Zaíno: la nueva editorial colombiana que llega a la FilBo

Un emprendimiento de escritores para escritores se presentará en esta nueva edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá

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(Archivo, Editorial Zaíno).
(Archivo, Editorial Zaíno).

Me enteré hace muy poco de que existían, luego de que viera algunas publicaciones en Instagram sobre un par de libros que llamaron mi atención. Fui directo a su cuenta y les escribí un mensaje. Me respondieron, para mi sorpresa, casi de inmediato. Así fue que acordamos hablar con Carlos Ospina, una de las personas detrás de este proyecto. Él me habló sobre los dos libros que habían publicado y cómo les había ido en su primera presentación. Le dije que me llamaban mucho la atención, más que por los nombres, por la forma en que se veían. Zaíno es una editorial que se presenta con una fuerte y cautivadora propuesta estética. ¡Sus libros se ven! Resaltan entre otros y eso es un factor que suma demasiado, pues todos los lectores, cuando vamos a una librería, en lo primero que nos fijamos es en las portadas. Si nos gusta como se ve, nos aventuramos a decidir si nos va a gustar leerle.

En la página web de la editorial hay una interesante reseña sobre quiénes son y lo que buscan. Zaíno es una editorial independiente fundada por escritores. Zaíno se propone dar a conocer autores y autoras jóvenes de Latinoamérica. Zaíno con voces nuevas, tonos frescos, ritmos raros. Zaíno necesita de su resistencia, de su incomodidad, de su desvergüenza, de su ingenio y de su juego. Zaíno desea la literatura que haga sentir, que invite a pensar, pero que sobre todo confunda. Es, quizás, una forma de buscar la libertad. Zaíno escrita en presente. Con tilde icónica. Zaíno busca la expresión en el lenguaje como centro. Zaíno le deja la responsabilidad de explicarse a sus libros; narradores del problema. Porque una línea editorial no puede, por específica que sea, anteceder a la literatura. La historia es mejor mostrarla que contarla. Zaíno también es un caballo marrón. O su luz difícil reflejada en el papel.

Zaíno es tantas cosas, y todas buenas. Es impresionante como, con tan poco tiempo encima, han logrado generar una propuesta firme e innovadora. Esa fue una de las razones para contactarles. Tras mucho intentar vernos y que nuestras agendas nos complicaran el encuentro, decidimos, Carlos y yo, hacer uso de los chats para sostener esta entrevista en la que le pregunto por tantas cosas y que escribo con el ánimo de entender los horizontes del sello y su devenir, además de que me cuente cómo es que lee estos libros tremendos que ha publicado hasta ahora.

¿Cuándo y cómo inicia la idea de tener una editorial?

Inicia, de parte mía por lo menos, Juan José podría darte otra respuesta, en 2019, en una clase del máster de creación literaria en Barcelona. La profesora explicaba la realidad de la industria editorial en español, en la que al escritor es al que, casi siempre, peor le va. Esto me llevó a, esa noche, escribir en el chat de los que estábamos haciendo la maestría con la propuesta de lanzar una editorial de escritores y para escritores. La idea cuajó apenas el año pasado (2021) ya estando en Colombia, con Juan José Ferro, amigo escritor, entendiendo lo difícil que es para un escritor o para una escritora publicar ese primer manuscrito. Un drama que conocemos de primera mano. Entonces nos juntamos con Juan José y definimos que el único criterio de nuestra editorial estaría marcado por encontrar esas nuevas voces, casi siempre desconocidas y darles una oportunidad. Determinamos que nos enfocaríamos en autores jóvenes, casi siempre inéditos, de Latinoamérica. Siempre con la idea, muy presente, de rescatar la vieja figura del editor que trabaja mano a mano con su autor, que recorta, quita, sugiere y construye, con él o con ella, el mejor manuscrito posible. Mejor dicho, con el criterio de dedicarle suficiente tiempo a los libros por publicar. Decidimos participar en la beca para editoriales emergentes de Idartes de ese año con dos manuscritos de novela. Y la ganamos, así que ya no había vuelta atrás para Zaíno. A mí me gusta usar una figura futbolera y es que decidimos, con Juan José, construir el Envigado de las editoriales independientes. A ver cuándo sacamos un James o un Juanfer.

¿Es difícil emprender en el sector editorial colombiano?

Tiene matices. Primero hay que dividir el sector editorial en dos: de un lado las grandes editoriales que no hace falta mencionar y, del otro, las independientes. Sobre el segundo puedo hablar con algo más de conocimiento. Diría que hoy la cuestión presupuestal (que es principal) está marcada por los altos precios del papel, que es un tema de escasez en la producción mundial a raíz del Covid. Pero creo que no hablaría de dificultad, como preguntas, sino de que, en Colombia (porque es distinto el caso en España o en México o en Argentina) falta aún mucho camino por recorrer. Creo que, uno, hacen falta más editoriales independientes en el país y que pueden existir, que hay que arriesgarse, que son necesarias; creo también que, entre estas no debería haber competencia sino colaboración y que debería impulsarse el crecimiento de todo el sector y no de una sola editorial (aprovecho para contar que con Zaíno hacemos parte de un colectivo de editoriales independientes llamado Huracán en donde hay proyectos maravillosos); y creo, por último, que debería haber más incentivos desde la política pública para este sector: no es suficiente con las becas que puedan dar alcaldías o Ministerio de Cultura sino que deben construirse políticas que reduzcan costos que hoy impiden la competencia con lo que hacen editoriales independientes en otros países, sobre todo en España. Respondo, ahora sí: fácil no es, porque se necesita hacer una inversión, claro, pero tampoco es difícil. Para salirme de la dicotomía: siento que emprender en el sector editorial independiente en Colombia es necesario.

