Víctimas de Tumaco reciben cuatro botes como parte de reparación

San Andrés de Tumaco es uno de los 64 municipios del departamento de Nariño, la violencia se acentuó en su territorio entre 1994 y 1997. El primer grupo ilegal que hizo presencia en la zona fue la banda “Los Van Van”, que cometía extorsiones, limpieza social y asesinatos, presuntamente al servicio de grandes comerciantes de la zona. A finales de 1997, el ELN y las FARC realizaron sus primeras incursiones en esta región del Pacífico nariñense.

Según el Registro Único de Víctimas, a marzo de 2020, en Tumaco estaban reconocidas más de 95 mil víctimas de desplazamiento forzado y 721 personas dadas por desaparecidas, durante el conflicto armado en Colombia.

En el marco de la celebración del Día de las Víctimas, el Gobierno nacional, entregó este sábado 9 de abril en las instalaciones de la Dirección General Marítima (DIMAR) cuatro lanchas multipropósito, “ como sujeto de reparación colectiva al Consejo Comunitario Bajo Mira y Frontera”, informó el Gobierno, a través de la Unidad de Víctimas.

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Las embarcaciones entregadas son de dos tipos: tres de fibra de vidrio pesquero y uno tipo canoa de 15.0 metros. Cada bote cuenta con la dotación de los elementos de seguridad. “Esto ha representado una inversión de $368.652.920 millones de pesos”, aseguró la entidad.

Durante los años de guerra fueron muchas la acciones bélicas que los grupos armados legales e ilegales realizaron en el municipio nariñense. Pero dos hitos se quedaron en la memoria de su población.

El primero hecho ocurrió hacia las 5 de la mañana del 24 de marzo de 2001 en el corregimiento Llorente. Ese día, un grupo de paramilitares, con lista en mano, asesinó con motosierras a 31 campesinos. Mientras esto ocurría, llegó un grupo de guerrilleros de las Farc y se enfrentó con las autodefensas durante 12 horas.

El medio Rutas del Conflicto documentó que por estas acciones 21 familias del corregimiento tuvieron que salir desplazadas hacia otros municipios. El entonces gobernador de Nariño, Parmenio Cuellar, denunció que había pedido insistentemente a la fuerza pública que defendiera a la población civil, pero un coronel le dijo que no tenían jurisdicción en Llorente. El Ejército llegó cinco días después de ocurridos los hechos.

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El otro recuerdo que tiene muy marcado la comunidad tumaqueña ocurrió el 27 de marzo de 2002, cuando un grupo de 20 hombres armados y sin identificar llegó a la vereda Caunapí, para luego dirigirse a la casa de la familia Castillo Cabezas. Los hombres armados llamaron con lista en mano a ocho personas, que después asesinaron.

En el evento de reparación de este sábado, Ramón Rodríguez, director nacional de la Unidad de Víctimas, aseguró que “estos equipos hacen parte de una de las acciones adelantas para el cumplimiento del plan de reparación colectiva con pertenencia étnica. Se concertó que los equipos navegaran en el Rio Mira y sus afluentes, además de zona marítima en el océano pacifico colombiano”, afirmó.

En esta jornada participaron 30 personas, representantes de las cuatro comunidades que comprenden el territorio del sujeto de reparación colectiva Consejo Comunitario Bajo Mira y Frontera. Esta entrega, según el director de la Unidad para las Víctimas “permite avanzar en una de las medidas de restitución de este plan de reparación: en 2021 se entregaron dos camiones; uno de estacas y otro tipo furgón, dirigidos también a la recuperación de las practicas productivas de este colectivo”.

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