó entre risas.
Mayor gracia causó Yeferson Cossio al explicar las razones que le dio su madre al pedirle el curioso obsequio, pues contrario a lo que algunos esperarían, no hará negocio con los animales, sino que utilizará los huevos para sus propios desayunos.
“Se me olvidó contarles la mejor parte y es que le pregunté para qué quería 200 gallinas, entonces me respondió que para ‘los huevitos del desayuno’, y le dije que yo con unos cuatro tenía ¿No será muy exagerado 200 gallinas?”, agregó.
De igual manera, el afamado influenciador mostró una captura de pantalla de un chat de WhatsApp con Cintia Cossio, su hermana, a quien le preguntó si su mamá también le había hecho la particular solicitud, pero ella reveló que llevó la peor parte del regalo, pues le pidió una casa finca donde tener a las aves.
“Menos mal a mí me pidió solo las gallinas”, concluyó.
Es clave mencionar que Yeferson Cossio y su hermana Cintia le dan a su madre una vida de lujo, pues no siempre pudo ser así. Cuando los creadores de contenido eran niños, vivían en una humilde vivienda ubicada en una comuna de Medellín y su mamá era quien salía a buscar el sustento familiar, por medio de la venta ambulante de dulces.
No obstante, habían días que la mala suerte o sus dificultades de salud le impedían conseguir el dinero necesario, por lo que fueron varias las noches que se fueron a dormir sin probar bocado alguno.
“Mi mamá vendía dulces en los buses en Medellín para sostenernos y muchas veces ella en la casa llegaba aporreada, porque hay gente que maneja buses que, yo no sé por qué, pero digamos no les paran cuando se van a bajar, entonces les toca tirarse. Así que ella se caía, se raspaba, muchas veces llegaba llorando porque no tenía qué comer, nos veía a mi hermanita y a mi con hambre”, relató Cossio en una de sus publicaciones.
Además, en varios momentos se ha destapado y ha recordado que con escasos años de edad, jugaba con sus amigos mientras ocurrían balaceras en la zona donde vivían, por supuesto, sin tener en cuenta el peligro que esto representaba para sus vidas.
“Los juegos de infancia era cuando habían esa balaceras. Nos poníamos a pensar qué armas serán, será que están disparando con rifle. Nos poníamos a apostar cuántas balas habían quedado nuevas en las fachadas de las casas. Literalmente, esos eran los juegos de nosotros”, concluyó el antioqueño de 28 años en una entrevista con ‘Lo sé todo’.
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