¿Cuál es la esencia del sello? ¿De dónde viene el nombre?

La esencia de Zaíno está en la calidad de la literatura que proponemos. Porque queremos publicar eso, buena literatura, y que nos guste, y que podrá ir desde la poesía hasta la crónica. En este sentido, nuestros lectores y nuestras lectoras van a encontrar libros en los que hay, de parte del autor y del editor, mucha dedicación, muchas lecturas. Libros en los que cada palabra tiene una razón de ser, un sentido. Pero también queremos que sean obras visualmente impactantes, por eso el trabajo con las portadas es clave para nosotros.

El nombre viene de zaino, sin tilde, que es un color de pelaje de caballo. Agregamos el acento, que también es válido, como buscando un equilibrio en la palabra. Juan José Saer, escritor argentino y referente de nuestra editorial y, me atrevo a hablar por Juan José Ferro aquí también, de nosotros como escritores, tiene una novela Nadie nada nunca en la que hay un caballo zaino. Quizá venga de ahí, no sé. Aunque cualquiera de las acepciones que da el diccionario termina siendo válida.

¿Qué manos hay detrás de esta editorial? ¿Quiénes son?

Tenemos un comité editorial con Juan José Ferro, yo y, siempre, un invitado o invitada ad hoc. Que el comité siempre esté conformado por escritores es clave. Allí escogemos los manuscritos a publicar a partir de la discusión y la deliberación, nunca, ojalá, a partir del voto. Es literatura, al final. Las primeras novelas, Un cielo de juguete y El ciempiés bicéfalo las trabajamos con la diseñadora editorial Natalia Mosquera.

Tenemos un pasante que estudia diseño industrial, es ilustrador y un tatuador tremendo: Nicolás Mejía.

Y, claro, vienen y van colaboradores y colaboradoras, porque esto es imposible hacerlo solos.

¿Cuáles han sido las primeras publicaciones?

Un cielo de juguete de la escritora chilena Sofía Carrère

(Archivo, Editorial Zaíno).
(Archivo, Editorial Zaíno).

y El ciempiés bicéfalo del escritor mexicano Carlos Ferráez.

(Archivo, Editorial Zaíno).
(Archivo, Editorial Zaíno).

Ambas novelas tienen narradores jóvenes que buscar o intentan dar ese difícil salto de la niñez a la adolescencia. Esa es la primera fuerza de su voz. Pero se encuentran, tanto en México como en Chile, rodeados de contextos complejos que los llevan a explorar más a fondo su relación con su familia, sus amigos y la sociedad. Hay enamoramiento, toma de decisiones, malas decisiones, y contradicciones a afrontar. Son voces que tienen que desarrollarse dentro de sociedades violentas, sin perder la inocencia infantil. Si bien son narradores y contextos diferentes, una voz masculina en El ciempiés y una femenina en Un cielo, ambos narradores se encuentran en una búsqueda constante y, diría, casi que en una iniciación. Como lo es para sus autores, también. Diría que la fuerza está en la voz. Construidas en primera persona. Originales, verosímiles y muy de sus países, pero, a su vez, aptas para cualquier lector del continente.

¿Qué pueden esperar los escritores y, obvio, los lectores?

Los escritores y las escritoras pueden esperar una editorial que va a leer sus manuscritos con detalle, es lo mínimo. De ahí en adelante el camino es de paciencia. Y los lectores y lectoras, como dije antes, literatura trabajada, cuidada, editada con rigurosidad. Queremos que haya una exploración literaria desde el lenguaje, que innove, cree y sorprenda desde ahí. La pregunta para el autor que llegue a Zaíno será siempre cómo, con su manuscrito, transforma o juega o desafía el lenguaje. Por eso Saer es un gran referente.

Será su primera feria del libro en Bogotá, ¿qué sensación produce?

Emoción, claro. Gran expectativa por ver cómo son recibidas las novelas por un público que se sale de los círculos cercanos a los que hemos podido llegar hasta ahora. Pero mucha emoción. Ayer Juan José presentaba el libro de un amigo poeta y decía que en la literatura son muchos los momentos de frustración, como escritor y como editor, pero que se opacan fácilmente con los pocos, pero mucho más fuertes, momentos de sincera felicidad. Estar en la Feria Internacional del libro de Bogotá va a ser uno de esos momentos.

¿En qué están trabajando ahora?

Viene, por lo pronto, una novela de un autor de Medellín. Posiblemente para junio. Y estamos trabajando en otro manuscrito para final de año. Y, claro, estamos leyendo manuscritos. Pero no contamos mucho más para no matar la expectativa.

(Archivo, Editorial Zaíno)
(Archivo, Editorial Zaíno)

Carlos me dice: “Se pasan detalles, pero creo que es lo central”. Sus respuestas me dejan con las ganas de querer leerles todo lo que saquen en Zaíno. Qué apuesta buena la que están haciendo. Ojalá que en esta nueva edición de la FilBo la gente se acerque a ver lo que están haciendo. Esperemos que, con el tiempo, sigan con ese impulso y que no, ojalá, se caigan con la misma fuerza con la que han comenzado. Sus libros se pueden conseguir a través de la página web y en la mayoría de librerías independientes de Bogotá.

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